Capítulo 40

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Richard POV

Una habitación, Joel frente a mi sentado en una silla y yo por otra parte sentado en su suave cama mirándolo. Tenía a Joel mirándome esperando una respuesta de parte mía, la pregunta que me hizo hace un segundo me tenía confundido, muy confundido debo aclarar.

—¿Y?—habló él algo temeroso.

—No lo se Joel, creo que no soy la persona indicada para responder eso.

Joel soltó un suspiro.

—Joel tú sabes cómo es todo eso con él, creo que mejor hablas con Chris...

—No creo que quiera hablar conmigo, no le caigo bien.

—¡Pero tienes que! Chris es el que es más cercano a Erick, no yo.

Y si, su pregunta fue "¿Crees que Erick sienta algo por mi?
Debo confesar que no creí que la persona que le gustara fuera Erick, llegue a pensar que podría ser yo de verdad, pero no, no era yo.

—Ayer le deje una carta por debajo de la puerta.—cuenta.—Pero creo que no la leyó

—¿Porque lo dices?

—Porque no me dijo nada hoy.—frunció los hombros.—Creo que fue mala idea hacerlo.

¿Mala idea? Claro que no, una carta de amor no podría ser una mala idea.

—No Joel, creo que solo esta confundido o espera que tú le hables.

—Pero ya le di una carta.—se rasca la cabeza mostrándome que está confundido y perdido.

—Bueno amigo, primero no creo que eso sea suficiente, quizá solo deberías ir hasta el y besarlo como un desesperado. Seguro amará eso.

Joel frunce el ceño.

—¡Oh por favor! No me digas que jamás besaste a nadie porque se que es mentira.

—No dije eso.

—No me digas que jamás besaste a alguien hasta dejarlo sin aliento... porque... ¿no lo hiciste?

Joel se queda en silencio y el silencio otorga.

—¡Oh no! No te enseñaré a besar.—digo y el me mira atento sin reaccionar.— ¿es en serio? ¿Quieres que te enseñe a besar como un Camacho lo hace?

—No, Richard. Solo... me quede pensando... —mira a un lado de la pared tocándose la quijada.

—Me asustaste, Christopher me quita los huevos si lo engaño con alguien.

Y no era broma, Christopher no solo me deja sin fábrica de bebés, si no que seguro también sin sexo.
¡Que calvario!




Christopher POV

Me senté en el cama de Erick escuchando cada palabra que decía y no podía creerlo, ¿de verdad había pasado aquello? Es que lo que contaba no era lógico.

—No puedo creerlo.—respondí.

—Ya lo se, yo tampoco.—dijo Erick.—Creí que el que le gustaba era Richard.

—Pero eres tú. ¡JOEL QUIERE ESTAR CONTIGO!

—¡Cállate loco! ¡No lo grites!

—Es que es un gran alivio para mi.

Erick soltó una risa.

—De nada.

—¿y a ti no te gusta Joel?—pregunté.

—Si me gusta, pero no lo sé...

—¿Qué es lo que no sabes?

—Pues... solo me da pena, no se como decirle que es recíproco.

—Haz lo que el, una carta.

—No, que vergüenza.

—¿Que tal si solo le cuentas un chiste? Eso da vergüenza.

—Cállate.—ríe el.—Mejor cuéntame tu, ¿Qué paso entre ustedes?

Oh yo, claro ahora me cambiaba de conversación.

—Bueno, es que Richard dejo de ser tan tonto.—respondí, y era verdad.— Ayer me pidió que fuera su... eso

—¿su perra?

—¡NOO!

— ¿Su culo?

—¡Oh dios! ¡NO!

—¿Entonces?—Erick solo se rió.—Cuéntame o seguiré sacando conclusiones.

—Su... —me daba pena decirlo.—su novio.—y me dio una ataque de risa por alguna extraña razón entre nervios y vergüenza.

—¡Oh! Ya era hora. Después del te amo debía venir eso, ya solo falta que te pida matrimonio.—Solo me reí por su comentario.—Y te haga hijos, si es que eso es posible. Seguro él lo hace posible,  te lo hará hasta que quedes embarazado.

—¡Cállate!—le arrojé una almohada, aveces dice cosas tan tontas.

—Es un calentón, acéptalo.

—¡Erick!—reí.

—Está bien, pero me alegra que estes tan feliz.

—Gracias.—Sonrió a Erick.

Y vaya que si estaba feliz, y Erick también lo estaba.
Las cosas mejoraban y me gustaba.



•••




Un taxi amarillo esperaba en la puerta de aquel hotel, de la puerta salió por fin Zabdiel sosteniendo sus maletas, el taxista al verlo se bajo de su coche y ayudó a Zabdiel a cargar todo en el maletero.

Zabdiel después entró en el taxi y el chofer también.

—¿Al aeropuerto?—preguntó el señor, tenia alrededor de 40 años calculo Zabdiel.

—Si,por favor.—asiente el puertorriqueño.

Apoya su cabeza en la ventana y suspira.

—¿Dejó a su novia?—acelera el hombre.

—No.—niega.— Pero hice algo peor.

—¿Peor?

Zabdiel asiente y sus ojos se cristalizan en silencio, ser sentimental le está jugando en contra, pero ahora puede dejar salir sus lágrimas porque no hay amigos o equipo que lo vea, esta sólo el con el aliento contenido sintiéndose mal, sintiendo dos pesos grandes en su espalda.

Pestañea y sus lágrimas caen mientras mira como poco a poco se aleja del hotel. En sus adentros tiene sentimientos como culpa, miedo, desamor y desdicha.

Las sorpresas que te da la vida...


























Pueden con todo el derecho del mundo matarme.
Je
No me maten
Gracias por leer y aguantarme, en serio lo digo.
FELIZ NAVIDAD 🎄⭐️

Si, Te Deseo | Ristopher Oreo CNCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora