Emma es una chica de 17 años que siempre ha vivido en el campo con su familia pero un acontecimiento ha hecho que tuviera que irse con sus padres a la ciudad. Un día conoce a alguien que cambiaría su vida por completo.
Matthew es un chico de 18 años...
Llamé a la puerta y al instante me abrió una Eli con una toalla blanca enrollada en su cabeza. Me invitó a pasar y entré.
-Lo siento, me he tardado más de lo que pensaba en la ducha – sonrió.
-Nada, no te preocupes. ¿Sabes por dónde viene Melani? – Ella negó.
-Me avisó de que salía de su casa hace unos 15 minutos, así que no tiene que tardar mucho. Mejor, así me da tiempo de secarme el pelo. Ve a mi habitación, la segunda a la izquierda, y si quieres coge un par de perchas para colgar tu ropa, que si no se va a arrugar.
-Vale – subí y dejé mi mochila en una silla.
La habitación de Eli tenía las paredes blancas y una decoración muy bonita. En gran parte de las paredes tenía fotos de ella con más personas. Observé curiosamente algunas fotografías hasta que escuché llamar a la puerta.
-¡Emma! ¿¡Puedes abrir!? ¡Seguro que es Melani! – Gritó desde el cuarto de baño.
-¡Voy! – Respondí y bajé. - ¡Hola Melani! – Saludé al abrir la puerta.
-Hola Emma – dijo, yo me aparté un poco para dejarla entrar.
-Eli está terminando de secarse el pelo, vamos a esperarla en su habitación – cerré la puerta y subimos. A los 5 minutos Eli apareció por el marco de la puerta.
-¿Qué tal Melani? ¿Te ha costado llegar?
-No, para nada. El vecindario de Silver Lake me coge cerca de casa. Además, antes mis tíos vivían aquí así que me lo conozco un poco.
-Entonces genial. Bueno, he hablado con Tyler y va a venir a buscarnos sobre las 20:30. Por tanto, solo tenemos 2 horas y media para todo – explicó Eli.
-Tenemos tiempo de más – dije relajada.
-Bien lo primero será vestirnos – sugirió Melani. Todas nos cambiamos y Eli empezó a sacar todo el maquillaje que tenía.
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-Vaya, Melani, al final te decidiste por una falda – comenté, ya que en un principio tenía pensado ponerse un pantalón.
-Sí, no me convencía la blusa con el pantalón y cogí esta falda. No se ve muy arreglado, ¿no?
-Para nada, estás genial. Y creo que ya he sacado todo lo que tenía – añadió Eli.
-¿Cómo es que tienes tanto maquillaje? – Dije asombrada de la cantidad de botes que había encima de su escritorio.
-Pues antes tenía más – respondió y yo abrí los ojos.
-Lo primero será ver qué peinado vamos a hacernos y luego el maquillaje – dijo Melani enchufando las tenacillas que Eli sacó. - ¿Qué ideas teníais? Yo me lo voy a dejar suelto.
-¿No te vas a hacer nada? – Preguntó Eli.
-No, con lo rizado que lo tengo como mucho me lo recojo con una coleta. Sin embargo, para la fiesta no me gusta – contestó Melani.
