○• PROBLEMAS •○

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— Espera linda, mi celular suena

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— Espera linda, mi celular suena. — Kakashi rápidamente coloco sus boxers y se levantó a buscar su celular en sus pantalones.

— Oh no... — Murmuró Nozomi teniendo un mal presentimiento.

Ella cubrió su cuerpo desnudo con la sabana, tomando asiento en la cómoda cama. 

— ¿Hola? ¡entrenadora Tsunade! Me sorprende qu-... — Se río de manera dulce mientras rascaba su nuca. — ¿De qué habla? ¿Por eso es que esta llamando? — Intento hacerse el tonto mientras recibía preguntas a las que claramente su rubia entrenadora de básquetbol ya tenía respuesta. Le regañaba tan fuerte que Nozomi podía oír la voz de la mujer, sin embargo no podía entender bien lo que decía. — No tengo idea, pero ¿ah? ¿Ella? Enserio que-... — Volvió a ser interrumpido por un grito de la mujer, provocando que aleje el celular ligeramente de su oído. Y sin poderlo evitar un sonrojo apareció a su rostro. — Ya ya, relájese por favor le digo que no, ajá, bien, adiós.

Colgó a su teléfono mientras soltaba un fuerte suspiro, en este punto Nozomi le veía con interrogación y con las mejillas coloradas, se daba una idea de lo que acaba de decirle su entrenadora a su novio.

Ambos estaban en su primer año de universidad y pertenecían al club de básquetbol que, en esos momentos se encontraba de viaje por un par de importantes competencias que tenían en la ciudad de Tokio. 

Ambos equipos, tanto masculino como femenino se hospedaban en un hotel cercano al lugar donde se darían las competencias, por lo que, inevitablemente la pareja aprovecho para pasar el rato cuando su entrenadora les dejo libre el resto de la tarde y noche de aquel día. 

— Bueno, creo que estamos en problemas. — Soltó una risa nerviosa Kakashi.

— ¿¡Cómo que crees que estamos en problemas!? — Exclamó en un tono no muy alto, pero dando a notar su ligera molestia.

— Sí, creo que no fuimos muy silenciosos.

— No puede ser, esto es tú culpa Hatake. — Nozomi cubrió su rostro con sus manos, y sus mejillas parecían aumentar el color rojizo.

— Oye, no es completamente mi culpa, te dije que fueras silenciosa.

— ¡No intentes culparme! En primer lugar no tenía planeado que me visitarás y que acabáramos así. — Quito las manos de su rostro para verle con el ceño y los labios fruncidos.

— Ya, ya cielo, no te enojes, si la pasamos muy bien. — Respondió sinico mientras regresaba a la cama donde le hizo acostarse junto a él, encadenando sus brazos a la cintura de ella.

— ¡Kakashi! — Reprocho ella alargando la última vocal del nombre. A él se le escapó una risa de nueva cuenta.

— No te preocupes, no pasa nada.

— Solo pasa que nos escucharon y ahora saben lo nuestro.

— No me interesa, de cualquier forma ya era hora de que lo supieran.

— Sí, pero no así... — Nozomi abrazo al peliplata, escondiendo su rostro en el pecho de él. — Enserio te detesto...

— Si tú lo dices. — Beso la frente ajena con cariño, la situación lo tenía divertido, no le preocupaban demasiado los regaños de su maestra, ni las burlas de sus colegas.

— No puede ser, seguro las demás chicas también nos escucharon, mañana no podré controlarlas.

— Y no dudes que irán a dar el chisme con los muchachos.

— Maldición, ojalá viniera Tsunade y te corriera de aquí, así recibirás tu merecido. — La fémina ocultó su rostro en el pecho de él. — Es cierto, ¿no viene para acá o si?

Nozomi le miraba con los ojos bien abiertos, asustada de que su entrenadora viniera hasta su dormitorio y los terminara viendo así. 

— Claro que no, amor, pero estoy seguro de que mi merecido lo recibiré mañana en el entrenamiento. — Se río, contagiando a su chica de risas.

— Muy probablemente nos mate con los ejercicios del calentamiento, maldición. Esto es tu culpa Kakashi, eres un pervertido. 

— Pero tú me sigues perfectamente el juego. — Le dedicó una mirada picara que solo provoco sonrojos en ella quien, a modo de venganza mordió el blanquecino hombro del peliplata, causándole un pequeño grito de dolor. — ¡Ya, ya, pido perdón! 

 — ¡Ya, ya, pido perdón! 

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𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ➣ ᴋᴀᴋᴀsʜɪ ʜᴀᴛᴀᴋᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora