ᴡɪꜱʜɪɴɢ ɪ ᴡᴀꜱ [ᴛ. ʀɪᴅᴅʟᴇ]

8. After The Act

«—Follaste con el profesor. —»

Maratón 1/3

Elennor.

Mis ojos se encandilan por la luz entrante, dejo que mis dedos viajen hasta ellos para restregarlos un poco; un dolor punzante en mi cabeza hace que el estómago se me revuelva, joder. En mis labios se forman una sonrisa inconscientemente ante los recuerdos nocturnos que llegan a mí, más tal sonrisa queda en el exilir al darme cuenta que él no está aquí. Tampoco esperaba que se quedara, realmente, no sé qué esperaba.

Aún peor, ¿cómo saldré de aquí?, no tengo ropa para vestirme esta mañana, por lo menos no aquí en está habitación. Me limito a colocarme la ropa interior, para segundos después divisarme en el espejo que, a un lado de este hay una nota escrita.

“Le he repuesto lo de anoche,
Tempest.

T. M. Riddle.”

Y sí, debajo de éste, está mi vestido como nuevo, debo suponer que algún hechizo bastó para reacomodarlo; salgo de la habitación como si no hubiera un mañana. Aunque al hacerlo me encuentro al profesor Riddle frente a mí, a punto de entrar en su pieza.

—Disculpe.—me limito a decir, antes de quizá chocar.

—No hay cuidado, creí que ya se había ido.—musita, él no lo ve, más frunzo mi ceño.

Sin más contratiempos salgo de ahí hacia mi habitación.

[***]

—¡Maldición! La cabeza me va a explotar en cualquier momento.—se queja Corie, sujentado su cabeza, al parecer se embriagó mucho más que nadie, o eso debe ser pues también están los chicos aquí junto al Hufflepuff.

Todos se quejan, tanto por sus malestares o porque no recuerdan con quien follaron anoche.

—¡Te juro que era una rubia! ¡Y no era Malfoy!.—chilla Barty. Defendiéndose de los vacilos de Bellatrix por no recordar a su chica de la fiesta.—Ni siquiera es tan guapo como para que tenga sexo con él.

—Jodete.—replica Lucius.

—¡Merlín, cállense!.—exige Corie.

—¡Tú no te quedas atrás! ¿O no Reg?.—el castaño Crouch dirige su mirada al azabache, éste se sonroja notablemente y lo dicho me hace alzar las cejas; una sonrisa juguetona se posa en mí.

—¿Entonces…tú y Reg, eh?.—susurro a la rubia, ella me mira malamente.

—Sólo fue una noche, sólo eso.—murmulla. Sus ojos me miran cómplice; algo se le ha ocurrido, toma mi brazo y nos lleva lejos de ahí.

Entramos a su habitación; una vez esto, ella se lanza en su cama, dejándome confundida.

—Muffliato.—hechiza.—¡Follaste con el profesor!.

Su chillido me hace abrir los ojos como platos.—¡Corie!.

—¡Oh venga!, no tienes porque negarlo nena; es demasiado obvio. Además Gerard se esfumó como alma que lleva el diablo, lo cuál en un principio me dejó confundida porque acostumbra a despedirse, así que ¡cuéntamelo todo!.—bufo por lo bajo y ella me lanza una mirada de súplica.