Las ventajas de vivir en silencio

Capítulo 3

Me encontraba desparramada en el sillón viendo si esa pared llegaba a hablar o algo.

No podía acostumbrarme a levantarme todos los días y mirar tales decoraciones aburridas, no era para nada mi estilo.

A pesar de que Athanasia era una princesa abandonada,  tuvo un gran castillo, aunque este no era digno de su título, seguía siendo un castillo.

Este cuarto era mucho más grande que el cuarto que tuvo cuando era niña.

Miré al vacio durante un tiempo y ya no pude más, decidí salir de ese cuarto, si seguía así lo más posible era que durmiera ppr segunda vez.

—Lily—

—¿Si, princesa?—dijo de la nada—

—¡Ah! ¿h-hace cuanto que estas aquí?—miro a un lado notando a la mujer—

—No hace mucho, ¿Por qué?—

Ladeo su cabeza.

—Ah, bueno, quería salir al jardín—

—¡¿De verdad?!—preguntó con notorio entusiasmo—

—Si, de verdad, ahora bájale tantito a tu brillo—susurró lo último—

—¡Entonces! ¿Qué puedo hacer por usted?—

Preguntó con entusiasmo.

B-brillas mucho hoy, Lily

—Quería saber si había algún pantalón con una camisa en el armario..—

—¿Un pantalón con una camisa?—ladeó su cabeza—

¿Podrías por un minuto dejar de ser adorable, Lily?

—Si, es más cómodo para pasear—

—..Pero si usted tiene vestidos, ¿para que pantalones?—habló con una cara confusa—

—Ya te dije, son más comodos—

Si fuese por mí, tiraría todos esos vestidos a la basura y compraría pantalones.

Lástima que el presupuesto no alcanza ni para eso.

—Uhm...Iré a buscarle un conjunto para que se lo ponga, espéreme aquí, princesa—dijo volteándose—

Miré detenidamente como se dirigía hacia el armario y pensé.

¿Cuántos años tiene Lily?

Si no mal recuerdo, tenía 32 cuando murió...

Entonces ahora que este cuerpo tiene 2, ella tendría ahora...

16...

Espera..

¡¿16?!

Mi cara se desfiguró y sostuve mi cien.

¡El FBI vendrá a por mí!

¡Soy una pedófila!

Mientras pensaba en los años de condena que tendría, el sonido de la puerta me desconcentró.

Lily y yo volteamos al uniso al escuchar el sonido, conectamos miradas y volvimos nuestra vista hacia la puerta.

¿Quién podría ser? No lo sabíamos, por lo tanto, solo había una forma de saberlo.

Se asomó una pequeña figura por la puerta, era una criada.

—Lily—susurró la criada mientras posaba su mirada en mí—