Doctor Mendoza

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- Doctor Mendoza sabe, toda la vida he sufrido y sigo sufriendo, todos se han burlado de mí, me han tratado de lo peor, jugaron conmigo! Pero cuando lo conocí a usted y empezamos este amor clandestino, pensé que por una vez en mi vida iba a poder ser feliz! -. Decía gritando, mientras las lágrimas caían por su rostro, tomo aire y volvió hablar -. Pero me equivoqué! No creía que usted fuera a ser capaz de lastimarme tanto! De herirme! De matarme en vida!

- Betty, mi amor -. Decía el, llorando desconsoladamente, mientras veía la Betty que el había creado gracias a su maldito juego, la mirada de esa Betty era de furia, venganza, sufrimiento

- Deje de jugar! No hay ningún "mi amor"! Por una vez en su vida, diga la verdad! Yo ya me cansé de esto! -. Salió de la oficina, Armando se levantó rápido y trato de ir detrás de ella, la sujetó, ella volteó y lo fulminó con la mirada

- No me vuelva a tocar señor Mendoza! Y si es posible no me vuelva a dirigirme la palabra! No me busqué! -. Armando la soltó y ella salió de ahí, Marcela que la iba a intervenir, Betty tomó su precaución y se hizo a un lado.

- Yo sabía que usted y Armando se traían algo! -. Decía molesta, Betty volteó y se acercó a ella.

- Esto lo planeó él, sin saber que todo se le iba a salir de las manos -. Y sin más, siguió su camino, sin despedirse de sus amigas, subió al ascensor, tratando de poder aguantar todas las lágrimas, salió de la empresa y fue hasta su casa, para su suerte, está estaba vacía, sus padres habían salido, bajo sus maletas y pidió un taxi, el cuál la llevo hasta el aeropuerto.

Tomó el vuelo con rumbo desconocido, nadie sabía de su repentina marcha, de ello, no se supo más de ella...

5 años después...

Una mujer se encontraba escribiendo aquella carta, como de veces en cuando escribia, las cuales nunca llegaban a su destinatario.

Doctor Mendoza, cuánto tiempo ha pasado desde aquél fatídico día, desde aquél día en el cuál me marche para siempre, dejando todo lo que tenía y a aquél monstruo en el que usted se convirtió, tal vez eso es lo que más satisfacción me produce, el saber que fui capaz de alejarme de usted...
Sin embargo, la melancolía vuelva al recordar lo vivido...
Hace unos meses pude volver a tener comunicación con Nicolás, el me contó lo "trágica" , como usted le gusta llamar a su vida, aunque debería estar feliz de que al final todo se realizó como esperaba...

Dejo el lápiz a un lado y se limpió las lágrimas, por más que quisiera olvidarlo, no podía.
Haber escuchado por parte de Nicolás, que el al final se casó con doña Marcela y que luego de un año, ella había quedado embarazada y ambos habían tenido una hermosa niña, era lo que más le dolía.

Se levantó de su asiento y entró a su habitación, la cuál aún se encontraba en remodelación.
Desde hace 5 años se mudó a Estados Unidos, donde empezó una nueva vida junto a sus padres, con lo que ganaba en el trabajo, pudo comprarles una casa a ellos.

Ahora estaba viviendo sola en un departamento, el cuál se sentía tan solitario, cogió su cartera y salió del departamento.
Caminaba por las calles, admirando cada lugar e imaginando que iba con él a su lado.
Llegó a la cafetería de siempre, pidió un café y se marchó a su trabajo, era una de las gerentes de los puntos de venta de una de las mejores empresas de moda en Nueva York.

- Buenos días -. Dijo saludando alegremente a todos y como siempre, había uno que otro chico que admiraba la belleza de ella.

Bogotá - Colombiana

Armando se encontraba en el sillón, jugando con su niña, una hermosa pelinegra, con unos grandes ojos y una tierna sonrisa.

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