habían pasado ciento cuarenta días desde que mi abuelo había decidido quitarse la vida.
nos habíamos enterado porque la abuela nos había marcado después de haberlo encontrado con un arma en la mano. nos relató que ese día el abuelo se veía tan feliz como los últimos diecisiete días, pero ese día en especial el abuelo le había pedido un plato a mi abuela para recordar en un bocado todo lo que había vivido, fue por eso que le pidió un plato que su madre le hacía de pequeño. la abuela dijo que se sentía como si un prisionero hubiera pedido la última cena antes de ser ejecutado.una hora después lo encontró en su despacho sin vida, y con una nota para mi padre.
una nota que nunca supimos que decía, pues papá se llevó ese secreto hasta la muerte pues tres días después mi madre y yo recibimos una llamada donde nos decían que él había saltado de un puente.
hace ciento treinta y seis días papá se había suicidado. a diferencia de mi abuelo, mi papá había vivido almenos los últimos tres días de su vida llorando por las palabras que él había escrito en esas dos hojas blancas.
la muerte repentina de los dos hombres más importantes de mi vida me había tomado de sorpresa, vivir sin mi padre y sin mi abuelo era algo que no podía soportar, mi padre era mi más grande amigo en la vida, me atrevería a decir que mi único amigo de verdad, ¿cómo viviría sin la persona que me enseñó a ser quien soy? el hombre que me vió crecer y me amo desde antes de conocer mi rostro.
cómo podría vivir sin la enorme calidez y la preciosa sonrisa de mi abuelo al verme llegar a su casa, vivir sin sus historias que amaba contarme cada que podía recordar alguna.
ciento veinte días habían pasado desde el día que mamá me encontró en mi baño lesionando mis brazos intentando quitarme la vida.
no entiendo cómo pude ser tan insensible al dejar pasar a mi madre el duelo de perder al amor de su vida sola.
de hecho hasta el día de hoy no la vi derramar una sola lágrima, pero le he escuchado incontable veces llorar en las noches.la pérdida de mi abuelo y de mi padre le llevó a mi madre a tener que trabajar más horas, si bien ahora su salario era para sólo dos personas, no era suficiente teniendo que pagar las terapias y los medicamentos que tenía que tomar para poder controlar mi ansiedad y la depresión, aumentado los gastos de mi abuela que por cuenta propia había decidio tomar cargo.
mi madre siempre ha sido mi mayor consuelo y desde la perdida de mi padre, mi mayor soporte.
después de todo lo que había pasado, mi madre no creía adecuado que regresara a la escuela, pues prefería tenerme cerca a ella con la excusa de ver que no me estuviese lastimando de nuevo, en realidad le había dejado que fingiera eso, cuando sabía que la verdad era que no estaba acostumbrada a no tener a papá en la casa, al igual que yo no estaba acostumbrada a vivir sin él.
los últimos 4 meses de mi vida habían sido difíciles y dolorosos, aún no podía pensar en papá y no comenzar a llorar, pasaba los días acostada en cama recordando los momentos con mi abuelo, pensando en la carga que ahora era para mamá, y lo mal que se sentía la abuela sola.
desde hacía meses no acompaña siquiera a mamá a comprar, no había visto más allá del patio de la casa desde hace meses, algunas veces seonghwa venía a verme, después de dejar la escuela nadie más que él se había enterado de lo que había pasado, y no dejaba de visitarme al menos una vez a la semana.
mis pasiones habían desaparecido y me sentía sin ganas de hacer nada, desde que despertaba a las once del día mi rutina era desayunar si tenía apetito, ver un momento las redes sociales, comenzar a llorar, comer si tenía ganas y dormir hasta las tres de la mañana pensando cuáles eran las palabras que mi abuelo había escrito en esa carta. ¿a ellos les hubiera gustado que me quedara en este hoyo?
miré mi reloj que colgaba en una de las paredes de la habitación, 4:32 de la madrugada, me quité los audífonos y me levanté de la cama hasta el baño del cuarto, entre cerré mis ojos esperando que se acostumbraran a la luz. me miré en el espejo; mis ojeras se veían más marcadas que hace meses, podía notar los huesos de mis clavículas más marcados y mi piel más pálida, mire unos momentos mis brazos, estaban llenos de cicatrices desde las muñecas hasta el antebrazo. me sentía decepcionada de mi al ver la nuevas marcas que apenas sanaban y que había intentado esconder de mamá.
comencé a llorar, tapé mi boca con mis manos, no quería que mamá siguiera preocupada por mi, no quería seguir sintiéndome como la mierda cada día, no quería que mi vida comenzara a depender de dos botes de medicinas.
ya no estaba dispuesta a seguir en el mismo lugar.
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ghosting. 𝘬𝘺𝘴
Fanfictiondespués del suicidio de personas importantes en la vida de yena, la miseria y depresión habían tomado su ser. sentía que se le había arrebatado la oportunidad de vivir, y, desesperada buscaba una razón para deshacerse de aquellas voces y pensamient...