Capítulo 10♡

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LEAH
—Miranda, no jodas.¿En serio es él?—no me lo podía creer. El mundo es demasiado pequeño.

—Que sí, Leah. Que sí que es él. ¿Te acuerdas cuando te dije que sus padres se querían mudar? Pues parece que este era su destino.

—Bueno, escoria eso es bueno. Mira, está cerca, anda salúdalo. Está mirando para acá—y es verdad que miraba hacia nuestra dirección. Seguro él estaba tan sorprendido como nosotras.

—Leah, cuando termine la clase hablaré con él. Ahora cállate y atiende—su forma de hablar no me había gustado mucho pero la veía nerviosa y justifiqué su actitud a lo que seguro estaba sintiendo.
Terminó la clase y la animé a ir a saludar al perfecto rubio.

—H...hola Alex—el chico estaba de espaldas pero al oir a mi amiga rápidamente se giró.

—¡Miranda! Había olvidado lo hermosa que eres en persona. ¡Qué coincidencia que estemos en la misma escuela!—luego de saludar a la pelirroja sus ojos calleron en mí. Me miró de arriba a abajo casi escaneándome, cosa que me hizo sentir un poco incómoda—tú eres la chica con la que me tropecé hace rato.

—En persona, me llamo Leah, un gusto; soy la mejor amiga de Miranda y ahórrate las presentaciones ya se todo sobre ti Alex—Miranda me miró con ganas de matarme y solo reí internamente ya que la había expuesto al decirle a Alex que ella hablaba de él.

–Así que lo sabes todo de mí, interesante...Seguro hay muchas cosas que no sabes, es mas, te lo aseguro—me miró, después río y dirigió su atención de nuevo a mi amiga—Miranda al fin nos reencontramos. Te diría que vayamos a algún lugar pero no conozco ninguno por aquí.

—Pues te invito yo, vamos a tomar algo. ¿Leah, te vienes?.

—No, paso. Voy a esperar a Ethan—moría de ganas de verlo.

—Como quieras. Si cambias de opinión llámame y si no, pues llamame también, ¿ok?—me hizo una seña de que era importante y los años de amistad me decían que era para contarme el chisme de su cita con Alex.

—Sí mamá, te llamaré—le hice una mueca—y un gusto Alex el perfecto—le guiñe un ojo a Miranda y el rubio solo nos miraba confundido.

—También fue un gusto, despistada—rió nasalmente y se fueron.

Después de 20 larguísimos minutos vi a mi principito salir del salón. Se había quedado aclarando algo con el profesor.

—Hola. ¿Qué hace una chica tan hermosa sola?—saludó Ethan en serio este chico me volvía loca.

—Esperando a un tonto que me dejó sola para hablar con un aburrido profesor—decidí seguirle el juego.

—Bueno, deja a ese chico tirado y ven conmigo.

—No puedo, me gusta mucho y no lo voy a dejar solo—en ese momento se acabó nuestro pequeño juego y se acercó para darme un beso.

—Tonto, vamos, quiero llevarte a un lugar.

—¿A dónde vamos?

—Es una sorpresa confias en mí—llegamos al auto.

—Si claro

—Entonces no te asustes—coloque un pañuelo en sus ojos y lo ayudé a subir al auto—quiero que todo sea una sorpresa así que no te quites el pañuelo.

—Solo promete que no me vas a llevar a un bosque lejano para asesinarme y enterrar mi cuerpo—sonrió; tenerlo a mi lado con los ojos vendados y sonriendo así me hizo imaginar otros escenarios. Sacudí un poco mi cabeza y dejé esas ideas.

—Justo diste en el clavo. Tengo palas en el maletero y bolsas de plástico—nada más lejos de la realidad. En el maletero llevaba mantas y comida, lo iba a llevar a conocer una parte de mi vida.
Después de una media hora en coche llegamos a nuestro destino.

—Ethan, llegamos, espera para guiarte. Hay que caminar un poquitín—me bajé del auto y lo ayudé a bajar. Caminamos un poco y frente a nosotros quedó mi lugar favorito.

—Llegamos ya—preguntó y le quité el pañuelo abrió un poco sus ojos acostumbrándose a la luz.

—Leah es hermoso ¿Cómo...cómo sabes de este lugar?

—Lo...lo descubrí cuando llegué de Italia hace bastantes años se convirtió en mi refugio, mi lugar favorito, ha visto mis peores momentos y eres la primera persona que traigo aquí.

—Gracias por traerme.—Me abrazó por la espalda y nos quedamos mirando el paisaje un rato. Frente a nosotros se veía un hermoso lago, estaba rodeado por bosque así que entendía que muchas personas no lo conocieran. Tenía flores en los alrededores, eran todas blancas y le daban aspecto de paraíso al pie del agua cristalina.

—Traje mantas y comida, iré a traerlas—busqué las cosas, Ethan me ayudó a acomodarlas y nos sentamos.

—Leah, todo es muy lindo. Esto es perfecto—se recostó hacía atrás, lucía tan pacífico en ese momento. Me estaba arrepintiendo de dejar que se metiera en mi vida.

—Vamos a nadar—propuso de pronto sacándome de mis pensamientos.
Se empezó a desvestir sin ningún pudor. A veces me sorprendían sus actitudes: en un momento era el chico tímido que se esconde debajo de una piedra y luego sale este atrevido y juguetón.

—No tengo bañador.

—Puedes ponerte mi pulover y déjate la ropa interior—me pasó la prenda y se metió al agua.
Me quité la ropa que llevaba y me quedé en ropa interior. Me puse su pulover y tenía su olor, me quedaba por debajo de los muslos sin llegar a las rodillas así que cubría bastante bien.
El agua está tibia sería por el sol que le daba directamente. Ethan estaba con su cabeza hacia atrás y los labios entreabiertos, era una posición que probocaba mucho.

—¿Leah, por qué me trajiste aquí?

—Eres una persona especial para mí, quise que conocieras mi lugar especial—me acerqué y lo rodeé con mis piernas.
Lo besé y me correspondió, está vez era un beso dulce y delicado.
Se separó de mí y me tiró agua, cosa que me hizo reir al instante y copié su acción. Empezamos una batalla de agua.

—Vale vale vale, me rindo—ya tenía que admitir que me estaba tragando toda el agua.

—Te gané, bonita, ahora me debes un beso—le di un rápido beso y me fui a la orilla.
Nos secamos y recogimos las cosas. Ya íbamos camino a la casa, estaba oscureciendo pero había avisado a mamá de que iba a estar hasta tarde con Ethan.
Ethan se ofreció a conducir de regreso a casa, lo estuve guiando todo el camino ya que por el pañuelo en sus ojos no pudo ver el recorrido.
Decidimos ir a su casa. Mamá me llamó para decir que no llegaría y le informé que planeaba ir para casa de Ethan.
Afuera de su casa habían dos personas pero la oscuridad no nos dejaba identificarlas

—¿Daniela, qué carajos haces con este tipo?—nunca imaginé que algo así pasara.

Chicas aquí les dejo a mi pequeño Ethan en la escena del lago para que lo imaginen bien Espero que les guste

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Chicas aquí les dejo a mi pequeño Ethan en la escena del lago para que lo imaginen bien
Espero que les guste

Las amooo milll gracias x leer
Besos :)

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