"Incluso un dragón puede proteger un tesoro no tan preciado"
Podía sentir como todos parecían agradarle sus desgracias. El perfecto Taehyung ya no lo era tanto.
Apretó los puños frente a su auto, el cual estaba bañado en pintura y aerosol azul con una gran palabrota a un costado, cortesía de algún simio descerebrado de aquel lugar que llamaba escuela, sus llantas estaban pinchadas y un rayón enmarcaba su parabrisas. Lágrimas de frustración se acumularon en sus ojos. Pisoteó el asfalto del estacionamiento totalmente frustrado, su buen humor había sido cruelmente arruinado por esos malditos bastardos.
Lanzó la mirada hacía todas direcciones, fijándose en las insinuaciones maliciosas y las risitas viles. Taehyung nunca había tenido ningún problema sobre ese tipo de actitudes cuando estaba en la cima, para él eran solo juegos tontos que si hacían llorar a las víctimas solo debían superarlo y ya, esa es la ley del más fuerte, tan divertido cuando eras el fuerte, pero no para el más débil. La escuela es como una jungla repleta de todo tipo de bestias que te destruirán si ven alguna debilidad.
Él no les daría ese beneficio.
Con la cabeza alta tomó su teléfono marcando el número de su madre.
Un pitido.
Dos pitidos.
Tres pitidos.
El número que usted marcó no esta disponible intente su llamada más tarde.
El rubio bufó, no le sorprendía que su madre no le contestara a esas alturas. Con fuerza lo empujó de nuevo en el bolsillo de su jean de diseñador no tenía caso llamar a nadie más, todos sus "amigos" son amigos de YoonGi, en resumen nadie le prestaría ayuda.
Soltó un fuerte bufido.
Solo le quedaba una opción para llegar a casa, caminar, pero no le apetecía cuando estaba a más de seis manzanas de la escuela.
Completamente estresado se colgó el bolso del hombro y se dio la vuelta dispuesto a partir cuando chocó con alguien, más bien con un muro porque su nariz se resintió con el golpe.
Taehyung abrió la boca para mandar al demonio al idiota que se había parado frente a él, hasta que sus ojos avellanas chocaron con dos luceros brillantes ocultos bajo unas gafas.
Sin evitarlo se sonrojó con su corazón latiendo más rápido, llevó inconsciente su mano hacia el collar de su cuello. Inhaló tratando de calmarse, el era Kim Taehyung el chico que coqueteaba y no se apenaba, o eso creía.
Miró a través de sus pestañas al castaño parado frente a él, el contrario también parecía un tanto avergonzado solo removiéndose en su sitio. Sostenía una libreta en su mano y su bolso cubierto de chapas de algunos comics cruzado en su pecho, con un jersey dos tallas más grande y su gafas de montura redonda.
Lindo.
Taehyung casi se atragantó con su saliva al pensar eso.
Los ojos de ambos conectaron y Jungkook adquirió un tono de rojo más brillante en su cara, desvió sus ojos a sus gastadas zapatillas converse evitando mirar a Taehyung.
El castaño tragó saliva, su nuez de Adán moviéndose de arriba a abajo demasiado nervioso, abrió los labios y se atrevió por unos segundos a mirar al hermoso rubio frente a él soltando.
—P-puedo ll-llevarte si quieres —tartamudeó por lo bajo. Taehyung lo miró poniendo sumamente nervioso al castaño — vi lo que le pasó a tu auto— explicó rápidamente.
—Mhmm...— balbuceó — si, claro muchas gracias Jungkook— una sonrisa se plantó en sus labios, Taehyung por primera vez no dijo una escusa para librarse de un chico, tampoco si quiera pensó en una, solo sintió como su corazón bombeaba sangre a sus oídos al contemplar la sonrisa de conejito que le dedicó el contrario al asentir y guiarlo hacia el auto.
Taehyung esperaba un auto normal no a un vogwagen que parecía que se desarmaría en cualquier momento.
¡Donde estaba la salida de esa trampa mortal!.
Jungkook amablemente le abrió la puerta después de montarse de piloto, no porque quería ser un caballero, sino porque el trasto no abría por fuera la puerta.
Para alivio de Taehyung el interior estaba mucho mejor, además de que olía a la suave fragancia que desprendía Jungkook.
—Bonito auto— murmuró tratando de hacer conversación al ver como el castaño ponía la llave en el contacto.
Los ojos de Jungkook lo miraron brillantes.
—Gracias, Betty ha estado conmigo desde los quince, esta algo vieja, pero al menos me lleva— contó el castaño con una sonrisa de conejito que contagió a Taehyung.
Divertido el rubio miró a Jungkook con su sonrisa geométrica.
— No puedo creer que le hayas puesto nombre a tú auto —soltó con una risita que le pareció encantadora al castaño.
El menor negó, mirando por el retrovisor mientras salían del estacionamiento.
—No se lo puse yo, fue mi hermano.— refutó.
Taehyung movió su cabello rubio a un lado.
—¿Entonces tu hermano le pone nombre a las cosas?—Jungkook se rió por lo bajo.
— Así es, cuando tenía ocho años nombró a una rama señor Three. Papá lo quemó el mismo día durante una barbacoa pensando que era leña— le contó fluidamente con una media sonrisa en su rostro.
El rubio se cubrió con sus manos la boca, reteniendo una carcajada más se sonrojó cuando el menor apartó su mirada del camino para verlo. Rápidamente bajó los ojos tímido a su regazo. Sintiendo su corazón a mil, jugó con sus dedos un poco nervioso, después de esa amena conversación no hablaron y Taehyung solo se dedicó a darle las indicaciones de como llegar a su casa. Cuando Taehyung bajo del auto, se dio la vuelta sujetándose de la ventana sin vidrio, tratando de desviar su atención para no sonrojarse.
—G-Gracias Jungkook, aprecio que me hayas traído — murmuró con las mejillas carmesí, Jungkook inclinó la cabeza hacia abajo tímido.
—N-No f-fue nada— tartamudeó el contrario. Nada que ver con la voz segura de hace unos cuantos minutos.
— Jungkook — lo llamó, el castaño se arregló las gafas para ver los lindos ojos del mayor— me gustó mucho tu regalo— los colores más fuertes subieron a la cara del menor hasta las orejas, Taehyung se apresuró a alejarse, casi huyendo para calmar su corazón al ver la linda expresión del menor al escuchar sus palabras.
Cuando el rubio cerró la puerta de su casa, se recostó sobre ella con una mano en su pecho y las mejillas ardiendo.
Jungkook tenía algo especial, algo que lo atraía mucho más de lo que alguien como Taehyung llegaría a admitir en voz alta.
N/A:
Amo el KookV!!😻 es mi segunda pareja favorita.
Espero les guste el cap❤
Comenta, vota y sigue mi cuenta para más historias🙆
ESTÁS LEYENDO
La vida después de la popularidad (KookV)
FanfictionDespués de tener una vida perfecta, Taehyung ya no es el rey del colegio. El nerd le quitó el novio, quedó como el malvado del cuento ¡Ja! y sobre todo como el más odiado de la escuela. Sin amigos. Sin novio. Sin popularidad. ¿Habrá vida después de...