La vida peculiar de Luna Lovegood(completa)

60: El engaño de Marietta

Luna se había preguntado cuál sería su Patronus, sabía que todos los demás estaban emocionados de saber cuál sería su Patronus. Sin embargo, Harry suspiró y les dijo que no todos serían capaces de hacer un Patronus; algunas personas simplemente no tenían recuerdos felices y Luna sabía sin lugar a dudas que su prima era una de esas personas. Sabía en su corazón que Draco probablemente no sería capaz de crear un Patronus, nunca tuvo una vida feliz.

Luna no tenía un verdadero recuerdo feliz en su mente, pero diferentes parpadeos de Harry dándole besos en la frente se confundieron y tan pronto como ella gritó, "Expecto Patronum", fue recibida con su Patronus disparándose desde el final de su varita y apareciendo como un conejo.

El Patronus de Harry circulaba por la habitación de vez en cuando, pero cuando pasó por el Patronus de Luna, el venado agachó la cabeza y el conejo de Luna se levantó sobre sus patas traseras y pateó la cara del venado. Luna rió un poco y miró a su Harry, viendo que se estaba riendo entre dientes y algunas de las niñas y niños detuvieron sus intentos de ver la interacción que cada Patronus tenía con el otro.

Tan pronto como los animales en forma de niebla desaparecieron, sintieron pinchazos en la parte posterior de sus cuellos, el cabello se les erizó y Luna se dirigió directamente hacia Harry antes de estar a su lado, sus ojos aterrizaron en la puerta y antes de que pudieran mirar de verdad. Hermione y pregúntele si sintió lo que sintieron, la puerta del aula convertida se abrió y la profesora Umbridge entró en la habitación junto con una gran cantidad de Slytherins (Draco Malfoy, Pansy Parkinson, Millicent Bulstrode, Vincent Crabbe y Gregory Goyle).

"Bueno, ¿qué tenemos aquí?" La profesora Umbridge sondeó mientras inclinaba la cabeza hacia un lado, sus dientes se revelaron en un brillo asesino que les hizo saber que estaba más que complacida con el hecho de que finalmente tenía algo que posiblemente podría hacer que todos fueran expulsados.

"Filch, vigila la puerta. Creo que deberíamos reunir al Sr. Potter, la Srta. Granger y la Srta. Lovegood. Tengo la sensación de que ellos eran los cabecillas; ¡tal vez finalmente podamos hacer que los expulsen! —añadió la profesora Umbridge mientras juntaba sus manos, sus ojos vagando sobre los otros estudiantes que estaban a su alrededor, había bastantes estudiantes.

"En cuanto a todos ustedes, pensaré qué hacer con ustedes más tarde. Señor Malfoy, la señorita Parkinson y la señorita Bulstrode, por favor vayan y traigan al señor Potter, la señorita Granger y la señorita Lovegood. Visite al profesor Dumbledore —ordenó la profesora Umbridge y los tres de quinto año se dirigieron hacia adelante antes de enganchar los brazos de los dos Gryffindor y uno de Ravenclaw a la espalda.

La profesora Umbridge alisó su ropa, asegurándose de que todos sus guiños se hubieran ido para que se viera mejor. Ella acompañó a Filch a que se fuera y el inquietante cuidador se apartó del camino, ¡feliz aún de pensar en poder consultar con la mujer sobre qué tipo de castigos tendría con estos estudiantes! Oh, cuántos eran, había pasado demasiado tiempo desde que estos niños irritantes colgaban de los tobillos boca abajo con abrazaderas de hierro para los tobillos.

Luna se quedó quieta cuando sintió a Pansy Parkinson apretar su agarre en sus brazos. Por un momento se preguntó si Pansy sabía que era la prima de Draco. O tal vez los vio en un rincón y pensó que estaban saliendo, Pansy se llevaría una gran sorpresa cuando descubriera que los dos eran primos y no secretamente novios.

Por otra parte, Pansy podría haber sido más dura con ella debido al hecho de que ella estaba básicamente en una relación con Harry y cualquiera que le diera la hora del día por Harry, y mucho menos que quisiera salir con él, merecía el castigo completo que podría proporcionarse. ellos.

Hermione, por otro lado, estaba mirando alrededor, como si estuviera comprobando si podía encontrar a la persona que les había dicho. Ella le había dicho a Luna que había encantado la lista de que si alguien decía en el club que le pondrían una maldición a la persona para que su rostro deletreara manchas púrpuras.