Capítulo 5

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Al día siguiente, me desperté y no vi en casa a Alex, así que pensé que estaría trabajando. Bajé a prepararme el desayuno y vi una carta encima de la mesa de la cocina.

"Llegaré a casa a las dos y cuarto de la tarde. Tienes en mi mesita de noche un poco de dinero para que te compres ropa. Besos".

Pues...después de desayunar y fregar los platos...iré a comprarme ropa, y le regalaré algo para agradecerle todo lo que está haciendo por mí.

Al terminar de desayunar y fregar los platos, me vestí y me dirigí hacia la habitación de Alex, y había un sobre blanco en su mesita.

¡Mil euros! como puedo gastarme esta cantidad en solo un día, y solo por ropa. No me gusta mucho comprar ropa, pero lo necesito aunque no tanto. Le compraré algo, o mejor dicho se comprará él porque es su dinero.

Me compré unos tenis Nike y unas botas de vestir. Un par de chaquetas vaqueras y varias camisetas de vestir y camisetas, tanto de chándal como para salir.

¿Y ahora qué? Me pregunté, no sé que hacer, y estaba bastante aburrida. Como no estaba la tienda de ropa muy lejos, ya estaba en casa, así que puse música y me puse a limpiar mi cuarto y el de Alex, por aburrimiento.

Voy a irme con ella.

Pero está entretenida, no le asustes.

Me siento más seguro estando a su lado, y el dinero que cogemos de nuestras víctimas nos sirve como para darle o regalarle cosas.

Buen detalle monstruo.

No me gusta idiota. ¿Por qué me han metido en este cuerpo tan idiota?

Así me amas.

–Jessica... –Un murmullo me puso la piel de gallinas, pero al reconocer la voz vi que era Pennywise. Mi payasín.

–Te echaba de menos, payasín. –Dije mientras me carcajeaba al ver su ojito rarito. No sé...debería darme miedo, pero...sé que se esfuerza para que no me coma, y aún así no le temo.

–Te noto...un poco pensativa. –Soltó esa risa que me daba un poco de escalofrío, pero me aguanté para que no lo viera. –Puedo leer tu mente y sé que hay veces que me temes.–Dijo mientras se acercaba a mí, para agarrar mi mano y sentarse en la cama.

–Bueno...siempre que te veía me preguntaba sí... –Pausé un momento para coger aire y comenzar de nuevo. –¿Cómo es qué no me comes? –Pregunté un poco nerviosa, y este soltó una pequeña sonrisa y no me soltó la mano.

–Porque...eres especial, Jessica. Ya te lo dije, no me temes y por mucho que quiera...no puedo. –Miró mi mano por unos segundos y decidí hablar.

–¿Por qué? –Pregunté dubitativa. –Ni siquiera sé porque no te tengo miedo, bueno...me salvaste ya varias veces, pero aún así...tus dientes, esas garras...no me dan miedo. –Quedé quieta mientras él seguía sin mirarme a los ojos, seguía mirando la mano que sostenía con la suya.

–Puedo...olerla. –Preguntó cuando levantó la cabeza para mirarme bruscamente, y sin darme cuenta di un brinco de susto. –Perdón, pero no te comeré, lo... –Le interrumpí, y dije un "lo sé".

Olió la palma de mi mano y poco a poco iba hacia mi hombro. 

–No noto miedo, pero huelo tu sangre. Cosas de...monstruos. –Dijo mientras miraba mis ojos, y yo sus ojos amarillos, que siendo sincera me dejaban paralizada.

–No eres un monstruo, al menos para mí. No debes permitir que te di... –Pero su rostro serio se apartó de mí interrumpiéndome.

–Mato a gente, Jessica. Soy un asesino y un payaso. Estoy completamente loco. –Su rostro serio me hizo sonreír al ver que se enfadaba por algo que era lógica que debería temer, pero no. –¿Te hace gracia? –Preguntó, y asentí con la cabeza mientras me carcajeaba cuando se levantó y me llevó al espejo.

Enamorada de la muerte [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora