No recordaba que ser un bebé era tan fácil.
Recibo todo, incluso sin pedirlo.
Debo decir que por un momento mi lado gay quiso salir, ¿por qué?.
Pues como tal, un bebé toma leche materna hasta después de unos meses, yo lo hacía igual.
Es vergonzoso ver el pecho de otra mujer y peor si tienes que succionar directamente la leche desde el pezón.
Al principio tenía una sensación de tocar el pecho de esa mujer de piel porcelana, era bastante bonita para ser una sirvienta.
Su cabello negro y sus ojos de un bonito color violeta, una linda figura y sobre todo su sonrisa, ¡SU MALDITA SONRISA!.
En fin, aún sigo estando avergonzada al momento de la comida, trató de fingir que no tengo hambre, pero mi estomago dice todo lo contrario, maldito estómago sin fondo.
Cada día me despierto viendo la cara de mi dulce niñera, por alguna razón me casé con ella en mis sueños.
Ella fue tan amable con Athanasia hasta el final, que sentí amargura por su muerte.
Lily fue un ángel en la vida de Athanasia y viceversa.
Lily se encontraba conmigo en brazos, cantándome una linda canción de cuna.
Como se esperaba de un personaje del libro, su voz es hermosa.
Caí dormida, ya no escuchaba más su voz, traté de abrir mis ojos, no pude.
Intenté moverme, tampoco pude.
Me rendí, sentía mi cuerpo pesado al igual que mis parpados, de repente escuche una relajante y hermosa voz.
—Mi niña, mi pequeña victoria~—
¿Tú qué?
No, espera
¿Qué tipo de ser tendría tal hermosa voz?
Lily era un caso especial, pero ¿Existía otro ser capaz de tener tal hermosa voz? Quería abrir los ojos y observar de que ser vendría esa voz, otra vez no pude.
Su voz se iba alejando poco a poco, ahora se escuchaba igual de bajo como un suspiro.
Quería seguir escuchando aquella voz, pero se desvaneció.
Había un silencio interminable, parecía reinar en aquel lugar.
Tuve una sensación cálida, mi cuerpo ya no se sentía pesado, al contrario, se sentía liviano como una pluma.
Mis parpados estaban ligeros, abrí poco a poco mis ojos.
Fui cegada por un brillante sol, parecía estar al aire libre, sin muros, sin paredes.
Moví mis manos un poco y sentí algo suave pero un poco incoso.
Parecía como si estuviese tirada en un jardín y otra vez escuché esa voz.
—Athanasia, mi pequeña niña~—
¿Dónde estás?
¿Quién eres?
Giré mi cara hacia un lado y puse mis ojos como un plato al ver de quién provenía tal voz.
Era una mujer de la estatura de mi madre, por un mílesimo segundo pensé que era mi madre, descarté tal idea al ver su cabello.
Ella no era rubia, era pelirroja.
Esa mujer tenía un largo y ondulado cabello, un hermoso rubio platino provenían de esos suaves cabellos que se movían a la par con el viento.
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Las ventajas de vivir en silencio
Fantasy"Lovely Princess" una novela de fantasía y romance, donde los protagonistas traspasan diversas dificultades para tener su final feliz. Athanasia, una princesa marginada y sin valor, vivió como algo menos que un sirviente, fue tratada como la misma b...