CAPITULO 10 - Parte 2-: La Lucha De Las Leonas.

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8 de febrero de 1150 d.C.

Grandes colas se habían formado el día anterior ante Lady Katherine para inscribirse en el torneo ya que el premio era una flecha de oro macizo. La misma cola que la del día anterior es la que tiene lugar ahora ante el gobernador y el obispo para obtener la bendición divina y la del gobernado.

Todos están reunidos en la plaza de la ciudad, una plaza enorme a decir verdad. Todo Nottingham cabe en ella y toda Nottingham asiste atenta al acontecimiento del año para la que niños y hombres pasan todo el año entrenándose para poder vencer a los eternos ganadores. Litel John era el ganador de la competición adulta de velocidad que se celebraba cada año, Toro en la competición adulta de tiro con arco y Eliot Stone en ambas competiciones infantiles de tiro con arco y, sobre todo, velocidad.

Esta competición era el único acontecimiento del año que se permitía la colaboración de los rebeldes ya que eso le daba fama y prestigio al bello y prospero, aunque gobernado con tiranía, condado de Nottingham.

-Se requiere la presencia de todos los participantes a la competición infantil de carrera de velocidad que se presenten en la línea de salida.-dicen las bocinas junto al palco del gobernador.

En el palco siempre se sentaban las mismas personas distinguidas de la región. El gobernador a la cabeza de todos, justo en el centro. A su derecha su amado primo Gisbourne. A la izquierda del gobernador, lord Wessex, quien a su lado se sentaban su hija, Marian, seguida de la dama de compañía de esta, Sarah. Al otro lado, junto a Gisbourne, Lady Katherine con una expresión intimidatoria por no haber tenido el honor de sentarse junto al gobernador.

Todos los niños que participaban en la carrera de velocidad se colocan en la línea de salida después de dedicarles una reverencia a las damas de distinguidas y al gobernador.

Eliot es el mayor de los participantes pero no el más alto. Se coloca junto a otro chico, el cual es unos pocos centímetros mayor que él. Puede palparse la tensión entre ellos. Se colocan.

Están preparados.

Listos.

Y, cuando la hija del herrero, voluntariamente presentada, retira el estandarte con el escudo del gobernador bordado el rojo y sale corriendo todos los participantes salen despavoridos. Un gran pelotón cae en la primera curva, la esquina de la panadería. Siguen corriendo recto hacia la fuente Wasser, donde todas las mujeres iban a limpiar la ropa, la rodean y, antes de completar el circulo, siguen por la calle de al lado de la que acaban de pasar y llegan a la plaza del cepo, donde un hombre mayor de pelo cano está apresado por robarle comida al panadero y a la frutera. Pasan por el lado derecho de la plaza del cepo, con los ánimos de los vigilantes y el recluido, y giran la esquina al primer callejón donde solo cabe un niño. Eliot pasa después de su contrincante llevándole éste pocos metros de ventaja pero suficientes como para ganar la carrera. Tan solo milésimas de segundo. Cuando salen del callejón corren por la calle más larga de toda la ciudad. Al final de ésta giran a la derecha, pasando por delante del Lupanar, mientras Kirsten, Molly, Rose y Glenda dan ánimos al pequeño Eliot. Corren la calle de detrás del Lupanar a toda velocidad y Eliot gana ventaja sobre su contrincante y consigue pasarlo pero no tarda mucho en que éste vuelva a adelantarle. Mientras corren sin cesar la larga y ancha calle el uno va adelantando al otro con el resto de los participantes muy detrás de ellos. Vuelven a estar en la fuente Wasser y están a punto de ganar la carrera. Cualquiera de los dos puede ganar. Adelanta Eliot, adelanta su contrincante, adelanta uno, adelanta el otro. Ya se divisa a la gente animando, diciendo los dos nombres. Los chicos se miran y aceleran el paso en el último esprín. El esprín final y Eliot consigue adelantar a su contrincante y, otro año más, es el campeón de Nottingham.

ROBIN HOOD, LA LEYENDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora