EL PEQUEÑO DE OJOS VERDES -TRADUCCION

13: El plan

-1 de octubre de 1991-
Lucius salió del Nuevo Ministerio con una sonrisa victoriosa en su rostro. Su Señor había sido muy amable cuando le ofreció la oportunidad de llevar al Pequeño a casa, algo que Lucius había aceptado de inmediato. Era un plan brillante, por supuesto, y todo lo que tenían que hacer ahora era esperar.

Cuando Lucius escuchó por primera vez que se habían llevado a Little One, su primer pensamiento fue, ' Merlín salva esas almas ', porque sabía que morirían de una manera lenta y agonizante. Pero a medida que pasaban los días, Lucius se encontró esperando su sufrimiento.

Habían pasado exactamente seis días desde que se llevaron al Pequeño, y la rápida devolución de su Señor era alarmante. Durante los primeros días, su Señor actuó con calma, aunque un poco agitado. Pero a medida que pasaban los días, y la búsqueda del Pequeño no arrojaba nada, el Señor Oscuro parecía volver al Señor Oscuro del que Lucius estaba aterrorizado. El que había ganado la guerra y el respeto de los orgullosos magos de sangre pura.

Y, como detestaba admitirlo, Lucius extrañaba a la criatura. Lucius no estaba acostumbrado a admitir esos sentimientos, y como el Señor de una Casa Antigua y Noble, esas cosas estaban por debajo de él. Sin embargo, cada día que pasaba por la cocina para ver un jarrón vacío en la mesa, Lucius sentía una punzada en el pecho.

Se había acostumbrado bastante a ver a Little One semanalmente y ver cómo el adorable niño pequeño les entregaba flores a todos. Lucius se había acercado, lo más cerca que podía un Señor de sangre pura, de todos modos, al Inferius durante los últimos siete años. Sin mencionar que a su más querida esposa le encantaba.

Fue una lucha ver a Narcissa mirar con tristeza el jarrón vacío, ver su deseo de que el niño regresara. Lucius sabía que Narcissa se preocupaba por el Pequeño como uno de los suyos, sabía que Draco veía al Pequeño como un hermano pequeño. Y si había algo que Lucius no representaba, era lastimar a su familia.

Y así, la oportunidad de llevar a Little One a casa era una oferta demasiado buena para dejarla pasar.

Lucius sintió que era un plan brillante, uno que no expondría la existencia de Little One al público pero que aún funcionaría de manera efectiva. Con una planificación brillante y la menor cantidad de suerte, Little One debería estar en casa a tiempo para la cena.

Lucius se apareció de regreso a la mansión Malfoy, su fachada helada se rompió un poco para revelar una sonrisa triunfante escondida debajo.

Severus sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que sucediera. Para ser honesto, le sorprendió que tardara tanto. Quizás tener ese chucho sarnoso y su perro lo había ayudado a calmarse y mantenerlo dócil, pero seis días… No, fue demasiado para el niño.

Severus había sido llamado al Cuartel General de la Orden esta mañana, y no mostró signos de detenerse.

"¡Por favor!" Black gritó, sus ojos oscuros muy abiertos y suplicantes. "¡Cálmese! ¿Tienes hambre? ¡Puedo traerte algo de comida! "

"¡No está escuchando!" Molly gritó, su cara tan roja como su cabello mientras se retorcía las manos con ansiedad. Severus contuvo un suspiro exhausto.

"¡Por favor, Harry, deja de llorar!" Black lo intentó de nuevo. “¿No sé lo que quieres? ¡Por favor, solo hable con nosotros! "

Según Black, la sospecha de Little One finalmente había superado su amabilidad. Sospechaba de toda la Orden, a excepción de Black y Lupin, y se negó a acercarse a ellos. Después de seis días de abrazos y mimos sin parar, Black estaba fuera de sí por la preocupación.

Severus sabía exactamente lo que le pasaba, pero ver a la Orden luchar como un grupo de niños adolescentes le dio a Severus un gran entretenimiento.