CAPITULO 9: EN BUSCA DE LA VERDAD

243 8 0
                                    

Emilio dio dos golpes en la puerta de la habitación de Isabel y esperó que ella le dijera de entrar antes de abrir la puerta. Isabel estaba sentada en su cama y le sonrió. Emilio esbozó una sonrisa y después de haber cerrado la puerta, se acercó de Isabel, llevando una bandeja con una copa de leche y un plato de pan.

“¿Qué me estas llevando Emilio?”

“El desayuno… ¿Cómo te encuentras?”

 Isabel suspiró y contestó:

“Emilio, ¿me lo vas a preguntar cada vez que me ves? Estoy bien…y podía levantarme para tomar el desayuno, no necesitabas que tú me lo llevara.”

“¡Ni de hablar! Tienes que quedarte en cama y no cansarte. ¿Has tomado el medicamento?”

Isabel levantó los ojos al cielo antes de contestar:

“Emilio, relájate… Sí tomé el medicamento. Sí estoy bien. Ahora siéntate, tú y Blanca me estáis mimando como si fuera una cría.”

Don Emilio puso la bandeja sobre las piernas de Isabel y se sentó sobre la cama, levantando los ojos al cielo. Isabel sonrió y tomó la mano de Emilio antes de decirle:

“Muchas gracias para el desayuno… pero no te preocupes, estoy bien. De verdad. No hace falta que vengas a controlarme cada minuto. Ni tú. Ni Blanca.”

Emilio asintió pero Isabel sabía que era inútil repetirle eso porque dentro de quince minutos habría vuelto a verla para asegurarse que ella estaba bien. Emilio sonrió y se exclamó: 

“¡Quién habría dicho al principio que tú y Doña Blanca iban a ser tan amigas!”

“¡No me lo recuerdas!” dijo Isabel riendo.

Emilio se puso a reír también y se quedaron en silencio cuando Isabel añadió con seriedad:

“Estoy preocupada para ella…”

Don Emilio no dijo nada pero siguió mirándola con seriedad. Isabel frunció el ceño y le preguntó:

“¿No vas a decir nada?”

“Isabel…”

“Sí lo sé. Vas a decir que tengo que estar tranquila y no preocuparme porque necesito descansar pero…veo que hay algo que te perturba y no me digas que no es la verdad porque te conozco, Emilio, y lo sé cuando mientes…”

“Vale. Estoy preocupado también.” la cortó Don Emilio.

Isabel inclinó la cabeza con aire interrogativo y preguntó:

“¿Por qué?”

“Isabel…” la advirtió Don Emilio.

“¡Emilio, por favor!” se exclamó ella, enojada.

“Sabes que a mí Esteban nunca me ha gustado…”

“No vas a empezar de nuevo con eso, Emilio…”

“Escúchame, hay algo que no me convence. Y no, déjame hablar antes de interrumpirme. Ayer…cuando fue a esperar el médico fuera de las Galerías he sorprendido a una conversación animada entre Esteban y Doña Blanca…y él la había agarrado con fuerza por el brazo…”

“Blanca no me ha dicho nada…” murmuró Isabel.

“Pues con lo que pasó ayer…”

“Claro… ¿Cómo se encuentra?”

“Ella dice bien…pero hay algo de Esteban que no me convence… Es demasiado insistente…”

“Pues, quizás la quiere mucho…”

SOMBRAS DEL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora