Narra Kiera.
No estaba segura de si mi decisión era la correcta, pero no quería seguir ahí, no sintiéndome así, amaba realmente a Jak... Pero lo había traicionado, me sentía culpable, sentía que no merecía todo lo que hacia por mi. Lo culpaba rotundamente por abandonarme cuando sabia que ni siquiera era su culpa. Yo era una mala persona, el no merecía ese trato.
- ¿Qué estoy haciendo? - me dije a mi misma, estaba de camino a mi taller, no volvería a casa pronto, necesitaba distraerme, necesitaba pensar mejor las cosas.
- Ey - esa voz me sonaba conocida, pero no recordaba de donde y antes de que siquiera pudiera mirar quien era el dueño de aquella voz sentí como me tomaban con fuerza y me arrastraban a un callejón.
- No grites, te soltare, no quiero llamar la atención de los guardias - el me soltó lentamente, no sabia que estaba pasando, tenia miedo de que pudiera ocurrirme algo malo, pero a pesar de mi miedo me di la vuelta para encararlo.
- ¿Me extrañaste? - me pregunto con una sonrisa de oreja a oreja, no podía creer lo que estaba viendo.
- No puedo creerlo... - fue lo único que salió de mi boca, sentía una presión en el pecho y un par de lagrimas comenzaban a brotar de mis ojos.
- Sigues igual de hermosa que la ultima vez que te vi - declaro, el poso su mano derecha en mi mejilla acercando su rostro lentamente hasta que sus labios y los míos se fundieran en un beso, un beso tan lleno de pasión que no sabia como seguir. Estaba confundida, ¿Cómo esto era posible?
El se separo lentamente de mi, mirándome directamente a los ojos, parecía estar esperando una respuesta, un gesto, algo que demostrara que me alegraba verlo de nuevo.
- Eres un idiota - le dije, el abrió los ojos como platos, pero antes de que dijera palabra alguna me lance a abrazarlo, no estaba segura de que pasaba, si realmente esto era verdad o un sueño, pero me alegraba tanto volverlo a ver.
- Erol... Enserio... ¿Eres tu? - le pregunte, el poso sus manos en mi cintura y soltó un leve suspiro.
- ¿Quién más podría ser? - me separe poco de su cuerpo, mi mirada se dirigió a su cara, una parte de ella estaba cubierta por metal fundido con su piel, no era ni siquiera la mitad pero era bastante notorio.
- ¿Pero como es posible? - el me miro fijamente, soltando un suspiro algo largo.
- Es difícil de explicar... Y no tengo mucho tiempo para hacerlo - el se veía cansado, con una vibra de incertidumbre en su cuerpo.
- Tu no deberías estar aquí - una voz sonó detrás mío, mire a Erol, su vista estaba posada en la persona que estaba detrás mío.
- Intentare volver, te lo prometo - me lo dijo casi en susurro, posando esta vez sus dos manos en mi rostro y plantándome un corto beso en los labios.
- Vamos, no tengo tu tiempo - volvió a hablar aquel sujeto, Erol me soltó lentamente, apartándome y comenzando a caminar. No sabia quien era aquel sujeto que vino a buscarlo, ni porque Erol seguía sus ordenes, solo pensaba en que todo esto se había vuelto un lio enorme.
Seguí caminando hasta llegar a mi taller, entre rápidamente buscando el cambio de ropa que siempre guardaba para cualquier emergencia. ¿Qué había hecho? ¿ A caso Jak se merecía lo que acababa de pasar?
- ¿Qué demonios pasa conmigo? - me dije, no sentía que fuese un error, pero sabia muy bien que mis acciones no eran para nada buenas. Después de tanto nunca hablamos realmente como me sentía después de la perdida de Erol. Llegue a amar a ese pelirrojo, era el único amigo que encontré al llegar a Villa Refugio, el único que me protegió en ausencia de Jak y mi padre. Parecía estar todo el tiempo para mi, se esforzaba realmente por agradarme, a pesar de tener un carácter muy fuerte, era una buena persona hasta donde yo conocía, tan solo en 2 años podría decirse que ya teníamos algún tipo de relación. Cuando volví a encontrarme con Jak sentí un mar de emociones. Pero no era como antes, no podía ser como antes. Los dos habíamos cambiado tanto, nuestra manera de ver el mundo era tan diferente. Jak nunca dejo de amarme, se esforzó tanto para volver a ganarse un lugar en mi corazón, cuando siempre tuvo un lugar ahí.
Era la peor novia del mundo, estaba confundida por lo que sentía por mi actual pareja, pero no dude ni un segundo en volver a los brazos de la antigua. A caso era un capricho mío querer estar con Erol o realmente nunca deje de estar enamorada de el. Estaba tan segura de amar a Jak, es mi primer amor, mi héroe, mi mejor amigo... Pero después de lo que paso con Ashelin no estaba segura si podía confiar del todo en el.
- No puedo culparlo por mis acciones - hable sola nuevamente, sabia que ellos dos tenían cierta química, pero Jak siempre me prefirió por encima de todo. El no le daba importancia a ese tema, yo era la que se trataba de zafar de sus problemas exponiendo errores de su pasado. Quería evadir el hecho de haberlo engañado con su peor enemigo, que seguramente no sabia que siguiera vivo. Tenia mil cosas en la cabeza, muchas decisiones que tomar, deseando saber cual era la decisión correcta. No quería una guerra ahora, no quería problemas con mi pareja... No quería más peso sobre la espalda de Jak, ni la mía, necesitábamos un descanso, teníamos que dejar de pensar en tantos problemas y solo concentrarnos en nosotros mismos.
- Lo arruine todo - sentí como todo mi cuerpo se volvía más pesado haciendo que me dejara caer de rodillas al suelo, mirando detenidamente mi mesa de trabajo, añorando los años que vivimos en Sandover, todo era más fácil, todo era tan simple, pero todo tiene un fin.
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Todo Termina Donde Comenzo.
AdventureLa trama de esta historia continua despues de un tiempo de paz despues de la ultima guerra de nuestros queridos héroes, dando comienzo a un nuevo problema por resolver conflictos que se debieron tratar antes de siquiera delegar responsabilidades y r...