capítulo uno | el presente

3.7K 512 149
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En la actualidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En la actualidad.
California, Estados Unidos.

Intentar abrir los ojos se sentía como un gran problema, querer mover su brazo era como tener una tonelada de metal encima, su garganta seca le prohibía siquiera el poder pronunciar algo coherente. Respiró con profundidad antes de exhalar, con fuerza intento abrir los ojos lentamente, tratando de adaptarse a aquella luz que sentía que le daba en la cara. Cuando pudo visualizar todo a su alrededor, un dolor en la garganta apareció, se trataba de una habitación de hospital, y fue entonces cuando los últimos recuerdos llegaron a azotar su mente.

El partido de fútbol americano había iniciado, todo iba de maravilla para la escuela secundaria que había sido invitada para un juego amistoso, pero en uno de los Time Outs una breve llovizna se había presentado, al principio no se trataba de algo preocupante, el campo seguía en condiciones para jugar, pero cuando el clima se intensificó no se sabía en qué momento era el adecuado para detener el encuentro. Todo fue muy rápido, la lluvia no estaba pronosticada, y ese accidente tampoco.

Aquel rubio que permanecía acostado en la camilla desvió su mirada a su brazo izquierdo, una férula de tonos oscuros lo cubría desde el hombro hasta la mitad de su antebrazo, no creyó necesitarlo pero al momento de moverse un dolor inminente le provocó un quejido. Apretó la mandíbula con molestia, se colocó de pie luego de quitarse los cables que tenía encima, se puso las pantuflas y a un paso lento se dirigió a la puerta para poder marcharse, o siquiera para preguntar dónde diablos estaba su ropa. Pero su mano solo pudo sostener la manija, y quedarse ahí, inmóvil, porque la charla de los presentes en aquel extenso pasillo lo hizo detenerse.

Y respirar se había vuelto difícil.

──No fue nada grave, como mencioné, tendrá que llevar la férula por tres semanas, máximo cuatro, deberá mantener inmóvil el brazo izquierdo y, creo que es bastante claro, no podrá presentarse ni a los entrenamientos del equipo. ──concluye el especialista, quien se mantenía de pie frente a los dos hombres a cargo del adolescente. La breve afirmación por parte del director hizo que el doctor no tuviera más que añadir para así marcharse a la recepción, dejando a los otros dos solos.

lost game, kozume k.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora