𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ➣ ᴋᴀᴋᴀsʜɪ ʜᴀᴛᴀᴋᴇ

○• DESAYUNO •○

El sol aún permanecía oculto, pero no tardaría en hacer acto de presencia en unos cuantos minutos, indicando la llegada de un nuevo amanecer, de un nuevo día acompañado de una brisa fresca.  

Nozomi abrió los ojos despacio, encontrándose con la ventana de su habitación que permanecía con las cortinas cerradas, oscureciendo así aún más el cuarto. Comenzó a tallar sus ojos para despejar su vista y quitar las lagañas, soltando en el acto un pequeño bostezo.

Se dio la media vuelta encontrándose con su persona favorita aún durmiendo profundamente. Kakashi, su pareja, dormía bocabajo con uno de sus brazos bajo su cabeza mientras que el otro abrazaba a la castaña. Nozomi se dedicó a admirar su rostro por unos segundos, adoraba poder verle sin su usual máscara, amaba aquel lunar en su barbilla, su nariz, la cicatriz de su ojo, sus labios, amaba cada parte de él.

Tratando de no hacer ruido se levanto suavemente, logrando únicamente que el Hatake se moviera un poco y siguiera durmiendo. Ella rápidamente salió de la habitación y se encaminó al baño para poder hacer sus necesidades y lavar su rostro.

Una vez lista fue a la cocina donde se dispuso a preparar el desayuno, hoy era su día libre de la pareja por lo que se podrían sentar a desayunar tranquilamente disfrutando de su compañía.

Usualmente ambos tenían que levantarse temprano e ir a trabajar, por lo que eran pocas la veces en que lograban hacer un desayuno elaborado y se sentaban a degustarlo.

Cuando Nozomi terminó y colocó todo sobre el comedor regreso a la habitación encontrando a Kakashi atravesado en la cama aún durmiendo. Se subió a la cama y se recostó sobre su espalda, abrazándolo.

— Kakashi, despierta. — Susurro en uno de los oídos de él, recibiendo un quejido como respuesta. — Vamos cielo, ya es tarde, el desayuno está listo.

— Un poco más... no me quiero levantar.

— Anda, se va a enfriar la comida. — Palmeo tres veces seguidas uno de los glúteos del Hatake con su diestra.

— Déjame. — Se volvió a quejar mientras alargaba la ultima vocal de aquella palabra. Segundos después abrió sus ojos.

— Arriba Kakashi, vamos, vamos vamos. — Volvió a golpear su glúteo con un poco más de fuerza.

– Ya, ya, ya, ¡basta! — Dio media vuelta dejando a Nozomi bajo su cuerpo, por lo que esta vez él la aplastó con todo su peso mientras la dejaba inmóvil con un fuerte abrazo.

— ¡Kakashi, no empieces, suéltame! — Trato de soltarse del agarre, fallando en el intento, así que solo le quedo dedicarle una mala cara a su novio. — Enserio eres imposible.

— Si yo soy imposible, tú también lo eres, sin embargo así te amo y así me amas también. — Levanto su rostro para poder verla y besar la punta de su nariz. 

— ¿Tan seguro estás de eso?

— Muy seguro, de lo contrario no me habrías preparado el desayuno. 

— Te odio.

— Sé que no lo haces. — Soltó a su novia y se puso de pie mientras jalaba las manos de Nozomi para ponerla de pie también. — Ya vamos a desayunar, gracias a ti el sueño se me espantó.

— Ya era hora. — La castaña río mientras caminaba junto a él hacia el comedor.