El salvador

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Narra Matt

Esta mañana he tenido que ir al instituto para hablar con el director para justificar mi ausencia estos primeros días de clase otra vez; sí, digo otra vez porque ya fui el segundo día para avisar sobre las numerosas ausencias que tendría.

Todo es porque mi padre es un alcohólico que bebe a todas horas, cuando se le pasa la borrachera se pone a discutir con mi madre, y alguna vez ha llegado a intentar ponerle la mano encima, pero siempre se lo he impedido. En cuanto a ella, ha empezado a consumir y pasa de todo, pero no es capaz de dejar a mi padre por miedo a qué le podría hacer. Tenía que estar siempre entre ellos dos para que no se les fuese de las manos cualquier cosa que hicieran y esta era la razón de mis repetitivas ausencias.

El único que sabía de esto era mi mejor amigo, Ashton, y es quien me pasa todos los apuntes del instituto. El director conoce mi situación, pero muy por encima, y por eso es tan permisivo conmigo.

Todo esto comenzó cuando despidieron a mi padre de su trabajo ya que no volvió a levantar cabeza y se refugió en la bebida, mi madre siguió el mismo camino y yo me refugié en el boxeo. Ahora estaba buscando a Ashton que me había enviado un mensaje para vernos, pero de repente vi a Daniel con una chica, esta me resultaba conocida.

Me iba a dar la vuelta para ir a buscar a mi amigo cuando vi que empezó a acorralarla bajo el hueco de la escalera mientras ella intentaba, en vano, resistirse. Después, el idiota de Daniel le cogió un mechón de pelo y decidí meterme en medio. Este chico me era cada vez más desagradable cuando hacía cosas como estas. No podía haber empeorado la situación que guiñándole el ojo a la chica que tenía detrás de mí.

Cuando se fue, decidí quedarme con ella que al parecer estaba esperando a alguien, por si a Daniel se le ocurría aparecer otra vez. Al momento escuché una voz y supuse que era a quien esperaba. Estaba en lo cierto, y me despedí de ella aconsejándole que no se acercase mucho a Daniel.

Me reuní con Ash y le conté todo lo ocurrido. Después, nos fuimos a dar una vuelta para hablar de nuestras cosas. Hablamos de todo y también de Daniel, aunque no lo pareciera los tres éramos inseparables, pero cambió de actitud cuando conoció a Vanesa.

Luego de unas horas empezó a anochecer y decidí volver a casa antes de que mis padres llegasen cuando escuché un grito. Desconcertado, me dirigí hacia el lugar de donde provenía el grito ya que volví a oír otro más, y lo que me encontré no era algo que realmente me gustara ver.

Narra Emma

Estaba realmente petrificada, quería moverme, pero no podía. El miedo hacía que no pudiera mover ni un solo músculo y el hombre que tenía delante mía no soltaba, lo que parecía ser un cuchillo. ¿Qué podía hacer?

Intenté analizar la situación y las opciones que tenía. Por un lado, podía intentar escapar, pero como me descuidase un poco, la situación se pondría muy fea para mí. Por otra parte, era inútil gritar ya que por estas calles y a estas horas no había casi nadie, ¿quién me mandaría quedarme hasta tan tarde o no haber cogido más dinero? Intenté pensar rápido en otras soluciones cuando el tipo empezó a hablar otra vez.

-Bueno, bueno, ¿a dónde ibas tan sola a estas horas? – Sonrió de forma cínica y me di cuenta de que el hombre estaba ebrio, apestaba a alcohol.

-¿Qué quieres? – Hablé intentando sonar lo forma más segura que podía en ese momento. No podía dejarle ver el miedo que sentía.

-Pues estaba pensando en que quería divertirme y te vi pasar – se acercó más – ¿y si te vienes conmigo para hacerme compañía? Conozco un sitio que te va a gustar.

-Lo siento, pero tengo prisa. Me están esperando y no puedo llegar tarde – necesitaba ganar tiempo para pensar en cómo salir de ahí.

-Me parece a mí que van a tener que esperarte un rato porque te vas a entretener conmigo un rato – el hombre estaba a menos de medio metro de mí – me parece que tienes demasiada ropa – dijo acortando la distancia que nos separaba al intentar agarrarme, pero en lugar de eso le empujé como pude llevándome un corte por parte de su cuchillo.

Todo Cambió Ese Día (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora