Capítulo 9. {Algo hot}
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Estaba terminando de leer ''Romeo & Julieta'' -un excelente libro- y golpearon la puerta.
Caminé hacia allá con timidez y nerviosismo.
La abrí. Hay estaba Jhon vestido elegantemente igual que yo. Se acercó hacia mí y me agarró el mentón para besarme.
-Uhm, no. Recuerda que somos conocidos, nada más.-Susurré retrocediendo un paso.
-Lo siento, fue un impulso.–Susurró arrepentido. -¿Un impulso? Por favor, seguro es así con todas las chicas- pensé obvia.
Nos quedamos en silencio y Jhon me invitó a salir. Caminé lentamente hasta entrar a su auto. El silencio incómodo duró hasta la mitad del camino hasta que Jhon lo decidió romper.
-¿Y cómo va todo con ese tal Ross?–Preguntó algo tenso por el momento.
-¿Mí novio?–Pregunté mintiendo con que era mí novio. Pero quería ver su expresión.
-Llevamos con suerte un mes desde que rompimos. ¿Y ya tienes un novio?–Preguntó tensando la mandíbula.
-Sólo bromeaba..-Susurré arrepentida.
-Sabes que no me gustan las bromas.–Dijo serio.
-Sabía que no cambiarías. Llévame de vuelta a mí casa.–Susurré decidida.
-___ lo siento, es sólo que agh..-Se detuvo un momento.-¿Me darías una última oportunidad?
-Está bien.-Asentí tímidamente con miedo a que me golpeara. Pero por suerte, no lo hizo.
Llegamos al restaurante al cabo de unos 5 minutos. Lo recordaba perfectamente, quedaba cerca de nuestra antigua casa. Nuestra mesa ya estaba reservada. Por lo cual, nos sentamos y pedimos nuestra orden.-los dos lo mismo-.
Conversamos algunas cosas y también reímos. Nos comportábamos como siempre. Cuando terminamos me pidió que lo acompañará a nuestra ex-casa. Acepté ya que me quería entregar algo. Quedaba a dos cuadras, y con nuestras locas conversas llegamos en menos de 1 minuto.-según yo-.
Jhon sacó las llaves y abrió, me invitó a pasar y me senté en el sofá. Tan cómodo como siempre. Mirar la casa me trajo tantos recuerdos, buenos y malos. Jhon se acercó a mí con una rosa y me preguntó;
-___, ¿podrías por favor, volver a ser mí novia?
-Tendría que pensarlo, de verdad.–Respondí al momento que me acordé de Ross.
-Está bien, tienes todo el tiempo que quieras.–Susurró algo triste.
Pero al mismo tiempo, me besó y me tomó en brazos hasta sentarme en la mesa. El beso subió de nivel, y ya se volvía algo apasionado. Desabrochó el cierre de mí vestido. Y lo bajó un poco. Siguió besando mí hombro y luego subiendo a mí cuello.
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Nooo! No lo hagas Rayis! :c
Fin del maratón :c
