My old me

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Narra Jak.

No quería entrar a casa, no quería encontrarme con Daxter, que el viera desastre de persona en que me convertí, no quería ver su mirada de lastima hacía mi, tan solo una vez quería llegar a casa con buenas noticias, pero eso no pasaría hoy. Estaba parado en la entrada de mi hogar, mirando la puerta con detenimiento, buscando la excusa perfecta para mi comportamiento. Seguía sin entender todo lo que paso horas atrás. ¿Cómo podía explicarle a Dax lo que había pasado?

"Todo estaba tan bien... Lo había planeado desde hace tanto tiempo", al final nada salió como lo había planeado. Metí mi mano derecha a mi bolsillo, buscando aquella pequeña caja, la saque lentamente del bolsillo derecho de mi pantalón y al abrirla se podía apreciar ese hermoso anillo de oro, que en su centro tenia una hermosa gema precursora, al mirar ese anillo solo me recordaba el gran fracaso de tratar de mantener mi relación.

No podía dejar de pensar y preguntarme en que le había fallado, que me había faltado, que no había sido suficiente para ella, ¿Cuándo nuestra relación decayó tanto?

Guarde nuevamente ese pequeño regalo en mi bolsillo, volví mi vista a la puerta y suspire profundamente, no podía evadir a Dax por siempre, tenia que dar la cara, mirarlo directamente a los ojos y buscar un poco de consuelo.

Al entrar a casa todo parecía más ordenado que de costumbre, la sala estaba en perfectas condiciones, la luz de la cocina parecía estar encendida así que camine lentamente hacia esta, pasando por la sala hasta llegar al marco de la puerta de la cocina.

- Debes de estar cansado chaval, has llegado algo tarde - dijo sin siquiera mirarme, parecía estar preparando el desayuno, cosa que casi nunca hacia.

- Surgieron algunas cosas que tuve que arreglar - le conteste mientras rascaba mi nuca.

- ¿Un par de copas de más fueron las cosas que arreglaste? - me dijo sin siquiera mirarme, parecía estar realmente concentrado.

- Ve a darte un baño y baja rápido a desayunar, la aventura nos espera chaval - el giro un momento su cabeza para posar su mirada en mi, tenía una sonrisa de oreja a oreja, parecía que alguien había pasado una muy buena noche.

- Gracias - le dije devolviéndole la sonrisa. Me di la media vuelta, comencé a caminar rumbo a mi cuarto, me sentía cansado, desanimado, pero Dax me daba la suficiente fuerza para poder seguir.

El agua de la regadera era tibia, una temperatura agradable para empezar el día, un día largo.

- Joder - dije casi en susurro golpeando el azulejo de la pared, logrando que este se partiera un poco, estaba tan frustrado, no podía creerlo aun, parecía casi un sueño, quería con todas mis fuerzas que fuera un sueño.

- ¡El desayuno esta listo! - grito Dax, suspire por lo bajo, solo sentía como el agua recorría cada parte de mi cuerpo enjuagando el poco jabón que quedaba en mi piel.

Salí lo más rápido posible del baño con una toalla alrededor de mi cintura, analicé detenidamente mi habitación, tratando de distraerme, pero no lo lograba.

- Tranquilo Jak, tranquilo - me sente en el borde de la cama, con mis ojos cerrados, respirando lo más lento posible, sentía que todo mi mundo se venía abajo.

...

- ¿A donde iremos hoy chaval? - dijo Dax mirándome fijamente, yo lo mire de reojo mientras subía al aero-tren con el sentado en mi hombro.

- Parece que ya olvidaste lo que Sig nos pidió - le mencione, el solo intento recordar.

- Espero no tardar mucho en Spargus, tenemos mucho que hacer en diferentes lugares - le mencione tomando asiento en el aero-tren.

- No deberían dejarnos todo el trabajo a nosotros - se quejo, yo solo reí por lo bajo, mirándolo de reojo.

- Si lo ves de otra manera, no hay alguien mejor que nosotros para hacer ese trabajo - le mencione mientras el bajaba de mi hombro  para tomar asiento a un lado mío.

- Solo son excusas de gente que no quiere hacer el trabajo sucio - reclamo él, sus comentarios siempre lograban hacerme reír, Dax siempre fue muy creativo.

- Después no digas que no intente ver las cosas de una manera más positiva - le mencione, el rio por lo bajo.

...

El transcurso del viaje fue bastante tranquilo, ya me he acostumbrado tanto viajar de un lado a otro que el tiempo transcurre demasiado rápido.

Al bajar del tren Dax y yo veíamos como algunos de los esteparios volvían a la ciudad, victoriosos de ganar la carrera contra la tormenta de arena, debía de admitir que aún no me acostumbraba a apreciar su vestimenta, lo que si podía decir es que eran muy creativos y reveladores.

- ¿Crees que parte de mi estilo de vestir tiene un toque de estepario? - le pregunte a Dax, quien estaba posado en mi hombro izquierdo.

- Por la armadura diría yo, aunque todo tu estilo es un tanto peculiar - explico, yo lo mire de reojo mientras fruncia el ceño.

- ¿Peculiar mi estilo? Habla el que solo lleva un pantalón de vestimenta - mencione entre risas.

- Si no es la prenda lo que hace destacar, si no quien la lleve - dijo el orgulloso mientras entrábamos a Spargus.

- Claro - reí por lo bajo, mirándolo de reojo.

(...)

- Recuperamos la mayoría de la tecnología, está ya se encuentra en el templo mi señor pero aún nos faltan piezas, se que el artefacto es chatarra en su totalidad a excepción por las piezas que hemos investigando - no conocía esa voz, pero parecía tratarse de un asunto serio, ¿A caso Sig tenía algo que ocultar?

- Espero no se los tragara la arena, me sentiría más seguro teniéndolos en mis manos que esparcidos en el desierto - esa era la voz de Sig, se escuchaba preocupado.

Pero al parecer esa conversación llegaría a su fin al ver que nosotros habíamos llegado.

- Puedes retirarte, mantenme informado - ordenó el, el estepario solo se inclino para después retirarse, su vestimenta me parecía algo extraña para alguien de estos lares, era raro que llevara un casco completo y un traje que cubriera todo su cuerpo, con el calor insoportable que azota el desierto se diría que esperaría a morir deshidratado.

- ¡Me alegra que vinieras chaval! Mejor tarde que nunca - mencionó él con un tono alegre sin siquiera levantarse de su trono.

- Parece que tu también has estado ocupado - exprese con un poco de intriga lo cual le causó risa al grandulón.

- Son gajes del oficio, ser la cabeza de una ciudad no es algo fácil - explicó con un tono más serio está vez.

- Parece que te sienta mejor de lo que dices - dije con un tono burlo, el rio por lo bajo, levantándose de su asiento.

- Son responsabilidades que se tenían previstas que asumiría, Damas realmente dejo todo arreglado, bueno, hasta donde pudo - explico él acercándose a mi.

- Venga ya tío, que no tenemos todo el día - reclamo Dax aparentemente inquieto.

- En eso tienes razón roedor parlanchín, vengan, tenemos bastantes cosas que arreglar - dicho eso comenzó a caminar rumbo al ascensor, esperando que lo siguiéramos.

(...)

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⏰ Última actualización: Jun 10 ⏰

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