🍂Erika, Jueves🍂
Me desperté otra vez por la luz del sol que daba en mi cara y a diferencia de ayer, hoy si me gustó sentir la luz del otoño... pareceré loca pero con mi papá siempre sentíamos los aires, la luz del sol y como el clima va cambiando de estación a estación.
Y el frío es lo más lindo qué hay para mi así que me despierto de muy buen humor casi siempre.
Me levanté y fui directo al baño a bañarme. Ayer con mi madre no volvimos a hablar ya que cuando llegue ella estaba durmiendo, después salió sin decirme nada y cuando volvió a la noche para ir a trabajar yo ya estaba dormida.
Hoy trabaja todo el día así que voy estar sola, por suerte, sinceramente no quiero volver a discutir, no quiero que se arruinen los días que creo que me siento mejor.
Con respecto a Tomás... ¡diooos! Me encantó como fue a consolarme y la manera en que lo hizo, ese beso tan... tan real, tan nosotros, tan tierno y aunque no lo crean ni se lo haya dicho a él, fue mi primer beso.
Si, mi primer beso a los dieciocho años de edad, la primera persona con la que siento las famosas mariposas en el estomago y sinceramente, me encanta, me encanta él, me encanta sentirme querida, me encanta absolutamente todo que tenga que ver con él.
Cuando quise acordar ya estaba haciéndome el desayuno y vestida con un Jean sueltito azul claro, una remerita verde pastel y descalza.
Estaba desayunando hasta que siento que tocan el timbre, fui a abrir y me llevé una sorpresa, inmediatamente sonreí.
-¿que anda haciendo mi reina?- preguntó recostado en el marco de la puerta.
-desayunando, ¿q-queres pasar?- pregunté tímidamente y él sonrió.
-¿estás sola?- asentí y me corrí para que él pueda pasar y así lo hizo.
-vamos a la cocina- dije y caminé hasta allí con él atrás mío.
-está piola tu casa, aparte re ordenada, nada que ver con nosotros porque imagínate que somos cuatro pibes viviendo solos- dijo y reí.
-¿queres café?
-bueno dale.
Se lo estaba preparando hasta que siento como sus brazos tatuados rodean mi cintura y apoya su cabeza en mi hombro, causándome escalofríos por su respiración en mi cuello.
-me gusta mucho tu perfume- susurró y sonreí levemente.
-en realidad es de mi mamá pero se lo uso igual- sentí su risita y se separó de mi, me di vuelta pero él seguía intacto en su lugar así que ahora quedamos cara a cara y muy, demasiado cerca.
-¿me vas a saludar como corresponde?- preguntó poniendo sus manos sobre mi cintura para pegarme más a él.
-¿y como corresponde?- pregunté mirándolo mientras sonreía.
-asi mirá- cortó la distancia que había entre nosotros y otra vez me besó, ayer fue un beso tierno, lento, suave, con amor pero hoy era un beso más acelerado, con necesidad.
Pasé mis brazos por su cuello, empezando a jugar con su pelo verde gastado.
-me gustas mucho, mucho- dijo entre el beso y juro que el corazón se me está por salir.
Después de unos segundos largos nos separamos por falta de aire.
-¿desayunamos?- pregunté y él asintió sentándose en una silla en frente a mi.
Le di su café y mientras conversábamos de todo un poco desayunamos.
-¿que haces despierto tan temprano?- pregunté al ver que el reloj marcaban las diez de la mañana.