WIGETTA: Amor Sin Esperanza (Libro 1) [EDITANDO]

CAP. 14: Esperanza.

CAP. 14: Esperanza.

«Narra Guillermo»

Miro de reojo a Carol mientras le doy un sorbo a mi café. Está caliente. Samuel solo sonríe al ver los gestos que hace Carol para poder partir el trozo de carne en su plato. Es increíble como mi padre accedió a esto, claro... No sabe que estoy con Samuel. La cafetería hoy tiene algo distinto, el aroma a café es el mismo de siempre pero... Me siento diferente, observado, con un nudo en la garganta que no me deja hablar. Remuevo mi sopa con una cucharita y suspiro. No tengo nada que decir, solo me meto en mis pensamientos olvidando todo alrededor. Carol sigue intentando con el filete en su plato, no se rinde.

─¿Necesitas ayuda con eso?

Samuel le sonríe al preguntarle lo anterior. Me encanta que se lleven bien, al menos algún miembro de mi familia lo hace.

─No, estoy bien.

Samuel asiente con la cabeza mientras vuelve con su rebanada de pastel de chocolate. Me voltea a ver si sonrío. ¿Cómo es que puede ser tan...? Tan no lo sé. Se me queda mirando unos segundos mientras toma un pedazo de pastel con la cuchara. ¿En serio piensa hacer esto? Nos reímos.

─¿Quieres un poco? ─Samuel sonríe y asiento con la cabeza.

Acerca la cuchara a mi boca y tomo el trozo de pastel, que por cierto, está delicioso. Me cubro la boca y siento las mejillas arder. Aquello había sido tan tierno y ridículo. Moriría de vergüenza si alguien nos hubiera visto. Carol saca una risa burlona y yo solo me cubro el rostro mientras le sigo el ritmo.

─Estás loco, Samuel. ─digo sonriente.

─Sí, mi Guille. Loco por ti.

Abro los ojos como platos y me pongo rojo como tomate. Carol nos mira a ambos y niega con la cabeza sonriendo.

─¿hola? Estoy justo aquí, frente a ustedes.

─Calla Carol.

Samuel le da un golpecito en el hombro a mi hermana y no puedo evitar sonreír. David llega y nos ofrece algo más. Estamos planeando ir al cine de la plaza, así que creo que será todo por el momento. Nos despedimos de David y salimos de la cafetería. Tomamos un taxi y llegamos en un par de minutos al cine. Es el típico día de novios... ¿Que mierda acabo de decir? Ni si quiera sé si somos pareja oficialmente. Carraspeo e ignoro lo anterior. Miro alrededor y el olor a mantequilla de las palomitas se apodera de mi nariz.

─¿Quieres que vaya y compre las entradas? Yo invito.

─Samuel, no, por favor. ─saco dinero de mi billetera y se lo pongo en la mano.

─No, Guille. Hablo en serio.

Asiento decepcionado con la cabeza y me dirijo a la taquilla de snacks. Carol me sigue y se para a lado mío, sin decir nada.

─¿Qué sucede?

Pregunto desconcertado, Carol solo baja la vista.

─Me gustaría que habláramos sobre esto, Guille. Yo puedo ayudarte.

Niego con la cabeza y acomodo mi brazo en la barra de la taquilla. Mi respiración se acelera, pero conservo la calma. Alzo la mirada y alcanzo a ver a Samuel a lo lejos. Esto es una locura.

─Carol, no quiero hablar de esto.

Respondo con firmeza.

─¡Claro que si Guille! Tendré solo doce años pero puedo ayudarte, en algo... Además, tu me habías hablado antes de ésto...

─Y gracias a eso Papá se dio cuenta.

─Bueno, Guille. Entonces dale una explicación coherente a Samuel. El es un buen tipo, y creo que es una excelente persona. Me gusta verte feliz con el, al igual que a él contigo. ¡Vamos! ─hace una pausa─, aceptémoslo. Ambos se quieren y mucho.