—¿Qué ha pasado? —pregunto a Violeta nada más llegar.
—No sabemos nada todavía —explica, cruzándose de brazos. Se le nota preocupada, lo cual es normal. El valor de las joyas es tan alto que si pasa algo con ellas puede que la empresa se vaya a la ruina—. Saltó la alarma, nada más.
—¿El seguro no cubrirá las pérdidas? —habla Clara. Ella también ha tenido que venir.
—Hasta cierto punto —añade moviéndose de un lado para otro.
En voz baja, le explico a Clara lo que teníamos en la oficina y se lleva las manos a la cabeza. Ahora entiende la histeria de Violeta.
Cuando el policía nos deja pasar, corremos hacia el ascensor.
—¿Las metiste en la caja fuerte?
Me quedo observándola, confusa. ¿Teníamos caja fuerte?
—Las guardé en mi escritorio.
La mirada que me lanza es tan envenenada que siento que me muero ahí mismo. Por suerte, el ascensor se abre y no nos da tiempo a discutirlo. Corre como si hubiesen abierto las rebajas en la tienda más cara de la ciudad y se detiene cuando no encuentra mi mesa.
—Es aquí —señalo mi escritorio y empiezo a abrir los cajones.
Está todo tan bien ordenado, los papeles alineados, los bolígrafos en su sitio, que dudo que ningún ladrón haya tocado nada. Sin embargo, cuando llega Violeta junto a nosotras, empieza a tirarlo todo buscando lo que necesita.
—¡No están! —exclama, enfurecida—. ¿Entiendes lo que eso significa, Erin? ¡Como no aparezcan te prometo que no volverás a trabajar en ninguna empresa de publicidad!
Clara me sujeta del brazo y yo, conteniendo el aliento, pienso dónde puedo haberlas dejado. Entonces la bombilla de mi cabeza se enciende y culpo al alcohol de no haberme acordado antes.
Camino hacia la sala donde guardamos el material de las presentaciones y los tacones de mi jefa retumban detrás de mí. Cuando empecé a trabajar hace unos meses en Ad-Art, al ver que Violeta nos sometía a tanto estrés y nos obligaba a adaptarnos a sus locas dietas, creé un refugio de comida en esta sala. Aquí hay chocolate de todo tipo y patatas para poder sobrevivir al menos dos o tres meses. Nada más abrir el armario, unas barras de chocolate se caen de él. Las ignoro y rebusco en la parte de atrás. El maletín aparece.
—¿Qué es todo esto?
—Aquí están tus joyas. —Ignoro que me observa horrorizada y lo abro para mostrarle lo que está buscando. Sus ojos relucen nada más verlas y su enfado se reduce a una simple rabieta de niña de cinco años. Puedo ver incluso que sonríe, da un poco de miedo.
—Marchaos de aquí.
Nos hace un gesto con la mano para echarnos. Está demasiado concentrada para decirnos nada más. Cuando estamos lo suficientemente lejos, oigo suspirar a Clara y luego empezar a reírse.
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La fórmula perfecta © |COMPLETA|
RomanceErin está convencida de que el amor no está hecho para ella. Enzo hará todo lo posible para demostrarle que se equivoca. Una app para ligar. Cinco citas. Una apuesta. ¿Qué puede salir mal? ♥ Fecha inicio: 14/02/2021 🏆 GANADORA DE LOS WATTYS 2020...