🍂Erika, Viernes🍂
Llegué al café, esta vez más tarde ya que los viernes y sábados entro a las 3 y salgo a las 11, son las ocho horas pero distinto horario.
Hasta las siete de la tarde todo pasó tranquilo pero quedé helada al mirar a la puerta cuando ésta sonó.
Allí estaba el chico de pelo verde y tatuajes, con un pantalón grande negro, una remera blanca y arriba una campera también grande de color negra junto a unas zapatillas Nike blancas.
Al verme atrás del mostrador sonrió y caminó hacia una mesa del fondo y contra la ventana.
Gabriel, mi compañero, me pidió si podía ir a atenderlo porque él iba hasta el baño ya que no había nadie más en el local, hoy fue un día súper tranquilo.
Mis nervios aumentaban cada vez que me acercaba a él.
-hola, ¿que vas a pedir?- pregunté una vez que estuve frente a él.
No pude mantener el contacto visual así que miré mi libreta.
-¿te puedo pedir a vos?- ahora si lo miré y rodé los ojos al sentir su risa- joda, ¿que me recomendas?
-mm...- pensé- ¿que tipo de cosas comes?
Me puse colorada al ver que levantó su ceja burlándose de mi pregunta, y si, hasta yo misma lo mal pensé.
-digo... ¿te gustan las cosas dulces o saladas?- corregí mi pregunta y él sonrió.
-las dos pero prefiero endulzarme un poco- por primera vez sonreí ante sus palabras y al parecer eso le gustó ya que me inspeccionó completamente.
-te recomiendo las donas de chocolate y el mejor capuchino de la historia te aseguro que lo vas a tomar acá- él asintió y miento si digo que no me sentí incómoda ante su mirada fija en mi.
-entonces dame dos capuchinos y un par de donas- lo mire confundida y él sonrió- ¿no me vas a acompañar?
-es que estoy trabajando y... y no me correspondería- respondí bajando mi mirada.
-daaaale... es un ratito además no hay nadie y el otro wacho puede atenderlos ¿o es el dueño?- habló suplicándome.
-no, es un empleado- contesté a su pregunta.
-entonces decile que te segundee un toque y me haces compañía, aparte que ayer no pude venir, merezco recompensarte ¿o no?- parecía muy seguro de lo que decía... ¿entonces no vino porque no pudo o solo está mintiendo y mis pensamientos fueron acertados?
-bueno... ya vuelvo- sonrió victorioso y me sentí nerviosa al darme vuelta y sentir su mirada en mi.
Con Gabriel preparamos las cosas que pidió aquel chico y antes de llevárselo me animé a hablar con él.
-em... Gabi...- antes de que pudiera seguir hablando él me interrumpió.
-dale anda que yo te cubro- sonreí ante sus palabras, Gabriel siempre fue muy bueno conmigo y muy compañero, siempre es muy atento a mi.
-Gracias, te debo una- agarré las cosas y caminé hacia el chico que me esperaba sentado.
-¿y?¿no va a buchonear?- preguntó cuando me senté frente a él.
-no... es bueno- él le hizo una seña de agradecimiento a Gabriel y mi compañero sonrió.
-bueno... a ver si tenías razón con tu descripción a esta comida- dijo agarrando una dona, esperé ansiosa a su respuesta y me morí de nervios al ver que hizo una mueca de asco.