Presente
El Miércoles por la mañana llegó demasiado pronto y Renjun se sintió muy nervioso para ir al hospital.
Repitió la misma rutina de inicio que el día anterior, yendo directamente a la sala de empleados para dejar sus cosas y salir en su primera tarea.
Temor sería la palabra correcta para describir el sentimiento al hacer su camino hacia el cuarto de Jaemin, y finalmente deteniéndose frente a la habitación correcta, sintió a su corazón acelerarse.
Llamó tres veces a la puerta, esperando a que el pelinegro le diera permiso de ingresar, pero el silencio se hizo presente del otro lado. Volvió a repetir la acción, pero al ver resultados similares, decidió abrir la puerta.
Como ayer, la habitación estaba a oscuras y vió a Jaemin removerse en su cama. Renjun dió dos suspiros profundos, tratando de calmar su corazón y finalmente, ir hacia la ventana.
—Buenos días— dijo, su voz fue adecuada mientras apartaba las cortinas y abría una de las ventanas para dejar entrar la tenue luz del sol. — ¿Cómo dormiste? — Jaemin no respondió, pero Renjun logró captar movimiento a su espalda mientras terminaba de deslizar las cortinas restantes. —En unos momentos vendrá Taeyeon con tu medicamento. ¿Necesitas ayuda en algo?—
Renjun se giró y encontró la mirada cargada de odio de Jaemin. El ambiente se volvió incómodo y trató de ver hacía otro lugar para evitar la sensación. No funcionó; Jaem estaba sin playera y su cabello parecía una maraña enredada que necesitaba, por lo menos, crema para peinar y agua para dejar esos hilos negros relucientes.
El castaño sintió la necesidad de tomar su mano, estrecharle entre sus brazos, besar su rostro una y mil veces y salir de ese lugar para vivir y disfrutar lo que en otro mundo y en esté, era su derecho a ser feliz.
— ¿Te gusta vestir como vagabundo?— su tono de voz fue duro.
—¿Disculpa?—
—Primero, tu sudadera holgada; ayer, tu ropa en colores chillones, y ahora esto...— Dice, haciendo un gesto de círculo con una de sus manos.— Parece que sacaste esos pantalones de la basura—.
— Solo están rasgados de las rodillas. No le veo el problema—.
— Aún así, pareces vagabundo—
Renjun alzó una ceja y cruzó los brazos frente a su pecho. — Bueno, al menos no soy la versión moderna del enanito gruñón de Blancanieves—.
—¿Eres así de grosero con todos tus pacientes?—
— ¿Y tú irrespetuoso con los empleados?—
— No me agradas—
Renjun asiente con vehemencia. —El sentimiento es mutuo—
— ¿Y si no hablamos?—
— Estoy de acuerdo—
— Bien— Espetó Jaemin.
— Bien—.
El castaño cayó en la cuenta de que su respiración se había tornado un poco agitada. Bajó la mirada para cerrar un momento los ojos y relajarse cuando escuchó de nuevo la voz del pelinegro.
— ¿Puedes salir de la habitación?—
El hombre frente al chino era un dolor de cabeza, y lo único que quería hacer con el chico era darle un golpe para traerlo a la realidad.
—Argh— siseo Renjun, se giró y comenzó a caminar hacia la puerta.
— Pero primero debes de ayudarme con el vendaje— dijo Jaemin en voz alta, frustrando la salida del castaño, quién se dió la vuelta y una sonrisa sarcástica estaba dibujada en su rostro.
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Everglow - RenMin
Hayran KurguDónde Jaemin encuentra a Renjun. Nota: Para leer está parte, se necesita leer Afterglow (RenMin) para tener un contexto de la historia. ✓Mpreg