-¡ESTA ES MI CASA!

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Con un gesto muy galante, él lo ayudó a levantarse de la cama

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Con un gesto muy galante, él lo ayudó a levantarse de la cama. Entonces, Naruto pudo comprobar que era mucho más alto que él, mucho más poderoso. Además de alto, era musculoso. Al mirarlo, a Naruto se le olvidó todo a excepción de su propio anhelo, el deseo y la fascinación que sentía por el misterioso ángel o demonio que estaba a su lado.

- Siento haber tardado tanto en llegar a tu lado, Taiyôkô, pero ya estoy aquí —dijo. Le besó la cabeza suavemente, estrechándolo de nuevo con fuerza entre sus brazos—. Te aseguro que nunca te voy a dejar escapar.

Naruto le miro a los ojos.

- Gracias por estar conmigo.

- No digas nada Taiyôkô, es hora de marcharnos de aquí.

Naruto se tomó pequeña maleta que el azabache se la quitó abrió la puerta dándole el pase al salir Juûgo de inmediato tomo las cosas del rubio al ir caminando ya que una de las enfermeras llevo una silla de ruedas era el protocolo de la clínica llevarlo hasta el auto.

- Mr. Uchiha por favor.

El rubio se le tiñó las mejillas de carmesí, su mirada se dulcifico, Sasuke no perdía detalle de cada movimiento que hacia el Blondo.

"¿Cómo es posible que se vea como un Ángel?"

Sasuke pensó inmediatamente pero sí pudo constatar que tenía un brillo en su rostro algo que llamo su atención pero fue interrumpido de su concentración.

- Disculpe Mr. Uchiha, el Medico Hebi le espera en recepción.

- Taiyôkô en un momento vuelvo.

El Uchiha fue para saber qué es lo que quería el galeno al llegar observo que tenía medicamentos como recetas en mano.

- Mr. Uchiha, este es el medicamento de Naru y aparte los complementos que va a necesitar por su embarazo.

- Algo más que se haya pasado.

- Seria todo... por el momento, - Hebi saco de su bolsillo una tarjeta para poder ayudar al rubio en cualquier situación. – Tenga, en cualquier momento puede marcar, si necesita algo puedo recomendar algún Obstetra para que lleve el embarazo de Naru.

Sasuke tomo la tarjeta y vio directo a los ojos del pelilargo, ese Doncel no confiaba en él, la llevo a su americana para guardarla.

- Gracias por su interés, lo tendré en cuenta. Seria todo.

- Si, que tenga un buen viaje.

- Si, que tenga un buen viaje

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MI ENEMIGO... MI ESPOSO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora