Epílogo

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Seis meses después

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Seis meses después...

Todo y nada ha cambiado en nuestras vidas. Yo he empezado en mi nuevo trabajo y lo cierto es que me encanta. Melissa se ha unido hace poco para trabajar en las oficinas de Madrid. De momento somos pocos y no tenemos mucha presión, pero no dejamos de inventar nuevas posibilidades que ofrecemos a un gran público.

—¿Qué te hizo cambiar de idea sobre mí? —me pregunta mientras nos tomamos un chocolate caliente. Ya es invierno y, aunque en Madrid no es tan frío como en Irlanda, estoy tapada con la manta con Yang sobre mi regazo. Yin es más independiente, aunque a veces también se sube al sofá con nosotros. Le gusta estar más con Enzo que conmigo.

Hace poco, decidimos instalarnos en Madrid. Love up está teniendo un éxito tremendo y de vez en cuando tenemos que hacer viajes a Roma o a Londres, pero pensamos que tener un lugar al que poder llamar hogar nos daría más estabilidad. Además, mis diablillos necesitan dormir siempre acompañados.

—Tus bíceps, sin duda —bromeo, fingiendo confianza en mis palabras—. La foto que me enviaste me conquistó.

Él se ríe y su hoyuelo vuelve a aparecer. Me he dado cuenta de que aparece siempre que sonríe con sinceridad.

Enzo y yo nos estamos conociendo todavía. Creo que nunca se deja de conocer a una persona y eso es lo bonito de la vida, ir descubriendo cosas poco a poco. Lo que me gusta de nuestra historia es que ha resultado ser una combinación de pequeñas casualidades a las que nosotros mismos nos hemos ido arrastrando porque somos como dos polos opuestos que se atraen. No nos conocimos a través de la aplicación, sino por ella; pero, aun así, eso fue lo que nos unió.

—Vale, lo admito —respondo finalmente con una carcajada—. Tu fórmula funciona. No hay otra explicación. Me embaucaste con tus encantos.

—No tienes remedio. —Hace su servilleta una bola y me la tira, dándome en la cara. Me da un beso y Yin se sube al sofá para poner un poco de paz. Nos volvemos a reír.

A veces tengo dudas. Me imagino que los dos las tenemos: ¿saldrá bien?, ¿me querrá siempre? Pero dudar es de humanos. Al fin y al cabo, el amor en sí no es una fórmula perfecta. Se trata de aceptar los defectos y virtudes de la otra persona, arriesgándote siempre. Lo bueno de tener a alguien a tu lado es que ya no tienes que superar esas inseguridades tú solo.

Ah, ¡y se me olvidaba! Por fin he podido tirar la moneda en la Fontana di Trevi. En realidad, he tirado tres. La primera porque tengo intención de volver a la ciudad. Mucho, la verdad. Quiero que Enzo me enseñe cada rincón. La segunda ya la he cumplido, pues solo tengo ojos para un italiano. Y la tercera la hemos tirado los dos juntos para hacer la broma, aunque no descarto casarme en un futuro, ¿quién sabe?


FONTANA DI TREVI

Dice la leyenda que si arrojas una moneda: volverás a Roma. Si arrojas dos monedas: encontrarás el amor con una atractiva italiana (o italiano). Si arrojas tres monedas: te casarás con la persona que conociste.


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Gracias por haber llegado hasta aquí y haberos tomado tiempo en leer la historia de Erin y Enzo. Espero que la hayáis disfrutado muchísimo ❤



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