WIGETTA: Amor Sin Esperanza (Libro 1) [EDITANDO]

CAP. 1: ¿Amor a primera vista?

CAP. 1: ¿Amor a primera vista?

«Narra Samuel»

      Llego a la tienda de discos. Me acerco a las estanterías. Fijo rápidamente mi vista en un disco en especial. Lo observo por unos segundos detenidamente, lo tomo para observar su contenido pero alguien del otro lado de la estantería también lo había tomado, ya que era el único. Reacciono pero no volteo a ver a ese alguien.

      ─Perdona, yo... ─digo mientras siento como mis mejillas arden de la vergüenza. Subo la mirada y lo veo. Es un chico apuesto, un tanto alto y tiene el cabello alborotado.
      ─No te preocupes, perdóname tu a mi. ─Me dice mientras se forma una sonrisa en su rostro. En un segundo siento que me cae bien.
      ─Tienes buenos gustos. ─Le digo con un tono coqueto.
      Espera, ¿Coqueto? ¿En qué estás pensando samuel? Ignoro lo anterior completamente y me dedico a esperar su respuesta.
      ─Igual que tú. ─Se queda en silencio. Nos quedamos mirando por unos segundos y cruzando nuestras miradas hasta que la empleada de la tienda nos habla amablemente. Lleva una playera negra con un tocadiscos en la espalda, a modo de uniforme.
      ─¿Se les ofrece algo? ¿Buscan algo en especial?─ Él reacciona rápidamente.
      ─No, gracias, estamos bien ─contesta amigable. La empleada se aleja y puedo ver de nuevo el tocadiscos─. Y dime, ¿Cuál es tu nombre?
      Por un segundo dudo si seguir con la platica. Es totalmente un desconocido... Apenas articular un par de palabras quiere saber mi nombre. Mi subconsciente me da empujones y me anima a contestar.
      ─Sa-Samuel. ─digo tartamudeando,  
      ¿Por qué estoy tan nervioso? Es un chico como cualquier otro. Aunque nunca me había ocurrido algo así...
      ─Lindo nombre. ─Me dice sonriendo.
      ─Gracias ─Me sonrojo, ¿Por qué?─, El tuyo deber ser Guillermo ¿No? ─Le pregunto con confianza, pero sigo sin aliento.
      ─Sí, pero puedes decirme Guille ─Sonríe─. Espera, ¿Cómo es que sabes mi nombre? ─Me pregunta sorprendido.
      ─¿Será porque está escrito en el borde de tu ropa interior? ─digo imprudente y algo avergonzado. Guillermo observa sus calzoncillos y se sube el pantalón apenado.
      ─Disculpa, son un poco grandes ─dice enfocando los pantalones─. Y lo de mi nombre...Mi madre es un poco sobreprotectora. ─Me río.
      ─¡Mierda, las cinco! ─grito mirando la hora en mi reloj─. Lo siento, tengo que irme ahora.
      ─¡Espera! Apenas conocí tu nombre ─Me sonrojo, pero me mantengo firme─. ¿Podemos quedar algún día?
      ¿Quedar? ¿Quedar con un chico? Tampoco estoy en posición de rechazar amigos...
      ─Sí sí, pero me tengo que ir, ¡Adiós! ─Le digo haciendo un gesto de despedida con mi mano. ¿Por qué había dicho que si?
      ─Adiós. ─Lo escucho cuando salgo de la tienda.

* * *

«Narra Guillermo»

Salgo de casa. Cruzo algunas calles y llego a la tienda de discos. Entro y el aire frío choca contra mi rostro. Voy recorriendo la sección de audífonos y me encuentros unos perfectos. Volteo hacia atrás y veo algo que me llama la atención. Un chico apuesto entró a la tienda ¿Apuesto? ¿Qué estas pensando Guillermo?. Estoy buscando un disco; ¡Y está justo ahí! Me acerco rápidamente y lo tomo, pero alguien más también lo tiene, está del otro lado de la estantería. Es el chico de antes.

─Perdona, Yo... ─Me dice apenado pero yo lo interrumpo.

─No te preocupes, perdóname tu a mi. ─Le dije y no pude evitar sonreír.

─Tienes buenos gustos. ─Me dijo tratando de iniciar una conversación.

─Igual que tú. ─Me quedé en silencio. Nos quedamos unos segundos callados y mirándonos, hasta que una empleada nos interrumpe.

─¿Se les ofrece algo? ¿Buscan algo en especial? ─Nos preguntó, yo reacciono rápidamente con deseos de que se vaya. ¿Qué tratas de hacer Guillermo?

─No, gracias, estamos bien ─contesté. La empleada se va y continúo con el chico─. Y dime, ¿Cuál es tu nombre?

─Sa-Samuel. ─Dice tartamudeando, sus mejillas se tornan rojas. ¿Porque será?

─Lindo nombre. ─Le digo con una sonrisa, ¿Lindo nombre? ¿Acaso estoy coqueteando con un chico?

─Gracias ─Se sonroja, ¡SE SONROJÓ!─. El tuyo deber ser Guillermo ¿No? ─Me preguntó.

─Sí, pero puedes decirme Guille ─Sonrío─. Espera, ¿Cómo es que sabes mi nombre? ─Le pregunté desconcertado.

─¿Será porque está escrito en el borde de tu ropa interior? ─Dice soltando una carcajada. Mierda, es verdad. Me subo los pantalones avergonzado, mis mejillas arden ¿Porque? ¿Que estoy sintiendo?

─Disculpa, son un poco grandes ─dije refiriéndome a los pantalones─, y lo de mi nombre... Mi madre es un poco sobreprotectora. ─El se ríe y yo también.

─¡Mierda, las cinco! ─Gritó Samuel preocupado─. Lo siento, tengo que irme ahora.

─¡Espera! Apenas conocí tu nombre ─Le dije y ¿Estaba nervioso?, noté como se sonrojaba-. ¿Podemos quedar algún día? ─agregué ¿Qué mierda acabo de hacer? ¿Le pedí a un chico que saliera conmigo? Diablos, Guille, diablos.

─Sí sí, pero me tengo que ir, ¡Adiós! ─Se despidió.

─Adiós. ─Le dije cuando el salió de la tienda.

Cuando noté que se fue, tomé el disco y lo pagué. Caminé hacia mi casa. En el camino, no podía dejar de sentir algo por esa chico, por Samuel. Era algo distinto, diferente a lo que había sentido. Tenía que volver a verlo, tenía que ver de nuevo esos ojos marrones, esa linda sonrisa y escuchar esa tierna voz...¿Emm, Qué?