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🍂Erika, sábado🍂

Sentí un peso en mi cintura e incómoda empecé a moverme hasta que abrí mis ojos, me di vuelta y me topé con el pecho de Tomás mientras dormía plácidamente.

Una sonrisa apareció en mis labios al recordar lo de anoche... fue tan lindo como nunca antes lo había imaginado.

Con mi dedo empecé acariciar cada uno de sus tatuajes lentamente hasta que por fin abrió sus ojos y me miró.

-hola Tomi- dije y sonrió aferrándose más a mi cintura.

-buen día mi reina, ¿cómo te sentís?- preguntó acariciando mi espalda.

-bien- dije y me dio un pico.

-¿te gustó?- asentí y sentí el calor subir a mis mejillas y su risita se hizo presente- tengo una duda.

-¿que pasa?

-sacando conclusiones me puse a pensar... ¿fui tú primer beso también?- preguntó acomodándose para mirarme mejor y bajé mi mirada para jugar con mis dedos y asentir levemente- ¿por qué te da vergüenza linda?

-porque vos ya has estado con muchísimas personas y yo apenas estuve con vos- dije y me agarró del mentón para que lo mire y así lo hice.

-eso no tiene nada que ver, es mas, me siento especial por ser el primero en tocar este cuerpo hermoso- dijo bajando sus manos a mis piernas y sonreí.

-Gracias por ser tan Bueno... te quiero mucho- dije mirándolo y él dejó un cálido beso en los labios.

-yo te quiero mas- dijo y sonreí.

-qué raro que los chicos no están gritando- dije cambiando de tema.

-porque ayer anduvieron de gira y deben estar muertos- reí al pensar en el mal humor de Franky.

-¿nos levantamos?- pregunté desperezándome y él se separó un poco de mi para asentir.

Primero me fui a dar una ducha rápida yo y me puse un pantalón deportivo gris, un buzo negro y unas zapatillas blancas.

Mientras me peinaba se fue a bañar él y después de un ratito salió del baño vestido con un pantalón negro, un buzo blanco y de zapatillas blancas.

-¿desayunamos en tu casa?- preguntó abrazándome por atrás mientras yo me hacía una colita en el pelo.

-¿en mi casa?

-see, ¿tu vieja está?

-ni idea- dije levantando mis hombros y rió dándome un beso en el cuello.

Agarré mi celular después de tender un poco la cama y cruzamos a mi casa, abrí la puerta y entramos pero me sorprendí al ver a mi mamá desayunando con Eduardo y Francisca.

-hola- dije dándole un beso en la mejilla a mi madre.

-buen día hija, hola Tomás- habló y él saludó con la cabeza, Francisca miró con asco a Tomás.

-¿podemos desayunar?- asintió y preparé un café para mi y otro para Tomás mientras sentía la incomodidad de Tomás.

Después de estar todo listo nos sentamos con ellos.

-¿Nicolás y Nahuel?- pregunté.

-Nahuel está en la casa de un amigo y Nicolás se quedó estudiando- contestó Eduardo y asentí- tu mamá me dijo que empezaste a estudiar, ¿cómo te va?

-re bien por suerte- dije y sonrió.

-¿y vos Tomás?¿Haces algo?- preguntó mi mamá y Tomás me miró pidiéndome ayuda.

-él está haciendo música en una discográfica muy buena- contesté- él y los otros chicos.

-y además se dedica a vender drogas ¿no?- preguntó Francisca.

-si, a tus amigos por ejemplo les vendemos- contestó él mirándola y Eduardo abrió sus ojos.

-¿que decis?- preguntó enojado.

-dije la verdad- dijo levantando sus hombros.

-sos un desubicado y atrevido, ¿quien te crees que sos para hablar así de los amigos de mi hija? Ellos jamás se drogarian- dijo la pareja de mi madre furioso.

-no le hables así- dije defendiendo a Tomás.

-¿vos que te metes? Seguro ya sos una vagabunda igual que ellos- dijo Francisca.

-¡Bueno basta!- habló mi mamá golpeando la mesa- Erika váyanse.

Miré a mi madre con los ojos exageradamente abiertos.

-¿me estás echando?- pregunté y suspiró.

-más tarde volves Erika- dijo y sin más me levanté y salí de la casa seguida de Tomás.

Cerré mis puños enojada y mis ganas de lastimarme volvieron pero al sentir los brazos de Tomás rodearme mis músculos aflojaron un poco.

-ey amor, tranquila- dijo Tomás y suspiré tranquilizándome.

-¿ves por qué me siento mal?¿ahora entendes de donde salen mis ganas de lastimarme?- pregunté con la voz entrecortada.

-pero esas ganas ya se van a ir, ahora estás conmigo ¿si?- preguntó agarrando mi cara para que lo mire y asentí, me besó tiernamente y lo abracé- ¿y si nos vamos a algún lado?

Lo mire confundida.

-¿a donde?

-no se, a quedarnos a algún lado por hoy y mañana volvemos así el lunes volvemos para ir al cole- dijo y lo dude pero terminé asintiendo.

-pero no tengo ni ropa.

-lleva la que tenes en mi pieza y listo- dijo levantando sus hombros y entramos a su casa, pasamos a su pieza y agarré mis cosas, él guardó unas de él y nos subimos a su auto.

-¿y a donde nos vamos?- pregunté cuando empezó a conducir a no se donde.

-no se, a algún lugar llegaremos- dijo levantando los hombros sin importoncia y reí.

{...}

-wooow- dije observando la vista desde la ventana de la habitación.

-¿te gusta?- preguntó y asentí sonriendo- ¿conocías esta parte de Palermo?

-nop, pero es hermoso- dije y sentí sus brazos rodear mi cintura.

-¿estás más tranquila ahora?- preguntó y asentí dándome vuelta para abrazarlo.

-Gracias por siempre salvarme- dije y acarició mi pelo.

-aquella pendeja es una estupida- dijo y asentí dándole la razón.

-¿que podemos hacer? Estoy aburrida- dije tirándome en la cama y él se tiró a mi lado.

-podríamos repetir lo de anoche- le pegué en el pecho riendo y él sonrió- pero ahora tengo una lija que me muero, vamos a comer- asentí y me paré seguida de él.

Bajamos por el ascensor y comimos la comida del hotel.

Entre risas y charlas pasó nuestro almuerzo, después subimos otra vez y estuvimos toda la tarde mirando películas y riendo.

A la noche cenamos en un restaurante hermoso y cómo lo dijo él, antes de dormir repetimos lo de anoche y no me canso de decir que Tomás es lo mejor que me puede pasar.

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Insegura-C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora