Narra Emma
-Estaba deliciosa la lasaña, desde ahora va a ser mi favorita – le comentaba a Eli tras salir del restaurante.
-Los espaguetis a la carbonara también. Además, hacía tiempo que no venía y me han sabido riquísimos – respondió – ¿qué hora es?
-Las 15:30, nos quedan aún dos horas antes de quedar con Melani – dije después de mirar mi reloj, - ¿qué podemos hacer hasta entonces?
-Déjame que piense... Podemos ir a tomar un helado y hacer tiempo, volver a ver las tiendas, dar un paseo o sentarnos en el parque a esperar a que llegue Melani - dijo pensativa.
-Al menos tenemos opciones jajaja. Pero me apunto al helado, aún tengo hambre.
-Pues vamos a por el helado entonces – sonrió.
Nos dirigimos a una heladería que no estaba muy lejos de dónde nos encontrábamos. Al llegar, nos sentamos en una de las mesas vacías que había en la terraza y al poco tiempo un camarero vino a servirnos. Yo me pedí un helado de fresa y vainilla y Eli uno de yogur.
-Eli – la nombrada se giró hacia mí - que sepas que el camarero que nos ha atendido te ha estado mirando todo el tiempo – sin mucho disimulo se giró hacia el chico, quien estaba mirándola, este, para disimular, cogió un trapo y se puso a limpiar el mostrador. – Podrías haber sido un poco más discreta, lo has cogido totalmente desprevenido – reí.
-Lo sé, se ha puesto rojo – ella suelta una pequeña risa – pero eso le pasa por estar mirándome. Además, no es el único – la observé extrañada ya que la heladería estaba medio vacía y aparte de nosotras, solo había familias con sus hijos. – Mira a tu izquierda – al hacerlo me encontré a un par de chicos, que debían tener nuestra edad – esos dos no han dejado de mirarnos desde que llegamos.
-No me había dado cuenta. Ahora que me lo has dicho me siento observada, no es algo a lo que esté acostumbrada.
-¿A qué te refieres? – Preguntó Eli sin entender a qué me refería.
-Pues que no suelo atraer la atención de los chicos, no soy como las demás chicas o como tú. No me quejo de mi cuerpo ni nada por el estilo, pero no tengo muchas curvas. Además, mi pelo es muy común y no me gusta maquillarme mucho – Eli se sorprendió tanto al escuchar mi respuesta que casi se mancha con el helado.
-¿¡Pero qué dices!? Eso es mentira, tienes un buen cuerpo, te aseguro que muchas chicas del instituto te envidian. Respecto a lo de tu pelo me encanta, sobretodo tus ondas. Por ejemplo, en mi caso, con el pelo liso, es imposible que me queden tan naturales como a ti, y respecto al maquillaje es mejor ir al natural que llevar 3 capas de polvos.
-Aprecio todo lo que me has dicho, pero soy del montón Eli – esbocé una pequeña sonrisa – y me gusta eso, de este modo no llamo mucha la atención.
-Emma, no eres del montón. Eres una chica que destaca, pero no quieres verlo.
-Bueno – terminé de comerme mi helado.
-Bueno nada, es la verdad.
-¿Sabes qué? Será mejor ir yendo ya al parque, estamos casi a media hora andando.
-Está bien, pero que sepas que esta conversación no ha terminado. No voy a permitir que te infravalores tanto – levanté un poco las comisuras de mis labios para hacerle entender que estaba de acuerdo con ella y pedimos la cuenta.
Nos levantamos y nos dirigimos hacia el parque. Cuando llegamos aún quedaban unos 5 minutos para la hora acordada con Melani. De pronto oímos una voz.
-Hola chicas, ¿lleváis mucho tiempo esperando?
-No, tranquila. Acabamos de llegar – contestó Eli.
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Todo Cambió Ese Día (PAUSADA)
Teen FictionEmma es una chica de 17 años que siempre ha vivido en el campo con su familia pero un acontecimiento ha hecho que tuviera que irse con sus padres a la ciudad. Un día conoce a alguien que cambiaría su vida por completo. Matthew es un chico de 18 años...