•| El Hombre Que Más Te Amó

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Beck

Después de que vi a Raúl, no lo dude para nada y de inmediatamente me mude, esta vez me iría yo sola. Con los ahorro que tenia compre un pequeña casa mas alejada de ahí. Hice que me transfieran de Universidad, ya que donde estudiaba, estaba algo lejos de mi nuevo hogar.

Tal vez haciendo todo esto, evitaría verlo, no estoy tan sola, Salomón apenas supo que me pasaría de departamento insistió tantas veces sobre venir a vivir conmigo, que no pude decirle que no. Ya ha pasado un mes después de todo esto.

La paz regreso a mi. Pues estoy 100% segura de que Raúl no va a encontrarme.

Hoy es domingo, el día favorito de Salomón y Darcy, porque siempre hago un pastel. Hoy lo haré especialmente para Salomón. Será de chocolate, su sabor favorito.

Empiezo a hacerlo, después de un rato termino de ponerle chocolate derretido por afuera del pastel. Darcy esta sentada en su silla para bebe y esta muy cerca de la mesa.

Cuando termino, dejo el tazón con el chocolate que me sobro en la mesa, y me dirijo a lavarme las manos y las cosas que utilicé. Al terminar me gire a ver a mi pequeña y fue inevitable no reírme al ver como Darcy alcanzo el tazón de chocolate y con sus manitas se lo llevaba a la boca.

Estaba completamente manchada de chocolate. Se veía tan tierna. Pero debía guardar el chocolate que había en el tazón, lo tome con mis manos y ella inmediatamente comenzó a llorar.

- Cariño, no llores. - le dije – mirate, estás llena de chocolate. - ella se río- ahora, te tendré que dar un baño- inmediatamente su semblante cambio, ahora se encontraba completamente seria- así es señorita, usted se encuentra muy sucia el día de hoy - aún seguía con su cara seria.

La lleve a bañar y la acosté en su cuna. No me moví de ahí hasta que escuche cuando Salomón llegaba, baje para recibirlo. Los dos cenamos del pastel que hice, que por cierto me quedo deliciosa y después los dos nos fuimos a dormir.

Raúl

Perdí todas mis esperanzas de encontrarla, había pasado exactamente un mes, en el cual llevaba recorriendo la mitad de todas las universidades que habían en París y nada.

- ¿Donde estás Beck?...

Tengo que encontrarla, pero los fondos que tenía para quedarme en París para buscarla, se estaban terminando, decidí regresar con el poco dinero que me queda a Miami y ganar más dinero para buscarlas en cuanto pueda.

Me subo al avión y veo como la cuidad de París cada ves se hace mas pequeña mientras el avión se aleja.

- Les prometo que volveré por ustedes.- dije y rápidamente me quede dormido el resto del viaje.

Durante los siguientes meses trabaje como loco para conseguir dinero. Estoy pensando seriamente irme a vivir en París, así seria mas fácil búscalas. Pero al final decidí mejor quedarme aquí.

Navidad casi se acerca y aun así iría a París a buscarlas. Mi mamá quiso saber por que estas fechas navideñas no iría a casa. Y le conté absolutamente todo. Desde que conocí a Beck y hasta que me dejo por ser un cabrón. Deje el tema de Darcy hasta el final y en cuanto le dije ella me miró con asombro.

- Raúl Alejandro Ocasio Ruiz, como es posible que no me dijeras que ya soy abuela- me dijo enojada- y además que no encuentres a tu novia y a la nena- suspiro- mira jovencito quiero que las busques por cielo, mar y tierra si es necesario. Pero de que las encuentras las encuentras.

Tenía razón, tenia que encontrarlas, no podía rendirme.

- Mierda Beck, no sabes cuánto te extraño. - Dije tomando un poco de mi trago.

Gynecology II: Evocación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora