—¡Esto está buenísimo!
En la cocina de la casa de Beatrice, se encontraba ella y su madre desayunando. Siempre que Emily estaba a solas con alguien, el ambiente era inmensamente tranquilo, tan maternal y de color rosa. Cualquiera podría sentir que todos los males se iban si estabas a su lado.
—No comas tan rápido, Betty, no vaya a ser que vuelvas a vomitar. —dijo Emily inflando sus cachetes.
Ella ya era madre, pero su lado infantil aún no se había ido, Beatrice la sentía como una amiga, esa con la que puedes hablar de lo que gustes sin sentirte incómoda.
La hija la miró por un momento, tuvo el pensamiento de contarle sobre Soul, sobre lo que había estado haciendo. Quizás se asustaría o en el caso más realista: no le creería. ¿Por qué un adulto le iba a creer a un niño algo tan fantaseoso?
Estaba pensando en sus padres, pero...¿Ellos eran tan abiertos como para tragarse algo así? ¿Le seguirían el juego? ¿Se burlarían? Beatrice no lo sabía. Ni siquiera estaba segura del porqué querría contarles, más allá de que son padres. Después de todo, eso solo causaría preocupación y miedo en ellos.
Soul no era un lugar demasiado seguro, de eso estaba muy segura, ya estuvo en riesgo una vez. Vivió en sus propias carnes algo cercano a la mismísima muerte. Para nada su reacción podría ser buena en caso de que se lo creyera.
—¿Sucecede algo? —preguntó Emily girando su cabeza.
—Nada en especial...¡Solo que esto está buenísimo!
—¿A que síííí? Te prepararé este mismo omelette cuando vuelvas a clase.
Por un momento los pensamientos de Beatrice se detuvieron y se puso algo helada al escuchar la última frase.
"Ya casi me estaba olvidando que tenía que ir de nuevo ahí."
Emily notó un poco su tristeza, era consiente de lo mucho que detestaba la escuela, desde pequeña ella a sido así, por eso no le es difícil notar su expresión de desagrado.
Evitando tocar algún tema relacionado con la escuela, Beatrice cambió de tema.
—¿Papá aún no ha despertado? Me extraña que hoy no hiciéramos ejercicios.
—Fue a comprar algunas cosas a la tienda más cercana, ya volveráá. —respondió Emily. —¿Sabees? ¡Nos enteramos que el chico que trabaja en la tienda es amigo tuyo! Espero no tengo nada contigo, ehh.
—¡Tengo 13 años! —gritó Beatrice silabeando lo que decía.
—Jajaja, yaaa, es broma, es broma.
Emily extrañamente le hacía bromas, pero estaba tan pensativa que decidió imitar a su marido en ese aspecto. Su capacidad de animar a las personas con bromas que rozaban incluso lo hiriente.
—Mamá.
Beatrice seria hizo una pausa, mirando fijamente a la sonriente Emily, la cuál le extrañó su mirada y se empezó a preocupar.
—¿Q-qué sucede, Betty? —preguntó balbuceando.
—No es nada, solo quería asustarte. —respondió sacando su lengua.
—¡O-oye!
—Aprendo del mejor, ¿sabes? ¡Sé cuál es la forma perfecta para contrarrestar una buena broma!
—Vaya...eso es asombroso, sí, sí.
Sin habla y tragando algo de saliva, Emily agarró las manos de Beatrice cambiando su expresión drásticamente, frunciendo el ceño.
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Long To Realize (Cancelada).
FantasyBeatrice es una chica común de 13 años con aspiraciones comunes, igual que todo el mundo. Sin embargo, a la hora de soñar, es transportada a un mundo diferente con sus propias reglas. Tal parece, los sueños de la chica están conectados con un montón...