Capítulo 3.

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Jungkook sabía que las cosas estaban mal, él no era el alfa que debía ser. No era el alfa que su familia necesitaba, mucho menos el que necesitaba su manada y sin embargo, todo seguía igual, o peor.

2 semanas y 3 días.

Su lobo llevaba la cuenta del tiempo que no veía a ese omega y es que estaba totalmente obsesionado con ese chico. Todo el tiempo pensaba en él, qué estaría haciendo, si tenía sueños, qué hacía en su tiempo libres, si le gustarían las peliculas de terror igual que él. Parecía un adolescente puberto que recién descubría las hormonas.

—Jungkook si no te pones a trabajar juro que pateare tu jodido trasero. —su amigo y socio lo miraba de una manera amenazante, a lo cual él solamente pudo suspirar y asintir.

Min Yoongi no era idiota, mucho menos con su mejor amigo, él sabia que algo malo estaba pasando. No lo había visto nunca así, ni siquiera cuando se enteró que sería padre  por primera  vez y miles de dudas lo gobernaban. El pelinegro siempre había sido un hombre completamente sensato o al menos comenzó a serlo cuando se enteró que iba a ser padre. Asi que observando cómo su mejor amigo suspiraba, cómo cada tanto revolvía su cabello o gruñia por lo bajo. Yoongi sabía que debía intervenir.

Definitivamente algo pasaba, ahora la duda del mayor era, ¿Por qué no le había dicho nada?

No es que eran como esos amigos que se contaban absolutamente todo, ni hablar de contarse lo contidiano de sus vidas. Simplemente estaban cuando se necesitaban y Yoongi estaba seguro que ese era un momento en el que su amigo necesitaba una mano.

Así que en vez de salir por la puerta de la oficina de su amigo, la cerró con seguro para luego sentarse frente a él, separados por el gran escritorio de mármol negro.

—¿Qué sucede Jungkook?—preguntó un poco cauteloso, como el felino que era.

Jungkook miro a su amigo sorprendido, vaya que estaba para la mierda. No cualquier cosa llamaba la atención del omega, él sabia que este momento iba a llegar. En algún momento iba a tener que contar lo que le estaba pasando... pero ¿cómo?

Le daba demasiada vergüenza, ¡Todos sus pensamientos eran los de un cachorro adolescente!

—Sinceramente no sé como decírtelo Yoongi.—murmuro dejando salir un poco de su frustración,  se recostó en su silla e hizo una mueca. Todo esto era una mierda.

—Sé que no es algo fácil y probablemente algo que no quieres compartir, por algo no me lo has dicho antes.—su amigo le da una leve sonrisa.—Somos amigos hace años, nada de lo que digas puede ser tan malo. —el omega suspiro un poco fastidiado.—Y sólo dilo de una vez que realmente te necesito concentrado, ni creas que yo haré tu trabajo.—advierte algo divertido, apuntando con un dedo.

Jungkook ríe un poco, sintiéndose más relajado... realmente era vergonzozo.

Respira profundo Jungkook.

—Encontré a mi destinado.—dice con un poco de miedo y una sonrisa vergonzosa.

Jungkook se esperaba muchas cosas como las posibles reacciones de su amigo... pero definitivamente no esperaba que estalle a carcajadas hasta llorar.

—Vaya que eres gracioso...—murmura aún riendo, secando un poco sus lágrimas mientras sostiene su panza del dolor. Levantó su mirada pero Jungkook no se estaba riendo, el mayor arqueó una ceja sin entender, eso es imposible. No puede ser que recién a sus 27 encuentre a su destinado, la cara seria de su amigo sigue intacta y Yoongi casi siente que le baja la presión.—No jodas idiota, ¿Estás hablando en serio?

—Quisiera decirte que no.—Dice el pelinegro con una mueca, aún algo molesto por la reacción de su amigo. Siente que sus ojos se llenan de agua y hace una esfuerzo por no pestañear.

Un Poco Inesperado-кσσкмιηDonde viven las historias. Descúbrelo ahora