Capítulo 51

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La habitación de Zabdiel era la más cálida de todas, y aun así este día parecía no servir de nada. Richard y Zabdiel subieron a la habitación del puertorriqueño al terminar la entrevista. En el camino ninguno vió a Chris y tampoco se lo toparon en el pasillo antes de entrar.

Camacho estaba sentado en un pequeño sofá que miraba hacia la cama de Zabdiel donde el se sentó, justo en la esquina con las manos entre sus piernas.

—Se...—empezó a hablar Richard—. Se que esto es incómodo, y que es difícil. Pero necesito saberlo y aunque creo que lo sé, no puedo entenderlo.

Zabdiel no decía nada, se limitó a escucha y pensar lo que diría, su mente nublada sin saber que decir o cómo explicarlo. Su cabeza le decía algo pero su corazón decía otra cosa.

—Desde un inicio tu te diste cuenta de lo que sentía por Chris, y lo que él sentía por mi. Y lo sé, todo pasó rápido y de la nada. Las mejores cosas ocurren así.—prosiguió Richard— Chris... quizá al inicio no sabía lo que sentía por el, pero ahora lo sé. Me importa. Lo quiero conmigo.

Zabdiel escuchó y puso toda su atención a sus palabras, para grabarlas en su cabeza.

—No quería arruinarlo. Tú sabes cómo me negué a una oportunidad de intentarlo por mi miedo a arruinarlo. Por no querer lastimarlo.—Richard miró al suelo.—En serio quería hacerlo bien—susurró—. Y ahora... ahora todo se fue a la mierda y no quiere verme a la cara.

—Lo siento.—dijo Zabdiel bajando la mirada, ahora más que nunca se sentía culpable— Lo qué pasó... no quería esto Richard, te juro que no.—sintió los ojos arder y dejó que se llenarán de lágrimas, no levanto la vista—. Chris es mi mejor amigo, siempre lo será, todos en este grupo lo son. Como a ti, no me gusta verlo mal, lo odio. Y ahora... es peor aún porque ahora es mi culpa. Ahora fui yo quién le causó este dolor.

Y las lágrimas de Zabdiel cayeron por sus mejillas, cerró los ojos para continuar hablando pero la voz apenas salía de su garganta.

—Sabía que te quería, sabía lo que significabas para el y que si por el fuera jamás se alejaría de ti. Se que aún te ama mucho y también que está herido. Pero... Richard ese día en el aeropuerto no pensé en eso, se me olvidó Christopher y todo a mi alrededor. Solo... —se calló. Esta vez pensó en Christopher, esta vez pensó en las consecuencias de lo que diría, pensó en que era mejor decir y no decir, entonces siguió—. Yo me equivoqué Richard, hice algo que no debía hacer. Y lo lamento.

Los ojos de Zabdiel se abrieron para verlo, sus mejillas mojadas y la respiración agitada. El aire apenas entraba en su sistema, el dolor desgarrador en la garganta le impedía hablar.

Y el corazón de Richard se llenó de dolor, tenia a un amigo llorando frente a el y no sabía cómo actuar. Bajó la mirada y no pudo evitarlo más, las lágrimas se hicieron presentes en el, cubrió su rostro con ambas manos para evitar que Zabdiel lo viera. Evitó con todas sus fuerzas sollozar pero se le hizo imposible.

Ya no era solo por ver a su amigo destrozado, era todo. Perder a Christopher, perder amigos por su enojo, la impotencia de no poder arreglar las cosas. Saber que al final había fracasado en su intento de tener algo bueno al fin. Todo.

—No llores.—habló Zabdiel en sollozos—. Es mi culpa, fui yo quien causó esto. Y lo arreglaré. Te lo prometo Richard.

El moreno no escuchó lo que dijo, solo pensó en Christopher diciendo que todo terminó.

—Zab...—levantó la vista y se limpió las mejillas con la parte inferior de la palma—. Necesito una respuesta, ¿Por qué lo hiciste?—preguntó Richard.

Si, Te Deseo | Ristopher Oreo CNCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora