dancing in the rain

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10

mi mirada estaba atenta a las calles, con la esperanza de que en algún momento él pudiera aparecer parado esperando con su patineta bajo su brazo en alguna de las esquinas, pero no fue así, no estuvo en ninguna esquina, mucho menos patinando en la acera, no estaba y posiblemente ya no estaría.

el auto de seonghwa se estacionó frente a la casa y bajé caminando hacia la puerta de la casa, saqué mis llaves de mi bolsillo trasero y comencé a abrirla, seong no tardó en aparecer a mi lado.

—ni siquiera te despediste.

abrí la puerta y lo miré —porque sabía que entrarías a la casa— le sonreí burlona y agitando ligeramente la cabeza, pero su rostro no mostraba ni una sonrisa. rodé los ojos y extendí mi mano para que pasara a la casa y entró.

me adentre y cerré la puerta con llave, encendiendo la luz de la casa note que mamá no estaba así que saqué mi teléfono abriendo mis llamadas y marcando a su número. comencé a subir las escaleras y miré de reojo a seonghwa indicándole que me siguiera.

la línea comenzó a marcar tonos, y después de un par escuché la voz de mi madre del otro lado.

—¿hola?
—hola, mamá, ¿estás trabajando?

abrí la puerta de mi cuarto y encendí las luces, seonghwa entró detrás mío cerrando la puerta.

—si cariño, llegaré algo tarde, saldré a las doce.
—mmm, de acuerdo.
—si aún estás despierta me cuentas cómo te fue con tu abuela.
—de hecho, creo que ya estaré dormida, tengo algo de sueño.
—bueno, descansa cariño, hablamos mañana.
—adiós.

miré mi teléfono y colgué a la llamada. las diez y treinta marcaba la hora el teléfono, lo apagué y lo dejé sobre la mesa del cuarto. me deshice de mis tenis y mi sudadera, aventándolos a un lado de la cama antes de acostarme y esconderme debajo de las sábanas.

seonghwa no tardó en acostarse a mi lado, viéndome de frente y adentrándose bajo mis sábanas. nuestras miradas se encontraron, manteniendo un contacto en silencio, lo único que escuchaba era mi respiración combinada a la de seonghwa. esperaba que me dijera algo, pero no veía intenciones de su parte en hablar, de igual manera no me encontraba dispuesta a seguir una conversación, estaba cansada y en cualquier momento caería dormida, tal vez seonghwa solo esperaba a que aquello sucediera para irse.

—gracias por acompañarme— una ligera sonrisa apareció en sus labios.

—no hay de qué— sonreí y miré detrás suyo, hasta la ventana de mi cuarto, me di cuenta después de días que nuevamente mi ventana estaba cerrada. ¿yeosang lo habrá notado?, ¿siquiera habrá pasado frente a mi casa?

suspiré —estoy cansada seonghwa— miré al peli negro, un ligero puchero se marcó en sus labios y asintió, no sabía qué había entendido de aquellas palabras, pero mi cansancio iba más allá de la sensación de agotamiento físico. era agotamiento mental, uno que ya no podía soportar más, que me ahorcaba hasta hacer que el aire me faltara y mi sueño aumentara, que hacía que mi cuerpo se cansara y que aún en ese estado, intentando luchar, la pelea que llevaba conmigo misma me tirara de nuevo en una cama.

su mano viajó hasta mi cabello, comenzando a dar lentos masajes, por inercia cerré mis ojos, sintiendo así aún más confortante su toque en mi cuero cabelludo causando algunas cosquillas con cada movimiento, de pronto sólo sentí como había parado y se acercó hasta dejar un beso en mi coronilla.

—cerraré tu casa, descansa yena— le miré un par de segundos y asentí.

—gracias— apenas susurré, se levantó de la cama y salió de entre las sábanas, saliendo del cuarto y apagando la luz a su paso.

ghosting. 𝘬𝘺𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora