Capitulo 10

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"Te amo.
Lo .
Entonces ya no hay nada que decir."

Jungkook no sabía si era su corazón que retumbaba tan alto como un tambor o el ruido incesante de los autos pasando a alta velocidad por la derecha de ambos.

Su mano que tomaba el mango del paraguas, temblaba como si estuviera en un terremoto debido a los nervios, tragó saliva por quinceava vez durante el trayecto y miró de reflejo a su acompañante.

Por un momento se sintió avergonzado, su hyung iba con una ligera sonrisa abrazando lo poco que pudo salvar de su insalvable bolso, sin una gota de nerviosismo mientras el parecía que caminaba sobre hielo delgado de lo tembloroso y nervioso que estaba. Y se regañó, así mismo, era un tonto si siquiera pensaba que tenía una oportunidad con Taehyung, quien es tan hermoso y casi irreal. De cabello y piel perfecta, frente a él que parecía haberse quedado atrapado en un siglo diferente, todo suéter de punto y pantalones anchos y de color melocotón, se sintió avergonzado por su vestimenta nada cool. No es como si hubiese planeado ofrecerse a acompañar al rubio bajo aquella tormenta, y que éste aceptara, ¡aceptara!.

¡Jesús parecía que su interior hacia una fiesta!.

—Llegamos—de pronto avisó el rubio, deteniendo los descarriados pensamientos del menor, quien se sintió morir cuando se giró hacia su hyung. Los ojos grandes y marrones lo miraron cálidamente, su estómago se revolvió de una increíble manera, tan abrumadora que todo su cuerpo tembló y él bajó la mirada— Gracias por haberme ayudado. De verdad lo aprecio.

Murmuró su mayor.

Por un momento Jungkook levantó su rostro, viendo la triste expresión del rubio, quiso preguntarle porque nadie lo ayudaría, pero se guardó esa duda para sí mismo cuando se fijó que el mayor se acercaba unos pasos y colocaba una mano sobre su hombro, Jungkook se encendió como una lámpara de un rojo muy  brillante que adornaba toda su cara, lo que hizo soltar una risita al contrario por lo tierno que lucía antes de que sus labios suaves y fríos colocaran un roce en su mejilla caliente.

La respiración se le atascó al menor.

—Eres el mejor Kookie—murmuró rápidamente el hermoso rubio y así como lo besó, se fue corriendo bajo la lluvia hacia la entrada dejando a un shokeado Jungkook parado bajo el paraguas.

Apretó los ojos, mordiéndose los labios una vez despertó para que su sonrisa no deslizara por sus belfos, conteniéndose al máximo para no taparse la cara y chillar como un niño pequeño que recibe dulces.

—¡Jungkook!— escuchó de pronto su nombre de la gruesa voz de Taehyung.

Se giró hacia la dirección para ver al mayor agitar su mano desde la puerta con una sonrisa cuadrada en sus labios.

Con un sonrojo en las mejillas, orejas y nariz levantó su mano despidiéndose al igual del sonriente rubio.

Lo que ambos no sabían era los ojos felinos que los veían desde la distancia, pensando en que tan rastrera podía a llegar a ser una persona.

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Lo primero que hizo Jeon Jungkook de dieciséis años al llegar a su casa, no fue saludar a su madre y meterse a la habitación de su hermano mayor como acostumbraba, no, el saltó a su cama chillando contra la almohada con una sonrisa estúpida en su cara, importándole poco si se había mojado de camino a casa y necesitaba darse un baño. Pataleó y se frotó el pecho.

Amaba la sensación que el rubio causaba en él.

Un suspiro cargado de felicidad fue dejado en aquella almohada, sus ojos brillantes se iluminaron como dos grandes faros cuando miró a la ventana empañada y la inspiración de hacer algo que hace mucho no hacia, llegó a él.

De un salto se paró de la cama, buscando en el fondo de su armario el caballete que hace mucho dejó olvidado y el lienzo de tela en blanco donde plasmaría la más majestuosa obra.

A su hyung.

Kim Taehyung.
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El azabache no sabía cuanto tiempo llevaba calcando en el caballete, solo sabía que estaba tomando forma. Ya podía apreciar el rostro de su hyung y un amago de sonrisa, de esas en donde sus labios se torcían y sus ojos brillaban tan intensamente que Jungkook deseaba nunca olvidar esa imagen, deslizó el dedo sobre el dibujo casi sintiendo como sus dedos tocaban la piel canela y suave de Taehyung.

Un suspiro ligero salió de entre sus labios.

—¿Quién es Kookie?— de pronto preguntó una voz aguda detrás de él, mientras trazaba los ojos que comenzaban a fascinarle.

Jungkook pegó un bote y  se lanzó sobre su dibujo, ocultándolo de su curioso hermano mayor, quien le mostró una sonrisa amplia al ver la tierna acción de su hermanito.

—Aigo~— se burló — a nuestro jungkookie le gusta alguien y lo esta plasmando.

Un chillido agudo soltó el rubio completamente entusiasmado que al fin alguien le gustara a su menor. No podía esperar a conocer a la persona que robó el corazón de su Jungkookie.

El menor quiso ocultar la cabeza en un armario, escuchando a su hermano decir y soltar grititos como una chica, sabía que Jimin no lo dejaría en paz. No quería decirle de quien o para quien era su dibujo, sino estaría sujeto al escrutinio intenso de Jeon Jimin.

—Mi pequeño hermanito enamorado ¡No puedo creerlo!— gritó por último Jimin sosteniendo sus mejillas haciendo una mueca tierna.

Las mejillas de Jungkook se pintaron de rojo e hizo un puchero cruzándose de brazos.

—¡Ya hyung!.

Y Jimin solo rió enternecido.

Esperaba que esa persona que se ganó el corazón de Jungkook supiera el gran chico que se llevaba.

N/A:

Nuevo cap!!💞

La vida después de la popularidad (KookV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora