𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ➣ ᴋᴀᴋᴀsʜɪ ʜᴀᴛᴀᴋᴇ

○• PANDILLA •○

— ¡Kakashi! ¡se escapan los desgraciados!  

— ¡Carajo! Sube a la moto. — Exclamó mientras corría hasta su motocicleta y se montaba en ella. El motor rugió al segundo en que colocó las llaves. 

La castaña corrió hacia a él y de un brinco subió a la motocicleta. Apenas le dio tiempo de sujetarse del peliplata, pues al instante emprendió camino a alta velocidad.

Kakashi manejaba a toda velocidad, dejando un rastro de tierra tras de ellos, pitaba el claxon cada que había un civil u automóvil cerca, les pasaba rozando.

— ¡Derecha, derecha, se fue por ahí! — Nozomi señaló el lugar por el que habían escapado los hombres traidores de Obito.

El Hatake frenó ligeramente para girar a la derecha, casi derrapando en el intento, pero logró estabilizarse y acelerar. Estaban muy cerca de ellos, se habían adentrado a una calle estrecha y poco concurrida.

Nozomi sacó una navaja de su cinturón y en un segundo la lanzó, dándole en la espalda al sujeto que iba en la parte trasera de la motocicleta. Este cayó por el impacto, dando un grito de dolor en el instante. La castaña rápidamente golpeó el hombro de Kakashi, quien bajó ligeramente la velocidad para que ella pudiera bajar de un salto.

Así lo hizo y el Hatake solo la miró de reojo antes de volver a acelerar para alcanzar al otro hombre.

— ¿Creíste que te escaparías tan fácil rata sucia? — Una risa burlona salió de ella, el hombre la miró asustado e intento levantarse, sin embargo ella lo pateó en la cara antes de subirse a su espalda, sentándose sobre ésta al mismo tiempo que tomaba uno de los brazos del hombre, dejándolo inmóvil. 

— Por favor, déjame ir, no me mates, Madara soborno a mi compañero, él me arrastró a esto, ¡jamás quise traicionar a Kakashi o a Obito, lo juro! — Exclamo aterrado.

—Claro, de ser así desde el primer momento le hubieras informado a alguno de los dos sobre esto. — Jalo su brazo, haciendo que él gimoteara de dolor. —Ahora, pagarás las consecuencias de tus actos.

— Por favor, ten piedad, no me mates.

— ¿Piedad? Lamento decirte que ni Kakashi, ni yo conocemos esa palabra, no la aplicamos en traidores como tú. — Hablo con voz gélida, provocando un escalofrío en el sujeto. Tomo la navaja y la enterró más en la espalda del otro, quien gritó al instante.

— ¡Déjame en paz, perra asquerosa!

— ¡Cállate, traidor! — Saco la navaja y la enterró cerca de la anterior herida y jalo el brazo aún atrapado entre su diestra, evitando que el hombre se pusiera de pie, a quien solo le quedo gritar e intentar patalear.

— ¡Te darán tu merecido pronto! ¡eres un demonio, mujer maldita! ¡zorra!

— ¡Te he dicho que te calles! — Sin poder aguantar más la boca sucia del hombre, volvió a empuñar tu navaja y está vez la clavó en su cuello. Aquel pandillero dejó de gritar y de moverse poco a poco, sus ojos se fueron apagando y la sangre brotó a montones por tu cuello, manchando el piso al instante.

Nozomi se puso de pie mientras quitaba la navaja, limpio el filo con su pantalón y la guardo en su cinturón de nuevo. Escupió sobre el cuerpo moribundo del hombre antes de comenzar a marcharse. Coloco la capucha de su chaqueta y sin mirar atrás comenzó a caminar de regreso al escondite de Obito.

— Ven con otro de los muchachos a la calle Grey, la rata se quedó tirada ahí en el suelo, deshágase de él. — Habló por su teléfono celular una vez que le respondió uno de sus compañeros de la pandilla de Kakashi. — Nos vemos en un rato.

Caminó unas cuantas cuadras sigilosamente evitando ver a las pocas personas que transitaban por aquellas calles y se detuvo cuando escuchó el claxon de una motocicleta.

— ¡Oye linda! Te estuve buscando, no respondiste mis llamadas. — Ella se giró con una sonrisa en sus labios encontrándose con Kakashi montado en su motocicleta.

— Lo siento, mi porquería de celular se acaba de apagar, iba de camino al escondite con Obito. — Mostró su celular que efectivamente, se había apagado tras realizar la llamada anterior.

— Entonces sube. — Señalo con su pulgar la parte trasera de la motocicleta. Una vez que ella estuvo frente a él, la detuvo con su mano. — ¿Qué te pasó? ¿acaso tú?...

— Creo que se me paso la mano.

— Mierda Nozomi, te dije que solo tenías que dejarle inconsistente. No tenías que hacer más, el trabajo sucio era para los muchachos.

— ¡Lo sé! Perdón, me hizo enojar y me ofendió el imbécil. No quise hacer esperar más su fin. — Kakashi soltó un fuerte suspiro.

— No tiene caso regañarte, jamás obedeces y eso que soy tu jefe. — La fulminó con la mirada mientras negaba ligeramente con la cabeza.

— Lo siento jefecito, lo que pasa es que en cuanto a desobediencia, aprendí del mejor. — Beso la mejilla cubierta de Kakashi por el usual pañuelo que cubría su rostro, luego le dedico un mirada juguetona.

— Oh vamos, no empieces. — No pudo discutir más pues sabía que era cierto, él solía desobedecer a las órdenes constantemente. 

Nozomi carcajeo antes de subir a la motocicleta, se aferró al torso del peliplata con ambos brazos, abrazándole con fuerza.

— Mejor cállate y vayámonos, necesito dormir un poco, estoy cansada... — Murmuro contra la ancha espalda de él.

— Bien, llegando tomemos una siesta, también estoy agotado, estos días han sido difíciles. — Kakashi puso en marcha la motocicleta y condujo de regreso a donde estaba el resto de su pandilla y la pandilla de su querido colega, Obito.

¡Les juro que este one shot me encanta! Hasta me dieron ganas de hacer una historia con Kakashi teniendo una pandilla, suena cool, ¿no? 

JAJAJA en fin, les voy a contar como se me ocurrió esta idea, porque esta muy loco.  

Se me ocurrió esto cuando estaba afuera del super esperando a mi mamá, hagan de cuenta que pasó una moto muy rápido e incluso levanto mucha tierra. Parecía que los fueran siguiendo (México check) pero creo que no, o eso espero jajaja. Bueno, el punto es que el ver la moto me sirvió de inspiración, logrando imaginar a Kakashi en mood pandillero. Mi imaginación se alocó, tuve que sacar mi teléfono para escribir la idea, luego súmenle que estaba escuchando unas rolitas de rock todas aceleradas, nombre, me emocione.  

JAJAJAJA en fin, hasta aquí mi reporte Joaquín, ¡saludos! 

– Agust