[PAUSADA] 𝑨𝒕𝒂𝒅𝒂 𝒂 𝒕𝒊 ➳ 𝖗𝖞𝖔𝖒𝖊𝖓 𝖘𝖚𝖐𝖚𝖓𝖆 ;; 両面宿儺

- cinco -

驚き
× 𝖘𝖔𝖗𝖕𝖗𝖊𝖘𝖆 ×

Recién al día siguiente fue cuando ____________ se enteró de la muerte del preciado abuelo de Yuuji, a quien había tenido la oportunidad de visitar en numerosas ocasiones cuando acompañaba al pelirrojo luego de la escuela. No pudo evitar sentirse mal, a pesar de lo amargado que fuese. Sabia que Yuuji, más allá de ser siempre regañado por él, le tenía un aprecio tan o incluso más fuerte del que le tenía a sus propios padres.

Había acompañado a su amigo al cementerio donde estaban enterrados los restos del familiar, y lo consoló luego de unos minutos de verlo luchar contra sus propios sentimientos. Itadori no lo soportó más, y se lanzó en los brazos de ___________ a sollozar por la pérdida. La castaña repartía caricias a su cabello, que sabía que lo calmaban, y trataba de aguantar las lágrimas producto de ver a su amigo tan destrozado.

Intentó buscar palabras de aliento para levantar su ánimo, pero no encontraba las palabras adecuadas, por lo que decidió quedarse en silencio. Yuuji rodeaba su cintura fuertemente mientras tenía la cabeza apoyada en el pecho de la contraria. El escuchar el palpitar de su corazón, hacia que se sintiera aliviado. Saber que ella estaba viva, allí con él, lo reconfortaba enormemente.

- flashback.

Itadori, en sus 13 años de vida, se encontraba intrigado por la delegada de la clase, que en su momento llevaba una gran coleta y un flequillo que tapaba toda su frente. Parecía ser muy seria para su edad, ya que, a comparación de él, que lo único que hacía era molestar en los asientos de atrás con sus amigos, ella se la pasaba estudiando, y en los recreos estaba sola. No parecía tener muchos amigos, aunque de vez en cuando se juntaba con una chica un año más grande que ella.

- Hoy, Yuuji y ____________ se quedarán limpiando el aula. ¿Está bien? -preguntó la maestra, ordenando todos los papeles que había utilizado durante la clase y poniéndolos dentro de su portafolio.

Ambos asintieron, y la castaña, al ver que la profesora estaba lista para el fin de la jornada, ordenó a todos pararse y hacer una reverencia hacia la mayor de todos. Una vez se despidió, toda el aula comenzó a hacer un revoltoso ruido; unos estaban apurados por irse, guardando sus pertenencias en sus mochilas, y otros hablaban sin parar.

- ¡Yuuji! ¿Vienes con nosotros? -preguntó Magaji, uno de sus compañeros, acompañado de otros chicos más.

- No, me debo quedar a limpiar. -espetó, mirando de reojo a la delegada, quien tranquilamente estaba poniendo todos sus elementos donde estaban antes de sacarlos.

- Vamos, ___________ puede quedarse a limpiar, ¿no? ¿Harias eso por nosotros? -pidió el rubio, falsamente.

- No. -interrumpió la castaña, molesta por las actitudes de sus compañeros- La profesora dijo que Yuuji también debe limpiar, y así será.