Erin está convencida de que el amor no está hecho para ella. Enzo hará todo lo posible para demostrarle que se equivoca.
Una app para ligar.
Cinco citas.
Una apuesta.
¿Qué puede salir mal?
♥ Fecha inicio: 14/02/2021
🏆 GANADORA DE LOS WATTYS 2020...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Vuestra presentación ha estado espectacular, pero quería hablar contigo de otra cosa —comenta con la seriedad propia de un ejecutivo. Camina conmigo hasta los sillones que hay en la entrada y me invita a sentarme—. Vamos a abrir dentro de poco una oficina en Madrid y otra en Reino Unido y nos gustaría tenerte como enlace.
—¿De qué empresa se trata?
—MRB. Morelli, Rosso y Bordoni. —responde alzando las manos, señalando lo que hay a nuestro alrededor y comprendo que estas oficinas son de ellos—. Nos dedicamos principalmente a los coches. Hace tiempo lanzamos nuestra primera línea de ropa y ahora hemos ampliado el mercado a los cosméticos y joyas.
El nombre me resulta familiar. Entonces, caigo en la cuenta de que se trata del apellido de Enzo y niego con la cabeza al instante.
—No puedo aceptarlo —añado, levantándome. Marco alza la mano para que me detenga.
—Tendrías el puesto de jefa de publicidad. Coordinarías todas las campañas —explica pacientemente y me vuelvo a sentar—. Podrás hacer lo que quieras.
—¿Tiene esto algo que ver con Enzo?
—Él no sabe nada. Vi tus fotos para la joyería Rossell. Son una auténtica maravilla —asegura y, aunque aquella propuesta parece irreal, le creo—. Piénsatelo y cuando tengas una respuesta me llamas.
—¿Es en serio? ¿Por qué yo?
Me da una tarjeta en la que pone su nombre y número de teléfono. La cojo, sin dejar de observarla, y la guardo en el bolso. No puedo negar que es una gran oferta. Tentadora, teniendo en cuenta lo que acaba de ocurrir en la sala de reuniones.
—Tienes talento y mucho ojo para este mundo. Serías una líder perfecta —responde riendo, esta vez dejando a un lado la formalidad—. ¿Vienes a comer?
Parece simpático y lo cierto es que me muero de hambre, así que acepto.
Al parecer, todos se han al restaurante que hay al lado de las oficinas. Cuando entramos, no nos sentamos con todos ellos, sino en una mesa más pequeña. Miro a Violeta, que no deja de sonreír a todo el mundo con esa sonrisa tan falsa que tiene y me siento dándola la espalda. Es tan extraña la situación. No conozco a ese hombre de nada y, de repente, me ha ofrecido trabajo e invitado a comer.
—¿Has probado la pizza de aquí? —habla mientras observa la carta con atención. Me doy cuenta de que se ha desabrochado los primeros dos botones de la camisa y está tirado en la silla como si de su casa se tratara—. Es la mejor de todo el mundo.
La formalidad le suma años, ahora parece mucho más joven.
—He probado cientos, así que seré un juez muy crítico —contesto, riendo y el estómago me ruge con ganas.
Finalmente, me decanto por la "pizza capricciosa" y, mientras nos la traen, me cuenta cómo la preparan. Nunca había probado una pizza hecha en un horno de leña y tengo mucha curiosidad por probarla.
