Capítulo 22.
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Supongo que debería actuar normal, pero no puedo. ¿Y sí le digo lo que siento por el?. No, no sería correcto. Podría escribirle una carta con lo vergonzosa que soy.
Toque mis labios y sonreí inconscientemente, ese beso había sido especial. Pero estoy segura, que más adelante le daré el mejor beso que pueda.
Ross entró y me miró extrañado, quizá sí, estaba aun parada ahí, sonriendo como idiota.
-Agh, ___. Dale, yo te ayudo. Dame tus maletas.–Exclamó Ross agarrando mis maletas de mis manos.
-Claro.-Reaccioné y lo ayudé.
Bajamos juntos y subimos a el auto de Grace. Por los mensajes de ella, seguro me iba a matar por haberle sacado su querido y preciado auto. Ups.
Me senté al lado del copiloto y abroché mi cinturón. Ross hizo lo mismo y partió el auto. Empecé a recordar momentos graciosos que habíamos vivido juntos y, recién me doy cuenta que son demasiados. Reí inconscientemente bajito. Luego solté una gran carcajada y me tapé la boca rápidamente como si hubiera cometido el peor de los pecados. Ross me miró extrañado y me siguió el ritmo, soltando una carcajada rápida.
-Somos tan normales..-Dije sarcásticamente.
-¿Crees que no lo sé?-Preguntó el.
Seguí riendo y escuchando música con todo el aire pegando en mí cara. Ross estacionó el auto fuera de mí departamento, subimos en silencio por las escaleras. Ya que el ascensor estaba fuera de servicio. En una pise mal y me hubiera caído, si no hubiera sido por Ross que me sujetó.
-Gracias..-Dije tímida y reí.
-De nada cariño.–Susurró y seguimos subiendo.
Lo admito, no tengo conexión entre cabeza y piernas.-reí por mí pensamiento-. Llegamos hasta afuera de la puerta y me posé mirando a Ross. El colocó una mano en la puerta mientras la otra se la metía por el bolsillo del pantalón.
-No quiero irme.–Susurró lamiéndose los labios.
-Y yo no quiero que te vayas.–Susurré también mirando hacia abajo avergonzada.
-Pero, lamentablemente me tengo que ir..-Exclamó mirándome fijamente a los ojos.
-Sí quieres, te puedes quedar otro día y vemos películas de terror en grande.–Propuse y reí.
-Cómo tu quieras.
-¿Eso es un sí?–Pregunté.
-Claro.
Reí y le iba a dar un beso en la mejilla, pero el movió su cara y terminamos dándonos un beso, un gran beso; mejor dicho.
-Adiós.
-Adiós Ross.–Susurré nuevamente tocándome los labios y recordando el momento.
El se fue y yo entré a mí casa. Grace no estaba, como siempre. Con el tiempo, nos habíamos vuelto un poco lejanas, o quizá, muy lejanas. Nada era como antes, ahora consideraba a Grace como una amiga normal, y Ross mí único mejor amigo en general. Pero yo no quería eso, yo quería a Grace cómo mejor amiga y a Ross como un novio. Pero, no lo sé.
¿Por qué todo me tiene que costar tanto? ¿Por qué no puedo expresar bien mis sentimientos? El lo dijo fácilmente. O quizá yo sólo lo atraiga. No soy hombre, como para saber todos sus pensamientos y maneras de expresión.
Abrí el refrigerador y saque una leche. También saque del mueble unas galletas ''Oreo'', muy buena combinación. Me las serví en un vaso + un plato.
Me senté en la mesa con mis audífonos, saborear la crema que las galletas tienen, es tan delicioso. No más que los besos de Ross. Sin darme cuenta ya había terminado todo y tenía tanto sueño que los ojos se me hacían pesados.
Al rato, estaba durmiendo como tonta en la mesa.
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Jajajajja u.u Rayis se durmió en la mesa xD