18
mi horario de sueño estaba estropeado nuevamente, atribuía esto a esta semana donde me quedaba hasta horas de la madrugada sentada en la ventana de mi cuarto, mirando las calles en silencio, viendo repetidamente los autos de mis vecinos estacionados fuera de sus casas, y algunas aves pararse sobre ellos. nada había cambiado desde el primer día que me senté a esperar. a decir verdad incluso me culpé a mi misma, creyendo que las mañanas no eran el horario correcto, lo cual me había llevado hasta este punto, donde esperaba sentada a la orilla de mi ventana, con la cabeza recargada y con mis ojos casi cerrándose de cansancio en su espera.
sin embargo nada de eso cambiaba mis planes, y una noche más me encontraba a la espera de algo que ni siquiera estaba segura que llegaría.
ya incluso me había acabado los temas para pensar conmigo misma. había llegado a la conclusión de que no sabía nada, que tenía más dudas que al comienzo, y que aún así, sin tener nada claro, me aferraba a la posibilidad de que yeosang apareciera de nuevo, con una excusa que no importaría para mí, pues el por qué ya no era mi mayor inseguridad. sino mi valor para él.no podía mentir diciendo que los libros eran una distracción en la espera de nada, pues me había vuelto vaga para estos, mi mente no podía no pensar en él. ni siquiera dibujar, hacía mucho mi deseo de tocar un lápiz desapareció. culpaba de todas a yeosang, y no era debido a mi escasez de cordura, sino que él me había dado algo que ningún libro o lápiz podía sustituir. lo de él ya era un narcótico diferente, que no creía poder encontrar de nuevo.
mis pies descalzos tocaron el suelo de mi habitación, haciéndome salir de mi propio trance al sentir el frío de las losetas. suspiré y me levanté de la orilla de la ventana, quería bajar por un vaso de agua, pero no sin dejarle una pista a yeosang que le hiciera saber que estaba expectante a su regreso. mi única señal eran dos pedazos de tela, los cuáles no moví para poder dejar a la vista mi habitación y mi luz encendida, esperando que eso llamara a aquel rubio a pararse frente a mi casa.
la casa estaba en silencio, no sonaba más que el reloj de la sala marcando la hora. ni siquiera mi madre estaba despierta ya, pues había llegado directamente a dormir por el cansancio. me acerqué hasta el refrigerador para tomar un vaso de agua fría, una vez en mi mano me lo acabé casi por completo, y no tardé en rellenarlo, pues pensaba subir un poco a mi cuarto.
salí de la cocina, con intenciones de regresar a mi cuarto, pero algo captó mi atención en la sala, justo en la esquina de esta; mi piano, que a pesar de la relación tan ambigua que tenía con él parecía siempre llamarme a sentarme frente a él.
tal vez era la nostalgia, tal vez encontraba en ello un sentimiento que aún no entendía por completo, o tal vez solo era mi insomnio que buscaba excusas más allá de un simple joven que hacía días no veía.por eso no tardé en dejar mi vaso sobre la mesa de la sala y tomar asiento frente al piano, levantando la tapa y admirando las teclas frente a mí. mis dedos apenas paseaban sobre estas, tocando algunas partituras incompletas que venían a mi cabeza, desafortunadamente ninguna tomaba suficiente importancia para impulsarme a tocarla.
pero me sentía atada a este, como cuando mi madre me sentaba hasta aprenderme una nueva canción cada tarde, bajo su supervisión.
solo me encontraba mezclando inconclusas notas hasta que una me recordó a la de aquella tarde junto a yeosang, y casi inconscientemente comencé a tocar la parte que no había tocado ese día, la misma que noto que su ausencia hacia sentir "vacía" la canción.bajo este sentimiento sonaba más lúgubre y penosa, la hacía tomar un sentido totalmente diferente, sonando incluso más vacía sin él a mi lado al terminarla.
los únicos aplausos que recibí fueron de parte del aire chocando contra mis ventanas, y los grillos armonizando en la calle. mis dedos volvían a marcar el ritmo del final de la canción, buscando distraerme, pero un sonido similar al de una caminata me hizo temblar y mirar rápidamente hacía la ventana de la sala, esperando ver siquiera una sombra parada fuera a mí casa. pero solo me confundí, pues al pie de las escaleras apareció mi madre, con los ojos entrecerrados por el sueño, buscando mi atención.
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ghosting. 𝘬𝘺𝘴
Fanfictiondespués del suicidio de personas importantes en la vida de yena, la miseria y depresión habían tomado su ser. sentía que se le había arrebatado la oportunidad de vivir, y, desesperada buscaba una razón para deshacerse de aquellas voces y pensamient...