Capítulo 18

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Enical

Subir al auto de Antonio sin ser vista y casi huyendo se sentía como ser famosa o la querida de alguien, puaj, eso apesta. Lo que no apestó fue mi primer día, Carolina era agradable al igual que todos en la oficina.

Llegué sola al departamento, Antonio dijo que salía más tarde así que me ofrecí hacer la cena, ya no había caso en que Morelia cocine si ambos comíamos fuera. Me propuse hacer la comida favorita del rizado, pero caí en la cuenta que no tengo la mínima idea de qué sea, así que se me ocurrió hacer chaufa, busqué en internet y después de pedirle a Augusto comprar algunas cosas, tuve la comida lista.

Cuando llegó Antonio me había puesto ropa más cómoda, ya no hacía tanto frío así que usé mi vestido con el suéter rojo encima, tenía los ojos asustados y puestos en el arroz que estaba cocinando, seguro piensa que está quemado.

-Buenas noches- saludó olfateando, su nariz se arrugaba viéndose gracioso.

-Hola- contesté más suelta y confiada, sirviendo los platos.

-¿Qué hay de cenar?- preguntó con curiosidad mientras llevaba todo a la mesa.

-Chaufa- respondí con simpleza, su cara cambió a una de confusión absoluta que disfruté -Ve a lavarte las manos y cenamos, verás que sabe mejor de lo que suena, no me mires como si estuviera loca- me quejé empujándolo por la espalda cuando se quedó parado mirando los platos y a mí desde el comedor.

-Bien- obedeció sin quitarme la mirada de sospecha, se debe pensar que lo quiero envenenar.

-Antes de que me creas asesina, ya le invité un plato a Augusto y sigue respirando- informé cuando estuvimos sentados, de todas formas, esperó a que yo diera el primero bocado.

Con el sonido de la televisión de fondo se grabó en mi memoria como sus gestos cambiaron al probarlo, sabía que no existe ser humano que se resistiera al sabor de la comida peruana, ni a lo que yo preparara, cuando me salía bien.

-Oye- comenté intentando sonar casual.

-¿Si?- respondió bebiendo su refresco.

-Hablame de ti- pedí.

-¿De mí?- preguntó extrañado.

-Sí, de ti- afirmé prestándole toda mi atención, interactuar con otras personas hoy me ayudó a mentalizarme en que Antonio es un amigo más, no tengo por qué ponerme nerviosa y conocerlo ayudará a armarme ese concepto.

-Pues, soy cantante y compositor, dueño de una disquera, me llaman "El Rey"- empezó a mencionar desviando la mirada al techo.

-No, eso no- interrumpí frunciendo el ceño.

-¿Entonces?- preguntó ladeando la cabeza, parecía un niño.

-Háblame de ti, por ejemplo. ¿Qué comida te gusta más?- expliqué expectante a su respuesta.

-Pues, creo que me gusta el sushi o la comida asiática más que otras- contestó en tono dudoso.

-¿Color favorito?- continué, deduciendo que tenía carta libre.

-Azul- respondió casi de inmediato.

-¿Pasatiempo?

-¿Diseñar y perfeccionar canciones cuenta?- contestó inseguro.

-No, en tu caso es trabajo- negué divertida.

-Entonces supongo que ver películas- se encogió de hombros.

-De acuerdo. ¿Lugar favorito?

-Un valle- bajó ligeramente la voz desviando la mirada, no entendí si esa era mi señal a no indagar más -¿Es todo oficial?- esa sí era mi señal.

Estaré a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora