𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐂Á𝐋𝐋𝐀𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐔𝐍𝐀 𝐕𝐄𝐙 / EN HIATUS HASTA NUEVO AVISO

𝖼𝖺𝗉 5: 𝗈𝗃𝗈𝗌 𝗏𝖾𝗋𝖽𝖾𝗌

El trío estaba tranquilamente hablando frente al lago sobre su vida, obviamente Anais solo escuchaba, no le gustaba hablar mucho sobre su vida. La encontraba aburrida, así que decidió no hablar sobre su persona y solamente deleitarse con los relatos de sus compañeros.

Se enteró sobre la infancia de Samantha, la cual fue un poco difícil ya que su padre casi no pasaba tiempo con ella, su hermana pequeña y su madre, todo el tiempo se la pasaba viajando por trabajo y casi ni tenía tiempo para su esposa e hijas, pero cuando eran festividades aprovechaban el máximo de tiempo para estar todos juntos. Su abuela falleció cuando la pequeña tenía solo seis años, y lo más triste es que, ella la vio morir frente a sus ojos. Su familia había ido a celebrar navidades en un restaurante en Francia, era su país favorito además de que su padre lo conocía a la perfección, estaban comiendo una comida bastante típica de la zona de Gascuña, el famoso confit de pato, o en francés, confit de canard, era un plato con bastante tiempo de preparación, pero definitivamente el favorito de la chica. Estaban tranquilamente hablando la familia de la azabache cuando de repente su abuela empezó a sentir que su pecho tenía un dolor aplastante, empezó a sentir náuseas, mareos y de un momento a otro no pudo respirar.

Le estaba dando un ataque al corazón y nadie sabía que hacer ante esa situación.

Su tío había ido hasta el otro lado de la calle para buscar paramédicos y poder ayudar a, en este caso, su madre. La pequeña Samantha estaba llorando, muy aterrada en los brazos de su madre embarazada de cinco meses. Lamentablemente la ambulancia no llegó a tiempo, y su abuela falleció frente a sus ojos.

Todos estaban muy tristes por lo qué pasó, y por eso, para la chica las navidades no eran algo que, como todos niños, esperaban con ansias para que llegaran y poder abrir sus regalos. No, la azabache odiaba y siempre odiará las navidades por el evento ocurrido esa fecha. A la chica sin querer se le escapó una lágrima que fue secada por la mano huesuda del chico que tenía al lado, en este caso, Michael.

Por otro lado, la vida del castaño era un tanto normal, como cualquier chico tranquilo con problemas paternales, padres divorciados, estar yendo de una casa a otra cada mes, hermanastros, etc. A veces se preguntaba porque ellos no podían tener una familia normal común y corriente, aunque si somos sinceros, lo normal apesta, pero siempre que se preguntaba esa pregunta, la razón estaba más que clara en su mente, y esa razón era porque, se odiaban mutuamente.

Una vez, el padre del chico engañó a su esposa, y el pequeño lo vio, y como no entendía nada le dijo a su madre. Está al enterarse lo saco a rastas de su casa, y el no se interpuso en eso, a ella ya no la amaba como cuando eran jóvenes, de echo, el padre del castaño estaba agradecido con el por decirle a su ex esposa de su amante. Ahora su padre estaba con la misma chica con la que engaño a su anterior esposa, estaban casados y tenían tres hijos, dos chicas y un chico. Por parte de la madre de Michael, ella estaba soltera, aunque había empezado a conocer a un chico, su hijo se aseguró de que si lastimaba a su madre, las consecuencias no iban a ser de su agrado. 

Mientras los dos amigos contaban sus relatos, Anais se preguntaba cómo se sentía seguir teniendo ese amor maternal que ambos tenían, y ella llegó a envidiarlos un poco, pero ese sentimiento pasó de ser envidia a ser tristeza. Luego de conocer un poco más sus vidas, estaban contando algunas anécdotas chistosas que les habían pasado en su cuarto año.

-Y recuerdas como Jeremy se callo al agua- decía la azabache secándose las lagrimas de la risa y agarrando su estomago mientras carcajeaba con los chicos que tenía al lado.

-Buena esa Sammy, y lo recuerdo perfectamente como si fuera el día de ayer- dijo el chico mientras paraba de reír. La pelirroja estaba riéndose por la imagen mental que tenía sobre el chico cayéndose al lago por culpa de la chica al lado de ella.