Long To Realize (Cancelada).

Capítulo 7.5: El día de Kaoru

—¡DESPERTADOR ASQUEROSO!

Ella es Kaoru, reside en Andalucía: España. Parece que se ha levantado con un humor de perros. Cada mañana se despierta muy temprano, alrededor de las 6 am para ir al  instituto. Vamos, la rutina de todo niño y adolescente. 

Cuarto de secundaria está siendo una época algo complicada, es el momento de plantearse lo que quieres hacer en un futuro y esta chica aún no sabe muy bien lo que quiere hacer con su vida.

"Hoy será un día tope largo, ya me gustaría tirarme del primer puente que vea."

El desayuno, la comida más importante del día, para Kaoru esta es sagrada, un Cola-Cao es lo que llena de energía el cuerpo para vivir el día a día y claro, disminuir esas ganas de matarse que tiene todo el rato.

No es que esté deprimida ni nada, pero parece que ya le agarró la manía a querer morirse por cada cosa.

A Kaoru le gustaba dibujar, cantar y escribir. Esto último lo práctica más en Soul para mejorar su ortografía, al menos ahí anhelaba ser una correctora.

—¡Me voy mamá!

"Ahora que lo pienso, hoy es evento de mis niños bailarines...¡Chiaki debe verse precioso con ese nuevo conjunto!"

Kaoru era lo que denominamos otaku, pasión por el manga y anime pero sobre todo por chicos adolescentes que bailan. No era BTS o algún grupo coreano, eran 2D. A los ojos de su clase, tal vez era peor.

—Antes de ir a Soul podría pasarme el evento y estudiar, después le presumiré a Ash lo adelanta que voy. Sí, es mi plan.

Kaoru llegó a clase animada, el solo saber que tendría un evento de personajes masculinos ficticios era música para sus oídos, literalmente. Pero algo en sus pensamientos la detuvo de esa felicidad.

"Tocaba hoy física y química ¿no? De oca oca y tiro porque me toca, macho." —pensó apartándose el flequillo.

El profesor empezó a hablar de una manera muy fluida, era inusual en él, era música para los oídos de Kaoru finalmente tener una clase que pudiera escuchar y atender con claridad.

—Por cierto, los deberes que no mandé la semana pasada tendréis que hacerlos esta vez para el día de mañana.

"¿Sabes profe? Creo que pensé bien de ti y no tenía que haberlo hecho, con razón aún no haz conseguido una esposa. ¿A ella le pondrías deberes justo en un día importante? No, ¿verdad? ¿Estás de coña? ¿Quieres matarme? ¡Me mataré! ¡Lo haré!"

—Oh, los ejercicios 6.78 y 6.90 ya están hechos ¿no? Me confundí jajaja, perdonar. Podéis iros sin deberes, pero recordar que tenéis examen próximamente antes de entrar en vacaciones.

"Ahhhhh, ¡profesor! Sabía que usted no era tan malo, no me había fijado en el buen rostro que tienes...No recordaba en la buena nota que tenía en el último, jajaja, que risas, no le dije nada."

Al salir de clase Kaoru fue a casa, caminando, mientras chateaba por el móvil con su mejor amiga Ash. El contacto fuera de Soul es posible, no hay nada que no permita dar tu número de teléfono si tienes la suficiente confianza. Normalmente los usuarios tienden a formar grupos, si estás solo entre tanta gente y desconfianza podrías dar

Ambas se conocieron en el otro mundo, Kaoru con su actitud fría ante nuevas personas no es que cayera muy bien. Pero Ash hacía lo mismo, congeniaron por gustos y más que nada por su personalidad, que no era más que un escudo por lo que habían escuchado de Soul en sí como mundo.

—Vale, tengo química, física y mates, si no me distraigo podré acabar todo en 3 horas. El evento ya podré hacerlo en Soul perfectamente.

Mientras hacía sus tareas estaba pensando más de la cuenta, era lo típico, sin embargo el no tener muy claro lo que quería hacer la atormentaba. Maldecía a Alex, si no fuera por él, aquella vida de ensueño podría hacerse realidad. Fuera de preocupaciones y sin el infinito estrés que conllevan las clases.

Kaoru no era ninguna tonta, aunque se quejara una y otra vez de su tareas o de no poder resolver algo, finalmente los terminaba haciendo, terminaba aprobando. En el fondo lo sabía, lo sabía muy bien.

"Ugh...terminé, pero que manía tengo con alargar algo de 3 horas a 5. "

Sus días siguen siendo iguales, pero el rayo de sol del final iluminaba su vida por completo. Sí Soul tenía que ser el país de los sueños por muchos defectos que tuviera, que lo fuera. 

—Como sea, viene sin duda la mejor parte del día. ¿Qué haré esta vez?...

Un mes faltaba para aquel encuentro con Saiko, que de una u otra forma estaba escrito en piedra que pasaría.