Capitulo 32. Segunda Cita Con Lady Rebecca

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De todos es sabido que cuando un hombre pierde la cabeza por una mujer solo ve el mundo a través de sus ojos.

De todos es sabido que cuando una mujer pierde la cabeza por un hombre solo ve sus virtudes y las exalta cada vez que tiene oportunidad.

De todos es sabido que cuando una pareja se ama verdaderamente pueden con cualquier obstáculo que se interponga en su camino.

Pero, también, de todos ustedes es sabido que ese no es el caso de nuestros enamorados.

Marian ha engañado magistralmente a su amado. Él ahora piensa que ella no es ella. Algo que pocos conseguirían.

Robin, por su parte, ha creído firmemente en lo que sus ojos y oídos le dicen. Y todos sabemos que si hiciera caso más a menudo a su corazón, otro trovador contaría otra historia.

Pero este cuenta esta historia y esta es así.

Barias semanas han transcurrido desde el regreso de Marian, perdón, la llegada de Lady Nottingham. En esas semanas, Robin está más melancólico que antes y buscando la muerte con mayor ahínco ya que no es tan fuerte como para arrebatarse la vida. Porque de todos es sabido que hace falta un inmenso valor para quitarse la vida pero aún más fuerza, valentía y tesón para permanecer en este mundo y afrontar lo que venga.

Si bien Robin se cree un inmenso cobarde, yo diría que es un valeroso guerrero por permanecer firme y al pie del cañón. Pero no voy a dar más mi opinión pues si no condicionaré lo que nos queda de relato. Y, a decir verdad, no es mucho.

De todos es sabido que cuando una mujer de armas tomas se enamora, ese pobre hombre es el que más sufre sus desplantes y sus sacudidas y golpes.

De todos es sabido que cuando un hombre fija sus ojos por primera vez en una mujer como esa lo primero que piensa es "estoy loco" y lo segundo es "¿cómo no me di cuenta de esto antes?"

Es muy complicado amar a una mujer como Molly Payton, pero Will Scarlett es fuerte y sabe bien el tesoro tan grande que tiene a su lado.

También es complicado amar a un hombre como Will Scarlett, pero la buena de Molly ha soportado sacos y carretas a lo largo de su vida y ahora, que por fin, él se ha fijado en ella y ha dejado de llorar y suspirar por Marian está dispuesta ha alcanzar la máxima felicidad.

Ahora, adquiramos un tono amargo pues, de todos es sabido que cuando pierdes al único amor de tu vida y a tus hijos nada vuelve a ser como antes. John sobrevive por el bien de Toro pero no puedes pedirle que viva porque no podrás conseguir que lo haga.

Veo a mucha gente congregada en torno a esta historia, así como vuestro rostro a pasado de la sonrisa a la tristeza. Con cada palabra, más gente se agolpa y más sacan sillas a sus porches para escuchar los últimos coletazos de este relato. Pero, ¿cómo debería acabar una historia como esta? ¿Con el aclamado "Y vivieron felices y comieron perdices"? O, tal vez, con un final un tanto amargo o quizás con uno agridulce. Pues si digo la verdad, no lo sé. La realidad no siempre es buena y la ficción en ocasiones resulta demasiado irreal. ¿Tal vez estaría bien un poco de todo?

No. Creo que si has llegado hasta aquí mereces saber la verdad, por muy dura que sea o por mucho que nos disguste.

Comenzamos con un día normal, o aparentemente normal. De repente, en todo el condado de Nottingham circula la misma noticia. Pasa de padres a hijos, de vecino a vecino, de un pueblo a otro u en menos de una mañana entera, todos conocen la noticia.

O casi todos, pues en el pueblo de Sherwood nadie ha escuchado nada. Siguen con su vida como un día normal y corriente.

En la casa de Robin, él y Katherine vuelven a discutir el mismo tema desde que esa joven llegara al castillo de Nottingham.

ROBIN HOOD, LA LEYENDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora