XIV: Bella Desconocida

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Casi un mes lleno de incertidumbre transcurrió luego de los acontecimientos que ya conocemos. Con todo lo que pasó, Zoro sufrió un giro inesperado que puso su vida de cabeza y todavía no sabía que estaba recién empezando. El caso de la desaparición de Robin le dio de que hablar al pueblo entero sobretodo al principio. La pequeña prensa local festinaba con los entredichos de la gente y la policía desarrollaba la investigación de los hechos con las escasas pistas que tenían. La comunidad escolar estaba consternada, no podía ser posible que después de casi un mes nadie supiera qué rayos pasó con la morena. Toda la información disponible no conducía a nada y el tiempo pasaba inexorable.

El año escolar también acabó abruptamente para todos los alumnos por decisión unánime de la Junta Directiva y por respeto ante una presunta desgracia de su querida Presidenta del Centro de Alumnos. Todos estaban concentrados en solo un objetivo, encontrar a Robin y ojalá viva pero sin noticias frescas la esperanza se iba diluyendo lentamente.

Franky, Luffy, Nami y Sanji estaban una mañana soleada en la plaza, se reunían ahí a diario siempre discutiendo acerca del paradero de su amiga. Casi todos los que pasaban junto a ellos, les hacían preguntas, la mayoría quería algún indicio o información del avance en las investigaciones, el tema ya estaba empezando a poner los nervios de punta a la pelirroja que durante todo este tiempo se dedicó a averiguar si podía encontrar algo útil entre las pertenencias de su amiga en su ahora solitario departamento. Solo la policía supuestamente tenía mas detalles.

Vieron pasar a Zoro a lo lejos. Luffy puso una mano sobre el pecho de Sanji que iba directo a golpearlo, ya no le hablaban, ya no eran sus amigos ni de lejos. El peliverde los observó desde la vereda de enfrente. Iba acompañado por su tío, se mudarían pronto de aquel pueblo y era necesario retirar los documentos que acreditaban que Zoro había concluido sus estudios. Le faltaban tres días para cumplir la mayoría de edad y él podría tomar posesión de sus bienes.

Mihawk ya tenía trazado un brillante destino desde hace tiempo para su pupilo que durante este mes se había comportado como una seda, había entrenado, había ganado dos peleas y estaba a punto de disputar el título nacional. Satisfecho por que el resultado de su plan fue mejor del que esperaba, al hombre se le podía ver sonriente y relajado. A fin de cuentas nada conducía a que sospecharan que él era el cerebro de todo el plan y en el peor de los casos, Lucci se llevaría todo el crédito de la fechoría.

La mente de Zoro era otra cosa muy diferente a las apariencias. Volvió a ser callado, solitario y hasta cierto punto su estilo violento se manifestaba mas seguido, vivía completamente atormentado y culpable por no saber nada de Robin y su destino. Se sentía impotente, ni toda su fortuna le servía para saber nada de la chica que amaba. Buscó, por todos lados una pista, una señal de ella mientras la infinita culpa hacía que cada rastro de la influencia que Robin ejercía en él casi hubiese desaparecido en su piel al igual que ella.

Otra parte de las preocupaciones del chico estaban con Tashigi. Con ella tuvo que reconocer que lo había embrujado por así decirlo, había logrado que perdiera por completo la cordura durante una noche entera, tampoco podía apartarla de su verde cabeza y en este mes en particular, estaba asumiendo los coletazos, las consecuencias de sus actos sin poder ser indiferente con la chica.

Después de que todo el mundo se enteró de la desaparición de Robin, la de lentes se puso en contacto inmediatamente con Zoro. Esa también fue una de las razones por la que los chicos que fueron sus amigos ya no lo eran más. Lo vieron hablando con Tashigi en uno de los pasillos del instituto y fue la gota que rebasó el vaso. La putiza que se armó fue brutal.

Todo esto causó una fuerte conmoción en Tashigi. Robin había desaparecido, eso era un hecho pero no soportaba la idea de estar metida en algo que ella no estaba de acuerdo. Una cosa era  luchar por el amor de un chico como rivales y otra muy distinta era que a ella la mataran para conseguir el objetivo. Su mente no paraba de divagar en la idea de que podía estar muerta. En que quizá que horrores vivió, donde estará enterrada o peor aún, si está viva, pensaba en la venganza que le esperaría por cortesía de la Niña Demonio. Tashigi sabía algunas cosas de la morena pero no podía estar tan mal informada. Solo conocía rumores que no tenían nada que ver con lo que alguna vez fue su rival.

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