✘ Pᴀsᴏ 10 ✘

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"Paso 10: Tomalá de la mano, pero si eres un aventurero abrázala. ¡Solamente otra vez ten cuidado de no acabar con una denuncia de acoso!"

Oye ¿te enteraste? Susurró una chica a su amiga tratando de que no la escuchen. 

¿Qué paso? — 

Dicen que ella mató a su padre y ahora solo vive con su madre. Contó señalando a la chica de pelo ____ que caminaba con la cabeza gacha, tratando de ignorar todos los susurros que trataban sobre ella.

¿¡De verdad!? Se sobresaltó por lo contado y su amiga se apresuró a taparle la boca. 

¡Cállate! No dejes que te oiga. 

Que miedo... ¿ella no era amiga de Chūya

 Se encogió de hombros y la miró irse con miedo. No lo se, de hecho dicen que el la ayudo a matarlo, son una pareja de locos. 

Estaba harta, todos los días era igual desde que ese rumor se había empezado a esparcir ya nadie quería hablar con ella, ni siquiera sus dos mejores amigos Tachihara y Gin, y estaba evitando a su senpai para evitar arruinar su reputación, al verse envuelto en todo esto. 

Ella no lo había matado. 

Estaba segura de ello.

Por eso iba a contratar a algún detective de esa extraña Agencia.

Haría todo lo posible para encontrar al culpable.

— ¿Les gusta?... — Preguntó el profesor Poe después de terminar de leerle un pedazo de su nueva historia a la pareja que amablemente se habían ofrecido a escucharlo y para nada aceptaron para poder estar en el calentador.

¡Cierto! La época de invierno había llegado, haciéndose notar por el clima y porque la gente empezaba a llevar abrigos, bufandas, gorritos y guantes. Época donde los niños salían a jugar con la nieve y donde las familias sacaban el Kotatsu para cubrirse con el, mientras comen jugosas mandarinas y se calientan con el calefactor. Esa época había llegado.

¡Ni siquiera le interesa la fecha para esta historia!  — Se quejó como habitualmente lo hacía Chūya, siendo el único que se quejaba de la historia, rompiendo así la cuarta pared.

— Me parece muy interesante Poe-sensei. — Dijo la chica sonriéndole a su profesor, haciendo que el también sonría tímidamente. — Pero... ¿por qué nosotros estamos incluidos? —

Dejo el libro de un lado y encogió en su lugar abrazando a Karl. — Por qué quiero que Ranpo-san la lea, y pensé que se interesaría más si incluyera a sus compañeros. —

¡Le habla con "san" aunque sea su estudiante! — Pensó perturbada por el respeto con el que le hablaba. — Y-Yo creo que si la va a leer aunque no nos tenga a nosotros, de todos modos hay más gente a la que le va a interesar. ¿No es así, senpai? —

Dejó de por fin quejarse mentalmente sobre la historia y volteó a ver a la chica, preocupándose por el hecho de que no había estado poniendo atención a la conversación. — S-Supongo, no es como que el tuviera algo mejor que hacer. —

La chica se congeló nuevamente por esa respuesta y miró asustada a su profesor que solo estaba con la boca abierta mirando al alumno. — ¡Sabía que no era suficientemente buena! — Gritó tirando el libro por la ventana. 

— ¡Poe-sensei! — Trató de calmarlo dándole palmadas en la espalda, ya que el estaba con la cabeza entre sus brazos, apoyado en su escritorio con Karl en la cabeza, lamentándose diciéndose a si mismo que nunca iba a ser capaz de escribir una buena historia para Ranpo.

Mientras tanto, Chūya, solo miraba arrepentido desde su lugar todo lo que había provocado con su respuesta.

...

Después de calmar a su profesor salieron de su despacho y la chica abrió los brazos abriendo y cerrando sus manos, como si estuviera pidiendo un abrazo. 

— ¿Qué haces? — Preguntó Chūya confundido por sus acciones.

— ¿No te parece que Poe-sensei es muy tierno? — Mencionó con las mejillas algo rojas imaginando a su profesor. — A veces me dan ganas de abrazarlo. —

Algo celoso por la declaración de la chica, se encogió de hombros y simplemente ignoró sus impulsos de querer estar entre sus brazos. — Siempre está con ese mapache. —

— ¡Eso lo hace más lindo! — Chilló emocionada. Miró de reojo la ventana y pudo ver como caía nieve. — ¡Mira, mira! —

Se acercó igualmente a la ventana y se quedó mirando como caía la nieve junto con la chica. — Mm Rando-sensei no la debe estar pasando bien. — Pensó en voz alta la chica recordando a su friolento profesor.

— Tienes razón. — Asintió de acuerdo y se quedaron en silencio mirando por la ventana.

Miró de reojo a su superior y sonrió cuando se le ocurrió un plan. — Sabes algo, aunque me dan ganas de abrazar a Poe-sensei, también hay alguien a quien quiero abrazar. — Confesó sonriendo apoyándose en la palma de su mano, mirando de lado a su senpai.

Un poco sorprendido por su declaración, sonrió nervioso y preguntó: — ¿Quién es esa persona? —

— Eres tú. — Respondió achinando sus ojos, shockeando a Chūya. Devolvió su mirada hacia afuera y como vio que el se estaba reiniciando o algo así, suspiró y se estiró. — Deberíamos volver. — 

Empezó a caminar con sus brazos en su espalda, pero fue detenida porque el chico la había tomado de la mano. — Ahora lo cumples. — Exigió tímidamente mirando a la chica.

Los colores se subieron a su cara y se volteó dejando que su brazo que estaba sosteniendo Chūya, quedara colgando. — ¿Eh? —

— Ahora cumples lo que dijiste. — 

Se soltó de su agarre y asintió levemente. Caminó lentamente hacia el y lo empezó a rodear con sus brazos. Formando así un lindo abrazo, que Chūya no se tardó en corresponder.

Se quedaron en ese lindo ambiente acogedor que habían formado, disfrutando del calor corporal del otro, y sonriendo cada uno por sus razones. Claro, si no fuera porque un profesor apareció.

— Lamento arruinar su bello momento, pero necesito a Chūya-kun un momento. — Interrumpió el profesor Mori, siendo acompañado por Elise. 

Sonrojados, se separaron rápidamente, rezando porque no se hayan quedado mucho tiempo viéndolos. Chūya tosió falsamente y se acercó a su profesor. — Nos vemos después ____. —

— Adiós senpai. — Se despidió con las mejillas rojas, tratando de evitar su mirada.

Mori abrazó por los hombros a Chūya y le sonrió a la chica tranquilizándola. — No te lo quitare por mucho tiempo ____-kun. — Ella asintió y sonrió dando a entender de que no se preocupe. — Vamos Elise-chan. —

— ¡Adiós! — 

Cuando los vio dar la vuelta, se agachó apoyando su frente en la pared, sintiendo su corazón ir a mil por hora.

Paso 10: ¡Felicidades! ¡No tienes una denuncia!

Tutorial || Nakahara Chūya × Reader ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora