𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ➣ ᴋᴀᴋᴀsʜɪ ʜᴀᴛᴀᴋᴇ

○• HIJOS •○

— ¿Porqué está tan bueno este helado? Creo que soy capaz de terminarlo hoy yo sola. — Nozomi volvió a tomar una enorme cucharada de helado, degustando este al instante.

— ¿Porqué estás comiendo tanto helado? ¿Acaso estás embarazada? — Kakashi la miro con los ojos bien abiertos.

— Quisieras, justo hoy me llego la regla, por eso ando tan tragona. ¡Tengo un bajón emocional, hormonal y de todo, Kakashi! Solo quiero comer y estar viendo series todo el día.

— Eso lo explica todo.

— ¿Ya ves? ¿Entonces qué esperas? Ven aquí y abrázame, consiente a tu novia un rato. — Frunció el ceño mientras hacia un puchero sumamente infantil que hizo carcajear a Kakashi.

— Si, si, pero quita esa cara que te ves ridícula.

— ¡No me digas así, baboso!

— ¡Pues no me digas baboso!

— ¡Tú empezaste!

— Ya, ya, ya, cállate y ven aquí. — El peliplata se sentó en el suelo y abrió los brazos en dirección a Nozomi. Ella captó la idea y de inmediato corrió a refugiarse entre los brazos de él.

— Te perdono por ser tan imbécil.

— No te pedí perdón...

— Pues deberías.

— No lo creo, linda, estás exagerando. — Bajo su mascarilla hasta su barbilla para poder dejar un beso cariñoso en la mejilla de la castaña.

— Ya basta Kakashi, estas muy alegon hoy y yo solo tengo ganas de seguir comiendo helado. — Tomo otra cucharada grande del postre. — ¿Quieres un poco?

— No gracias, no me apetece nada dulce.

— Por eso estás tan amargado... — Dijo ella con la cuchara medita en su boca.

Kakashi soltó un suspiro. — No pienso discutir eso. — Rodo los ojos mientras hacia una mueca.

— Ajá, mejor deberías estar contento de que no estoy embarazada. Aún somos muy jóvenes para tener hijos, aún no terminamos la universidad.

— En eso te doy la razón, nosotros dos con bebés en brazos, pobres niños. — Se quedó viendo a la pared se enfrente mientras imaginaba la situación. Nozomi carcajeo al haberlo imaginado también.

— Apuesto a que serías capaz de tirar a tu hijo por accidente al suelo.

— No sería capaz, soy muy cuidadoso.... ¿o si sería capaz? — La miro con sorpresa.

— No lo sé, tú dime, por algo te estoy diciendo. — La castaña arqueo una ceja a modo de burla.

— Que mal padre soy.

— No eres un mal padre por que ese hijo no existe, y si existiera seguro serías un excelente papá. — Ella río y después beso dulcemente los labios de Kakashi.

— Creo que tú también serías una excelente mamá, un tanto mandona, pero serías estupenda.

— Ya soy estupenda, cariño. — Le guiño un ojo haciéndolo reír.

— No me cabe duda, pero oye, poniéndonos serios... ¿enserio quisieras tener un hijo en un futuro?

— Siempre he dicho que no, pero si es contigo creo que la respuesta cambia a un sí. Pero sería muchos años después, y después de casarnos.

— Estoy de acuerdo, la verdad formar una familia a tu lado suena bien, me encantaría que fueras la madre de mis hijos. - Rasco su nuca mientras sus mejillas se tornaban rosadas.

— ¿Hijos o hijo?

— Pues no lo sé Nozomi, lo que sea estaría bien, un hijo o dos quizás, pero de ser dos que sea uno y uno, o bueno la verdad no importan mientras sea contigo.

— Ya, entiendo, pues ya lo veremos cielo, a mi también me gustaría que fueras el padre de mis hijos. — Dijo esta vez ella un tanto avergonzada.

— Entonces espero que así sea. — Tomo el bote de helado de las manos de Nozomi para ponerlo a un lado de ellos. Antes de que ella le reclamara por esa acción, tomó entre las palmas de sus manos el rostro de la fémina y se dispuso a besarla.

El beso comenzó lento, con calma, sin prisa alguna, ambos se dedicaban a saborear con plenitud los labios del otro, embriagándose de la dulce sensación tan adictiva que se provocaban mutuamente.

Nozomi se separó de sus labios para poder girarse por completo, estar frente a frente con él y así lograr subirse a su regazo a seguir besándole. Las manos traviesas de Kakashi no perdieron el tiempo y bajaron a los glúteos contrarios, los cuales apretó con ganas provocando un quejido por parte de su novia.

La castaña lo besaba esta vez con más pasión, dejando suaves caricias en la nuca del peliplata quien había soltado un suspiro estruendoso cuando sintió un pequeño escalofrío recorrer su cuerpo. Kakashi mordió el labio de ella antes de separarse ligeramente de sus labios para recuperar el aliento.

— Y... ¿no tienes ganas de que empecemos a hacer esos hijos ya? — Hablo en un susurro sobre los labios opuestos.

— ¡Ay por dios, Kakashi! No, no, no, ¡atrás pervertido, atrás! ¡que estoy en mis días, sucio! — La castaña se levantó rápidamente de su regazo mientras golpeaba su hombro. El Hatake solo se quejó mientras se dejaba caer al suelo fingiendo llorar.