remember. ( the originals )

10;

Nueva Orleans,

ahora.

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Él rubio abrió los ojos lentamente, todo a su alrededor estaba en silencio y eso lo inquietó. Al sentarse en la cama donde estaba acostado se dio cuenta que estaba en su habitación, en una esquina la misma identificó a Sarah, parecía estar revolviendo algo. Susurros apenas perceptibles salían de los labios de la castaña y Klaus, aun con su buena audición, no pudo distinguir que eran. Estaba por ponerse de pie cuando la castaña se giró con rapidez, sus ojos clavándose en su hermano mayor, una sonrisa se extendió en su rostro.

—Pensé que nunca ibas a despertar—la castaña se acercó a él con pasos rápidos.—Siento mucho lo de hace un rato, me sorprendiste.

—Él sorprendido fui yo—el hibrido miro al gato negro durmiendo en el suelo—, se supone que no debías encontrar esa habitación.

—Lo se, se que la ocultaste para no ponerme en peligro, pero necesito esta parte de mi para estar completa.

Se miraron durante unos minutos en silencio. Después de pensarlo bien Klaus lo dejo pasar, después de todo Mikael estaba muerto y no podía lastimar a Sarah. Con un suspiro de derrota el rubio abrazo a la castaña, el miedo de perderla aun estaba presente pero ahora no cometería el mismo de antes, ahora apoyaría a su hermana sin importar que.

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Nueva Orleans,

antes.

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El silencio reinaba en la habitación de la menor de los Mikaelson, en medio de la cama se encontraba la castaña, si no se prestaba la debida atención se diría que estaba dormida y en parte sí lo estaba, pero era gracias a una daga. La única otra persona acompañándola era Elijah que miraba por la ventana de la habitación, hace media hora que su hermano había tomado la drástica decisión de clavarle una daga a la menor y nadie sabía el por qué.

Rebekah había peleado con el híbrido para evitar que lograra su cometido pero había sido en vano, como último recurso había acudido a Elijah para que hiciera entrar en razón al rubio pero el pelinegro sabía que nada haría cambiar la decisión que ya había tomado. Elijah quería saber las razones de aquella decisión pero su hermano había cerrado la puerta de su estudio y no dejaba que nadie ingresara, todo aquello era muy extraño y no descansará hasta saber que estaba sucediendo.

Dándole una ultima mirada a la ciudad se alejó de la venta, le dio una última mirada a su hermana y se retiró de la habitación cerrando la puerta con delicadeza, casi como si no quisiera despertar a la castaña. Abandonó la mansión sin siquiera avisarle a sus hermanos que iba a salir, quería hacer todo por su cuenta y más si iba a buscar ayuda de las brujas.

Menos de diez minutos después se encontraba en el cementerio donde sabía que no era bienvenido, apenas puso un pie dentro del lugar dos brujas salieron a recibirlo, seguro a sacarlo del lugar.

—No eres bienvenido—la mayor de las brujas lo miraba con odio profundo.

—Necesito saber por qué estaban tras Sarah—el vampiro observó cómo el odio pasaba a terror.

—Tu hermana es un monstruo, la magia que usa es demasiado oscura—la bruja menor dio un paso adelante, como si quisiera intimidarlo.—Mató a muchas brujas, no nos dejó otra opción.

—¿De qué hablas?

—Será mejor que regreses a casa y le digas adiós a tu hermana—la mayor levantó una de sus manos y el vampiro salió disparado del cementerio—, saludas a Mikael de mi parte.